“Lo que me gusta del pop rock español es que no es tan solemne”
EntrevistasSantiago Motorizado

“Lo que me gusta del pop rock español es que no es tan solemne”

JC Peña — 19-08-2025
Fotografía — Archivo

Charlamos con el músico argentino Santiago Ariel Barrionuevo, más conocido como Santiago Motorizado y líder de Él Mató a un Policía Motorizado, a su paso por Madrid para promocionar “El Retorno” (Primavera Labels, 25), su debut en solitario. ¿O no?

Si hay dudas con respecto a si “El Retorno” supone el debut de Santiago Motorizado en solitario es porque las canciones que compuso para “Okupas” llegaron antes, aunque aquel “Canciones sobre una casa, cuatro amigos y un perro” (Primavera Labels, 21) era un proyecto asociado a aquella serie mítica en su país.

El líder de Él Mató a un Policía Motorizado nos cita en una conocida librería de Madrid, a la que se presenta nada más llegar de un largo viaje desde Galicia. A pesar de ello, su entusiasmo habitual está intacto, como su carácter afable y cercano. “Me gusta poner que es el primer disco solista, aunque hay gente que me dice en X que no es así. Iba a ser mi primer disco en solitario desde el principio, pero se fue postergando por diferentes cuestiones, y en medio salió la invitación a hacer aquella banda sonora. Eran composiciones mías, pero en pos de algo, de complementar musicalmente la serie. Este es el primer disco de canciones porque sí, mías”, dice.

“Estas canciones tienen esa cosa de derrota, pero a todo le trato de dar un guiño”

Estamos ante una colección de canciones elegantes y de un romanticismo naíf que esconde alguna carga de profundidad irónica. Empezando por el título. “Me pareció una idea simpática llamar al primer disco en solitario ‘El Retorno’”, afirma. Un fan le pide una foto, y Santi se presta encantado, aunque le pide hacerlo cuando acabemos la entrevista. En relación a ese “retorno”, la historia de este debut es un poco enrevesada. Hace años el músico grabó unas maquetas en casa. En un momento dado las compartió con amigos, y alguien las subió a la red generando comentarios positivos. Después del enfado inicial por la filtración, Santiago decidió grabarlas bien. Esa primera toma no le convenció, así que volvió a hacer las bases en los estudios Romaphonic de Buenos Aires, para terminarlas, por fin, en Sonic Ranch, Estados Unidos. “Habíamos grabado ‘La síntesis O’Konor’ en Sonic Ranch, cambiando esa forma de producción de tocar juntos por algo más de laboratorio, de estudio. Ya me había quedado con ese nuevo formato de producción, y quería hacer estas canciones así también”, explica.

Santiago se ha hecho fan del magnífico estudio localizado en el desierto de Texas. “Lo bueno que tiene es que está en el desierto, con esa cosa de que estás en medio de la nada. Lo tienes veinticuatro horas disponible para usarlo cuando quieras, con backline infinito y con todo para terminarlo, mezclarlo e irte con el álbum terminado, sin distracciones ni nada. Para este disco que no terminábamos fue ideal”.

Grabar temas tan antiguos le produjo “una sensación intensa, porque eran canciones que me acompañaban desde hacía mucho tiempo. Por fin visualizaba que estábamos al final del camino. Era extraño, porque por momentos me reencontraba con cosas que había escrito hace mucho tiempo. Yo era otra persona, pero a la vez me llevaba bien con eso, estaban bien en el presente. Por ejemplo, ‘Google Maps’, que elegimos como primer corte, tiene algo actual: este chiste de querer buscar a alguien con una aplicación parece que encaja bien con estos tiempos. Me pasó con varias”.

Santiago aligera un poco la carga sentimental de sus temas con giros humorísticos sutiles. “Son canciones románticas, tienen esa cosa de derrota, de profundidad, de algo real, pero a todo le trato de dar un guiño. Cuando las escribí hace quince años esa cosa irónica estaba más presente. Mis amigos en seguida enganchaban la onda. Quince años después he empezado a dudar, ya digo: ‘¿Se entiende acá que hay cierta ironía?’. Y llegó un punto en el que no me importó si se entendía o no”. De hecho, comenta que le gusta “leer los comentarios cuando subimos las canciones en Youtube. La mayoría son personas conmovidas por esa cosa romántica, y no tanto riéndose del giro gracioso. Y la verdad es que me gustan las dos maneras. A veces me gusta recalcar que hay humor porque siento que la cosa naíf puede estar forzada, pero hay que ser equilibrado: que cada uno sienta lo que quiera. Y si incluso llega a un lugar muy naíf, todo bien. Es parte de mí. Intentar explicarlo… Lo hice, ya está”.

El músico asume que en la cultura argentina hay algo exagerado que puede ser cargante. “Cuando hice la banda sonora de ‘Okupas’ escuché mucho tango para penetrar más en esa cultura popular. Y hay un momento en que ves que hay una exageración del sufrimiento. La nostalgia y la melancolía son tan potentes… Pero me interpelan y me gusta. Hay una argentinidad que es muy exagerada en todos los sentidos; en la política, en el fútbol, en las canciones…”. Por eso aprecia la sobriedad de bandas españolas como Los Planetas, que te tocan la fibra con mucha sencillez. “Hay humor en el rock argentino y hay solemnidad también acá. Pero yo noto una cosa de no exagerar tanto en España. Que con pequeñas cosas se puede llegar a una profundidad igual, en lugar de sobrecargar una situación. Lo que me gusta del rock español es que no es tan solemne”. El músico suspira al describir el panorama en su país, lastrado como tantos otros por la bipolaridad de las redes sociales y la tendencia local a lo excesivo. “Lo hablaba con Vicentico, el cantante de Los Cadillacs. Ganamos el Mundial y ya somos los mejores, todo totalmente exagerado… Y él decía: ‘Somos los mejores incluso en estos personajes’ [risas]. Estamos en esa disyuntiva; te reís de la realidad, del presidente, pero a la vez lo que está haciendo es una desgracia. Todo es un desastre, pero en una especie de realidad-fantasía. El problema es que no es fantasía”.

 

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