Desde que en 2010 nos escupieran sus primeros temas a la cara, estos jovencísimos mallorquines nos han dado motivos de sobras para volver a creer en el rock’n’roll más visceral.
Lejos de debutar con un álbum completo, vuelven con un segundo y homónimo EP a modo de apisonadora, en el que han pulido sus señas de identidad e, incluso, como ocurre en “Echoes”, se han atrevido a probar suerte con envoltorios más psicodélicos. “Nos gusta cambiar sonidos, alternar, experimentar. No hay punto de partida, sólo presente continuo y multitud de posibles futuros con consecuencias varias”. Lejos de ser la respuesta balear de The Strokes (“si escuchan el segundo EP y sólo se les ocurre esta comparación, deberían ir a una tienda de discos y comprarse más discos”), el cuarteto ha mejorado con creces el impacto de aquella primera referencia casera. “A nuestro primer EP le podríamos haber puesto de nombre ‘Demo’. De hecho es casi una demo, ya que lo grabamos en un trastero transformado en estudio. Si había algo que no nos gustaba lo quitábamos y así se quedó. Con el segundo EP sí que ya teníamos claro cómo debía sonar”.
A la espera de que se animen a editar su debut en largo, del que han estrenado algún tema en su ciudad natal con reacciones más que positivas por parte del público, lo que tienen claro nuestros protagonistas es que el tiempo es su mejor aliado. “Nosotros seguimos nuestro camino con mucha calma. Somos jóvenes y ya surgirá lo que venga”. Pese a no atreverse a darnos una fecha exacta para su auténtica puesta de largo, no queda duda de que su futuro tiene muy buena pinta.
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