"Me hago más viejo y más sabio y cada año que pasa me gusta más lo que escribo"

Raule (Raúl Rubiales, Jerez de la Frontera, 1984) regresa con su tercer disco, “Zurdo” (Satélite K, 24). Trece nuevos temas en los que sigue desarrollando su flamenco pop, tejidos de nuevo bajo la producción de Pakito Castro junto a sus fieles “La Tranchete Band”.

El nuevo trabajo viene acompañado de la correspondiente gira de presentación, que le llevará por las principales ciudades españolas en lo que queda de año. De todo ello hablamos con el músico andaluz.

Este tercer disco viene tras una gira de dos años del anterior, “Limbo”. ¿Has ido componiendo las canciones sobre la marcha, o te diste un descanso para hacerlo?
Fueron saliendo ideas que se quedaban en la grabadora del móvil durante un año. Estaba de gira con “Limbo” y tuvimos muy poco tiempo de meternos en estudio, crecían muchas ideas pero no tuve un punto fijo al que dirigirme ir hasta que nació mi hijo Avi. La primera canción que terminé del disco fue la suya, después fueron llegando las demás.

Las has grabado bajo la producción de Pakito Castro, que ha metido guitarras, coros, jaleos… ¿Cómo ha sido el método de trabajo en el estudio?
Pakito es como mi hermano, mi colega antibalas. Llevamos trabajando juntos en esto veinte años y acertamos en las mismas ideas el noventa y ocho por ciento de las veces, eso es mucha conexión y se ve reflejado en las canciones. Nuestro método de trabajo es el que llevamos usando desde que empezamos, mejores maquinas, mejores micros, pero la misma forma de crear. Cuando termino las canciones y espero el veredicto de mi jurado, que lo componen mi hermano Fran, Pakito, mi mujer Alba y algún que otro colega más, de ahí, tomo la decisión de qué hacer con esa canción. Armonizamos y empezamos a ponerle capas de ideas en el estudio. Decidimos qué instrumentos habrá en la canción, intentando siempre que sean los mínimos y absolutamente todo real.

“Me gusta que mis canciones sean historias reales, así que me lucro de mi círculo”

El resultado es “Zurdo”, trece nuevos temas. ¿De qué manera crees que ha evolucionado este nuevo disco respecto a los dos primeros?
Creo que este disco está más maduro, tenía claro de qué hablar cuando llegaban las historias a mi cabeza. Me gusta que mis canciones sean historias reales, así que me lucro de mi círculo cuando algo no me ha pasado a mí y necesito sentirlo como mío para que a ti también te pase cuando la escuches. Las canciones de amor, lo tengo fácil, porque en mi casa me quieren y esas historias hablan de mí. Así que la única evolución que veo, es que me hago más viejo y más sabio y cada año que pasa me gusta más lo que escribo.

En “Corazón de cemento” colabora El Duende Callejero. ¿Te lo pedía la canción?
Por supuesto, esta canción que habla de algo incómodo, que trata sobre cuando ves a tu ex pareja rehacer su vida y tú sigues igual, con estos canallas que son increíbles como personas, suena todo más positivo. Y tienen el mismo espíritu que yo en este camino de espinas, también conectamos en el estudio desde el minuto uno.

En “Sin conexión” escuchamos bastantes guitarras eléctricas. ¿Escuchas rock en tu vida cotidiana?
Soy raro para escuchar música y últimamente me he vuelto más exquisito para volver a engancharme a un disco entero. No me convence nada de las novedades que salen los viernes en las plataformas, todo muy parecido. Pero a veces hay canciones sueltas que me sorprenden y a las que me agarro y las quemo una y otra vez. Me sigue pasando como cuando tenía diez años. Pero ponerle hoy etiquetas a la música me es complicado, hay tanta mezcla en este 2024 que posiblemente algunas guitarras eléctricas y alguna que otra canción de grupos ingleses y americanos que llevo en mi lista podría haber influido.

“Tengo gente en contra mía que se la llevará el tiempo”, afirmas en “Furia y humo”. ¿Un tema para desahogarte?
Quién se desahogó fue un amigo una noche de verano, sentados en una terraza. Dándole una calada al cigarro, me dijo: “Pues te voy a contar mi vida a ver si eres capaz de hacer una canción de esto”. Tres días después le mandé “Furia y humo” tal cual.

El último tema, “Komando Kanalla”, es la segunda parte de “Colega Antibalas”, del anterior disco. ¿Un guiño a tus seguidores?
Hay unos cuantos guiños en el disco a “Limbo”, pero había escrito a tu amigo del alma y ahora tocaba a ese grupo de personas que hacen que tengas un seguro de vida cuando la tuya se desmorona. Era juntar a todos tus colegas antibalas en una misma canción.

“Últimamente me he vuelto más exquisito para volver a engancharme a un disco entero”

Para la gira vas a estrenar escenografía y visuales, alargando la extensión del espectáculo a dos horas. ¿Qué van a poder ver los espectadores?
No sabemos cuánto durará aún, seguimos con los ensayos, no creo que lleguemos a dos horas, lo veo algo excesivo para un espectador que lleva de pie en la cola hora hora, más el tiempo del concierto, pero será intenso. Traemos 22 canciones, “Limbo” y “Zurdo”, con algunas mejoras en el show y más energía que el año pasado.

¿Qué músicos te van a acompañar? ¿Serán los mismos que han grabado el disco en el estudio?
Mi banda, bautizada por mi percusionista Poti Trujillo como “La Tranchete Band”, son los mismos que empezamos en este proyecto y los mismos que han grabado todos mis discos. Son amigos y gente a la que le confías esta experiencia, porque anteriormente en otros proyectos trabajamos juntos y somos todos muy parecidos en la personalidad que te da este trabajo.

Recibiste el Premio Odeón en la categoría de artista revelación de flamenco. ¿Qué supuso para ti?
Nunca me dieron nada, a veces ni las gracias. Posiblemente culpa mía por no hacerlo del todo bien. “Limbo” fue el disco que me cambió la vida porque fue la primera vez que dije, voy a escribir quien soy, que me gusta cantar y que quiero entregarle al mundo. Cuando fui yo mismo realmente y no había caretas tapando verdades fue cuando verdaderamente conecté con la gente y llegó el premio Odeon. Fue un golpe de realidad, que si haces las cosas quitando la frase de “así mismo” llegan momentos únicos como ese.

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