Pasos sin tropiezos

De vuelta y a por todas. “Equilibrio”, el segundo disco de El Payo Malo, plantea nuevos territorios creativos, expresivos e incluso emocionales en la trayectoria de un MC que aspira a todo. De momento, hay que conformarse con un nuevo álbum y un regreso trufado de novedades.

Sólo Los Solo todavía no habían publicado “Retorno al Principio”, su debut. Apenas acababan de sacar a la venta “Pues Cómo No”, el single de anticipo que tanto revuelo causó nada más pisar las calles. Avoid Records organizaba una gira por Barcelona, Madrid y Granada en que el dúo de Rubí-Terrassa se presentaba oficialmente al público. Junto a ellos, como acompañante escénico y personal, se hallaba un chaval, espabilado y hambriento de micro, que esperaba su oportunidad. Todo aquello aconteció en 1999. Unos cuantos años después, El Payo Malo, más centrado y profesionalizado, analiza y expone los puntos calientes de su segundo disco en solitario, “Equilibrio”, con seguridad y confianza en sí mismo. Hablar de madurez no suena descabellado ni excesivamente atrevido, la verdad. “Un disco cada dos años es una buena media, en serio. Ha pasado un tiempo desde el primero, pero lo necesitaba. Lo más importante para mí era desconectar por completo del anterior y centrarme de lleno en éste. Y para eso tenía que dejar pasar la gira y tener tiempo para pensar en el nuevo. Piensa que no hemos parado de tocar en todas partes, y a veces se hacía difícil concentrarse en “Equilibrio” con conciertos cada semana. También hay que pensar que todo lo relacionado con el cambio de productor ha requerido tiempo. Necesitábamos conocernos mutuamente y eso implica un tiempo”. 

Vayamos por partes. Después de colaborar estrechamente con Giro er Nene, quien se encargó de gran parte de las producciones de “Con Tierra en los Bolsillos”, su debut en solitario, El Payo tomó la decisión de hacer borrón y cuenta nueva. Para ello confió la práctica totalidad de las canciones de a Shico Shanante, productor hasta ahora desconocido que ha llevado a efectos reales el cambio soñado por el rapper. “Buscaba hacer algo más personal, más propio, ¿no? Algo que se amoldara más a lo que yo quería mostrar en este disco. Trabajar con samples te limita algunas veces… por ejemplo, es muy difícil marcar bien los estribillos, porque tienes que adaptarte muy bien al loop sampleado. Con Giro dejamos de trabajar juntos y yo buscaba un productor. Y entonces Tremendo me dijo que tenía un amigo que hacía sus cosas en casa y era bueno. De hecho, yo a él ya lo conocía… lo típico, de vernos por Terrassa, en fiestas, por la calle, de patinar. Escuché lo que tenía y fue entonces cuando le plantee grabar el disco”. Y nadie dijo que todo esto iba a ser fácil. Sobre todo a partir del momento en que uno se plantea remodelar un sonido establecido con la inclusión de elementos hasta entonces poco frecuentados en el panorama nacional. “Siempre es difícil conseguir el sonido que buscas de forma perfecta. Eso sólo lo consiguen tíos como Griffi, que controlan las máquinas de una forma increíble. Nosotros creo que lo lograremos cuando consigamos montar nuestro estudio. Me gusta que cada canción sea un poco la banda sonora ideal de lo que digo en las letras. De ahí que el nuevo disco suene mucho más melódico. Lo es porque yo tenía claro que las letras iban a ser más personales y que, por tanto, necesitaba un sonido más orgánico”. El planteamiento es sencillo pero alejado de su predecesor. De porte más orgánico y moldeable, “Equilibrio” fundamenta su cuerpo estético y expresivo en la unión de samples en la tradición ortodoxa del género y el empleo de instrumentos reales. Eso equivale a una propuesta arriesgada en el sentido más estricto del término, pues no todo el público acogerá con igual receptividad la inclusión de instrumentación y melodías a tiempo real. Más allá de la comparativa a bote pronto con The Roots, el nuevo disco de El Payo tiene muchos más elementos en común (cuando menos en un plano ideológico) con el trabajo de Will.I.Am, arqueólogo sonoro de Black Eyed Peas que, precisamente, acaba de publicar su segundo álbum en solitario. “Will.I.Am. para mí es uno de los mejores productores del mundo. Me parece buenísimo. El sonido que tiene es el sonido que queremos poder llegar a hacer en cuanto dispongamos de tiempo y del estudio que queremos montarnos. A Shico, por ejemplo, y como músico que es, aparte de seguidor de hip hop de toda la vida, le gusta mucho lo que hace, porque es muy orgánico y trabaja con los instrumentos con mucha facilidad”.

 Más próximo a la idea que Will.I.Am exhibe en sus obras en solitario y, también, en los dos primeros discos de Black Eyed Peas que no a las de “Elephunk”, pastiche pop declaradamente amigo de la radiofórmula mainstream, “Equilibrio” apela al soul y deja a un lado la gordura funk de antaño para adaptarse con mayor agilidad a las ideas líricas de El Payo. “Es que me gusta. Siempre me ha gustado hacer algo soul. Me gusta mucho el soul, quizás más que el funk. Y queríamos probar cosas nuevas, que además creo que han funcionado a un buen nivel. Hay estructuras de las rimas que nunca había hecho antes, o que hace un tiempo no me hubiera atrevido a hacer. No sé cómo se lo va a tomar la gente, pero llega un punto en que realmente te deja de importar lo que piense la gente sobre esto o aquello. Al fin y al cabo, no estamos en una multinacional, no tenemos presiones de ningún tipo y estamos convencidos que al que le tiene que gustar es al artista. Si a mí me gusta y al público le gusta, pues adelante. Habrá gente a la que no le guste, eso está claro, pero también estoy convencido que nadie podrá negar que es bueno”. En ese sentido, las diferencias entre uno y otro álbum son bastante obvias. Y eso implica, a su vez, que “Equilibrio” devenga una obra más accesible, más fácil de presentar al público, que su ópera prima. “Entiendo que es un cambio. Seguro que hay gente a la que le gustó el sonido del primer disco y quizás ahora no le guste el de éste, eso entra en nuestros planes. De todos modos, sinceramente creo que el cambio ha sido para bien, tanto en las producciones como en el propio flow, que lo noto mucho mejor que antes. No sé, tío, en general lo veo más profesional”. Como mínimo, el álbum transmite más confianza en uno mismo. Como fruto de la relación de trabajo recíproca que se ha establecido entre MC y productor, la sensación que se desprende de este nuevo disco es de fluidez, entendimiento y complementación mutua. Suena más dinámico, en una palabra. “Es que hemos trabajado sobre la marcha. Muchas veces salía la letra de un día para otro, y por eso creo que suena fresco. Ha sido un trabajo más compacto, de él y yo trabajando juntos a un buen ritmo. Ha sido muy rápido, a mí la verdad es que me ha sorprendido. Es sorprendente, pero hemos hecho el disco en cuatro meses, y hemos tenido mucha suerte en ese sentido, porque por esa misma razón nos podía haber salido una chapuza. Yo cuando me metí en el estudio sólo tenía tres canciones, el resto surgió muy espontáneamente. De hecho, el disco me lo estoy aprendiendo ahora, porque hay letras que ni tan siquiera he tenido tiempo de memorizarlas de lo rápidas que salieron cuando estábamos ya en el proceso de grabación”. En un momento en que todo lo que suena a hip hop ha devenido materia prima ansiada y deseada por multinacionales, programas de televisión e informes periodísticos generalistas, la vieja guardia de nuestra escena es consciente de que hay que aprovechar la coyuntura para asentar definitivamente un género en clarísima expansión en nuestro país. Antes, em