"Ningún dispositivo te va a quitar o te va a dar alma"

Los argentinos Peces Raros se han convertido en un nombre muy presente en nuestro país gracias a su combinación entre electrónica y rock. Después de pasearse por aquí hace apenas unos meses, volverán a visitarnos presentando su álbum “Artificial” (Gonna Go! Records, 24).

(Puedes consultar las fechas de su gira al final de esta entrevista)

A Peces Raros les gusta jugar con los límites y dejar la última palabra en manos de su público. Cada concierto del dúo se ha convertido en una experiencia diferente que baila entre la electrónica y el rock. “Pasa algo loco. La gente va a vivir una experiencia tal vez más de electrónica, si quieres decirlo así, pero hay momentos en el show en que la gente canta los temas y de repente es un recital”, explica Lucio hablando de sus directos. Aunque, últimamente se han inclinado un poco más por montar verdaderas macro raves con cada cita. “Es trasnoche, es bien bailable. La gente va en plan rave. O sea, lo viven como una fiesta electrónica. O sea, en vivo transformamos la mayoría de las canciones muchísimo para que funcionen en ese lenguaje”.

"Muchas veces un lenguaje lo entiendes comprendiendo sus dispositivos y el ritual"

Quedamos con Lucio y Marco en una cafetería del centro de Madrid para hacer balance de lo que han supuesto para ellos los últimos años a nivel creativo, rememorar anécdotas de esta etapa tan especial y pensar en el futuro. “Ahora cuando volvamos de España tenemos un par de shows más en Argentina y después habrá un pequeño bache temporal que vamos a aprovechar para irnos a un lugar con nuestros instrumentos, con un manojo de canciones, embriones de canciones o cosas un poquito más maqueteadas, a buscar eso”, comenta Marco. “No sabemos para dónde vamos a ir. Nos vamos a alejar bastante. Nos vamos de la ciudad a encerrarnos en la montaña para centrarnos en la música durante unos diez días y darle forma a un potencial próximo disco”, apunta Lucio.

Y es que tras el éxito de “Artificial”, los artistas argentinos han visto su carrera expandirse a una velocidad de vértigo en poco tiempo y rodearse de colaboraciones de lujo como las Nick Warren o Henry Saiz. Ambas figuras forman parte de “Desconfiguración”, el ya clásico EP posterior a sus álbumes, en el que le dan la vuelta a algunos de sus temas creando piezas perfectas para reventar la pista. “Una noche íbamos a tocar en una fiesta en Punta del Este y nuestro mánager había tenido una cena en la que estaba Nick. Lo invitó, vino al show, lo vio y le encantó. Estuvimos toda la noche hablando de música, de instrumentos, de electrónica. Él tiene una historia con la música increíble. Al final le dijimos ‘Che, Nick, para nosotros sería increíble si quieres sumarte a nuestro álbum’. Nos dijo que le encantaría y eligió ‘Óxido’. Nosotros a cada productor le damos la libertad de elegir el tema que quiera y ninguno de los productores con los que ya estábamos trabajando para el lanzamiento lo había elegido. Nick lo pilló y el chabón hizo un tema increíble”, explica Lucio. Fue una colaboración soñada que, como el propio Marco dice, si se lo contaran a los Peces Raros del comienzo jamás se lo creerían. “Cuando arrancamos éramos una banda de rock y escuchábamos bandas tradicionales. Con tradicionales me refiero a Charly García, The Beatles, Radiohead, Dylan. Sabíamos tocar la guitarra, sabíamos cantar, y cuando descubrimos la música electrónica tuvimos que tener la activa determinación de ir a por aquello y asumir que no entendíamos cómo funcionaba”, explica Marco sobre los primeros momentos de Peces Raros lanzándose a la electrónica. “Me acuerdo de que vivimos muchos años juntos en una casa, una casa espléndida. Y en esos años, Marco se compró unas bandejas, unas Denon viejísimas, que no tenían ni Rekordbox, no tenían nada, y ahí aprendimos a pasar música. Muchas veces un lenguaje lo entiendes comprendiendo sus dispositivos y el ritual. O sea, no puedes entender un lenguaje sin entender el ritual, la arqueología de ese lenguaje. Si no vas a una fiesta electrónica a bailar, no vas a entender un montón de los porqués del acontecimiento tímbrico, el desarrollo discursivo. Así como si no vas a bailar tango, no vas a entender el rubato. No hay que tener miedo, como dice Marco, ningún dispositivo te va a quitar o te va a dar alma. Todo depende de ti”, comenta Lucio.

Al final, a lo largo de todo este tiempo, el dúo ha vivido un aprendizaje intensivo que les está llevando a mutar de personalidad a gran velocidad, pero sin perder la esencia. Tras la creación de “Dogma” (21) desapareció el miedo al riesgo y la creación de “Artificial” asentó unas bases más libres. “En ‘Artificial’ adoptamos ese mismo proceso, pero con un backup más grande de lo que queríamos hacer. Es un disco en el que logramos representar lo que queríamos de la forma más fidedigna que hasta ahora entiendo que nos ha salido. Fue un proceso agresivo, de mucha intensidad. Todo esto nos nutrió muchísimo y nos permitió llegar al disco que llegamos. Un disco muy cancionero, pero que tiene un montón de tratamiento en las texturas”, comenta Lucio al respecto. "Aunque siempre han tenido muy claro y es que por encima de cualquier herramienta, estilo o género, está la canción. Queríamos un componente muy grande de electrónica. Pero, claro, no la canción supeditada a la electrónica, sino la electrónica supeditada a la canción. La electrónica a disposición de la canción y no la canción a disposición de la electrónica”, apunta Marco.

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