“Buscamos abrir puertas para que entre la claridad”
EntrevistasSangre De Muérdago

“Buscamos abrir puertas para que entre la claridad”

Jaime Tomé — 10-12-2025
Fotografía — Sol Mariño

Referentes del folk contemporáneo gallego con dieciocho años de trayectoria, Sangre de Muérdago regresan con "O Xardín" (Auto, 25), un álbum de profunda meditación sobre la naturaleza y la condición humana, además de una obra evocadora.

Pablo C. Ursusson, alma de Sangre de Muérdago, lleva más de dos décadas tejiendo un universo musical en donde naturaleza, introspección y emoción se entrelazan. Original de Ourense, vivió una década en Leipzig, pero desde 2022 ha regresado a su tierra natal. “Mi marcha fue aventurera, experimental, una búsqueda personal más que laboral”, recuerda. Su apellido artístico, Ursusson, nació casi por casualidad cuando tocaba la batería en Ursus. “Lo adopté para no tener problemas en aduanas durante la primera gira por Estados Unidos”. Ya desde niño, Pablo sintió una conexión profunda con la naturaleza. “No recuerdo un inicio, sino una presencia continua”.

“El planeta Tierra es ese jardín que estamos corrompiendo”

Esa raíz rural impregna su música que, aunque etiquetada como dark-folk, prefiere ver como un canto a la luz. “Nuestra intención es abrir las puertas de los lugares oscuros para que entre la claridad”. Su nuevo disco, “O Xardín”, grabado con Efrén López, marca un punto de inflexión. “Ha conseguido que sonemos más cerca de lo que imaginábamos. Cada álbum es un paso adelante, pero este es especial”. Manuel Rivas lo describió como “un paisaje del alma”, definición que Ursusson acoge con humildad. “Me emocionó leer sus palabras; me sentí plenamente identificado”. La canción que da título al álbum es una fábula contemporánea sobre la codicia humana y la crisis ecológica. “El planeta Tierra es ese jardín que estamos corrompiendo”.

En “O que mora no lume” también habla de “desprenderse de la falsa persona y reencontrarse con la esencia”. Aunque parte del disco es instrumental, asegura que no es premeditado. “Algunas piezas se expresan mejor solo con música”. Su universo es coral, pero parte siempre de un impulso íntimo. “Compongo en soledad, pero los arreglos con Xurxo, Xoel y Saúl dan vida a las canciones. Me fascinan como músicos y como personas”. El gallego es para él una prolongación natural. “Nunca lo pensé conscientemente. Es mi lengua natal y jamás ha sido una barrera. Más bien potencia el misterio”. Incluso Steve Von Till de Neurosis cantó en gallego en el disco “Xuntas” (Auto, 20). “Me emocioné al escuchar su voz sin acompañamiento”.

"El mensaje es claro: vivir con sencillez y armonía"

A pesar de que su última etapa ha girado en torno al folk, no reniega de su pasado punk. “Ese espíritu sigue intacto. Ahora toco en Ánimas, un proyecto de doom/rock, y estoy arrancando una banda de hardcore llamada Lamia”. El mensaje final de “O Xardín” es claro: vivir con sencillez y armonía, como la graja protagonista de “A gralla”, símbolo de quienes hacen el bien sin ser comprendidos. “La desconexión del ser humano con su entorno es abrumadora, pero creo que aún hay millones de personas que solo desean vivir en paz”. Respecto a su historia con Ekkaia (mítica banda de crust en la que militó) y una posible reunión, es claro. “No volverá. Las cosas tienen su ciclo”. Lo siguiente será una gira con Sangre de Muérdago por la península, Holanda y Bélgica. Y ya en 2026 habrá una gira europea más larga. “Recordar a la gente que sean felices. Eso es lo verdaderamente revolucionario”. Remata con complicidad y esperanza.

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