Per Stalberg, guitarrista y cantante, es consciente de las virtudes del recentísimo “Black City” (Burning Heart/Mastertrax, 02) y alardea, además, de la filosofía del cuarteto sueco: “Siempre hemos estado bastante seguros de nosotros mismos, sabíamos que éramos bastante buenos”. Tampoco exhibe falsa molestia cuando mencionamos a sus compañeros de sello The (International) Noise Conspiracy; a nadie se le escapa que las coincidencias se reducen a esa gira europea de hace escasos meses, pero el chico aprovecha la coyuntura para soltar frases molonas del tipo: “Ellos me gustan mucho, pero no diría que siquiera intentemos hacer lo mismo. Nosotros no somos un grupo retro, sino del futuro”. El bagaje musical de Division Of Laura Lee es eminentemente hardcore, pero de un tiempo a esta parte sus influencias confesadas son de lo más, ejem, culto: The Velvet Underground, Television, Suicide… Exigimos al interlocutor que revele bandas actuales de su interés y salen a la palestra Primal Scream (sus preferidos), Spiritualized y Ryan Adams. “Incluso me gustan nuevos combos de punk, indie o lo que sea, hardcore... pero llevo con eso tanto tiempo, desde mediados de los ochenta... y me encanta, pero ahora tengo que hacer algo distinto”.
| “INC me gustan mucho, pero nosotros no somos un grupo retro, sino del futuro” |
Así que, hace lustro y pico, Stålberg retrocedió a los sesenta y setenta, y halló nuevas fuentes de inspiración. Con todo, en Division Of Laura Lee también hay una pizca de Quicksand. “No me gustan Rival Schools, pero los respeto, porque Walter (Schreifels, ex Quicksand, Gorilla Biscuits…) está en el grupo. Creo que hoy en día hay demasiada estructura en el rock yanqui, y es muy aburrido. Dicen ´Esto es lo que vamos a hacer´, y no se atreven a intentar otras cosas. Pero sí me gustaban Quicksand en su momento, eran mi banda favorita, aunque eso era hace diez años. No creo que sonemos como ellos, pero por supuesto que me aportaron algo”. Cierto, quizá sólo sea el aspecto vocal. El interfecto prosigue, sobrado de optimismo y actitud: “Llevamos siete meses con Burning Heart, y hemos dado unos sesenta y cinco conciertos este otoño y grabado un álbum durante dos meses. Intenta hacerlo: es duro”. Incluso informa de que “Black City”, grabado con Kalle Gustafsson –miembro de The Soundtrack Of Our Lives, ahora produce a Fireside-, resultó, a unas ciento diez mil pesetas por día, mucho más caro de lo esperado. “Pero (en la discográfica) no se enfadaron, somos su nueva esperanza”. Esta sugestiva división sueca se encuentra sumida en plena gira europea y están curtidos en ello, tras haber compartido furgonetas con interesantes nombres del underground, como Impel y Plastic Pride, además de con The (International) Noise Conspiracy. Stålberg confía en atraer diferentes tipos de público. Pues eso, no dejen de vibrar con el embate rock de temas como “We´ve Been Planning This For Years”, y tampoco se sorprendan si llegan a ver el vídeo de “Need To Get Some” en la tele.
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