“Hemos sabido encontrar el equilibrio entre currar y pasárnoslo bien”

Si hace unos meses Sexenni publicaron “Joc de nens” (Delirics, 25), ahora redoblan la jugada lanzando “Joc de nens (L’expansió)”, sumando al conjunto colaboraciones estelares que han hecho con Yung Rajola, Santi Balmes o DJ Trapella, entre otras.

Cuando uno crece y se da de bruces con la vida adulta, la reacción más instintiva es, muy probablemente, echar a correr. Porque la niñez y la adolescencia son tiempos que uno solo aprecia cuando ya no hay tiempo para jugar. Eso debió ocurrirles a Sexenni con su tercer álbum, “Joc de nens”, un disco hedonista, festivo, que recoge el testigo de su predecesor para lanzarlo al suelo y volver a la vida infante. Me lo explica Andrés, junto a sus compañeros Pep y Xavi, perfectamente: “Cuando hicimos ‘Supernova’ [su largo anterior] queríamos llegar al mundo adulto y, ahora que estamos en el mundo adulto, nos hemos dado cuenta de que queremos volver a ‘Retrats’ [el primero]”. Porque, tras probar la seriedad, vieron que no era lo suyo. “Lo que mola de verdad es ser fiel a tu identidad y nosotros nos sentimos muy cómodos haciendo esto”.

“No huímos de la cultura pop, nosotros la abrazamos”

Sobre la recepción del disco, Pep destaca que “la peña ha entendido el disco, ha entendido de qué iba la movida”. En esencia, “la gente lo ha hecho suyo, lo ha metido dentro de su imaginario”. “Nos hemos esforzado bastante en transmitirlo, tanto musical como extramusicalmente”, reconoce. Andrés también se muestra emocionado y con la mirada puesta en los conciertos: “Está muy bien porque después del disco viene el directo, que es un poco nuestra razón de ser como grupo. Hay mucha ilusión de ver cómo queremos montar las canciones, hacia dónde queremos tirarlas, y jugar con ellas”. Además, asegura que están moviendo “un directo nuevo con las canciones que han sido hits y con algunas que nos hacía ilusión tocar. Pero la gente se va a encontrar con lo que más echa de menos, que es la fiesta mayor, la diversión”.

Toda la idiosincrasia de “Joc de nens” no tendría sentido si no se reflejase también en el proceso de creación del álbum. “En general, creo que nos lo hemos pasado muy bien y, de hecho, la gracia de este disco es que lo hemos hecho así y así creo que se transmite”, explica Pep. Sin embargo, Andrés matiza que hubo momentos “de romperse mucho el coco”, como sucedió con “Cartell de prohibit”. A pesar de todo, los tres recuerdan con cariño el camino: “Gran parte del disco lo hicimos en una casa rural, [...] fue un momento de convivencia muy chulo”. “Hemos sabido encontrar el equilibrio entre currar y pasárnoslo bien”, rematan. Y en esta balanza reside el exitoso resultado de “Joc de nens”. “Teniendo en mente que es el tercer disco, creo que todos queríamos hacerlo lo mejor que pudiésemos y cada decisión ha estado muy bien reflexionada”, confiesa Andrés.

Con el viaje que han emprendido en este nuevo álbum, Sexenni han intentado “recuperar el disfrute de hacer música” y han recordado sus inicios en el instituto, “pensando cuál es la tontería” que les hubiese hecho gracia en aquella época para incluirla en cada canción. En tanto que es un ejercicio inmaduro de hedonismo y diversión, “Joc de nens” está repleto de referencias fácilmente reconocibles para cualquier adulto joven —o, en su defecto, para cualquier usuario de X—. Justifican que “la cultura pop, transformada en memes, es la forma más universal de hacer entender una idea a la gente de forma metafórica”, y sentencian: “No huímos de la cultura pop, nosotros la abrazamos”. “También, en un momento en el que Andrés trabaja ocho horas al día de programador, la música es de los pocos refugios de libertad o evasión que nos quedan”, agradece Pep. El objetivo de este disco es, por tanto, transmitir la “misma evasión” que ha supuesto para los de Lleida “hacer este disco y cantarlo por todos lados” a “la gente que quiera escucharlo”.

En este trabajo, Sexenni tontean con los sonidos urbanos, el pop más puro, el trap… Y, a pesar de lo ecléctico es “un disco que tiene mucho sentido” como concepto al escucharlo del tirón. “Cada vez que nos poníamos a construirlo, algunas canciones venían directamente dadas porque en aquel momento del disco iban muy bien”, confiesa Andrés, aunque asegura que “no de un modo voluntario”. “Yo creo que en la filosofía de pasárnoslo bien también estaba el hacer canciones diferentes”, razona Xavi. Para la banda, “ha habido una parte de fortuna y de buenas ideas en buenos momentos” que se han juntado con el trabajo de producción de Pep, “que ha ido ligando todos los temas con las transiciones”. “Mi intención era darle un tono cinematográfico al disco”, explica el productor, y asegura que “la parte narrativa se complementa con la parte musical”.