“Ahora no lloro” constituye un antes y un después en la trayectoria musical del joven artista, que busca explicar su camino de superación. “Venimos de trabajárnoslo y queremos ser inspiración para los chavales. El vernos ahí cada vez un poco más arriba les ayuda a ellos a intentar superarse”. Al preguntarle si el Nickzzy de hace un año lloraba, ríe y responde sarcástico “El Nickzzy de antes de sacar el álbum no lloraba, pero este disco es una manera de decir que ahora todo va mejor y que nos hemos superado”.
Nickzzy empezó a meterse en el mundo de la música a los dieciséis años, a través del cantante –y ahora amigo íntimo suyo– Rakeem. “Pude conocerlo en persona y le canté un tema acapella en su estudio. Y ahí empezó todo. Como cuando te da un flechazo en el amor, pues lo mismo en la amistad. Hubo un flechazo amistoso y nos dimos cuenta de que tenemos las mismas metas. Queremos motivar a los que vienen detrás. Cuando yo tenía dieciséis años, ver a un Morad o un Beny Jr. en lo alto, a un Quevedo o a un Saiko, me motivaba a pensar ‘Joder, yo también puedo llegar hasta ahí’”.
"Haber hecho un álbum muestra un respeto, que has sido capaz de crear un proyecto grande con un sentido”
Nickzzy empezó en el drill, pero ha conseguido desvelar una nueva cara de esa moneda, optando por un drill más melódico y sincero en el que hay lugar para el romanticismo y la superación. “Parece que tienes que dar imagen de maleante, pero yo he intentado quitar eso. Lo que identifica a un artista es cuando habla de su realidad y no cuando cuenta fantasmadas que nunca ha vivido”. Gracias a ello, el artista ha conseguido hacerse con un público muy fiel que se identifica con su realidad y que aprecia esa cercanía, esa honestidad y esa melodía. Así lo demuestran las más de trece millones de reproducciones de las canciones de “Ahora no lloro”. Aunque no solamente le ha dado su toque propio al drill, sino que también está empezando a atreverse con diferentes estilos musicales. De hecho, este primer álbum es buena muestra de ello. “Quería que fuera un proyecto para marcar una etapa de mi carrera, para demostrar que de verdad amo la música y me desenvuelvo en diferentes estilos. Haber hecho un álbum muestra un respeto, que has sido capaz de crear un proyecto grande con un sentido”. Una suerte de carta de presentación ante la industria de la música y antes su público, tanto el que le ha visto crecer como el que le ha descubierto con el álbum.
En cuanto a su diversificación, Nickzzy ha demostrado que no solo tiene talento para el drill. Ha probado con el reggaetón, el dancehall y el afrobeat y no rechaza ningún género. “Te hago una bachata si hace falta, y sin problema. Intento romperla en todos los ritmos”. Aunque atreverse con nuevos géneros siempre puede generar algo de polémica. “Alguna gente me dice que quieren al Nickzzy de antes, el que hacía drill, pero un cambio siempre es necesario. Cada vez que saco un tema intento que sea mejor que el anterior. Eso es lo más importante. En la música no vives de hacer lo mismo. O innovas o ahí te quedas. Y tu público te va a querer hagas o no hagas lo que hacías antes”. Se trata de perder la timidez al experimentar. Nickzzy reconoce que le está funcionando en los diversos géneros que ha ido probando. “Si me dices que cambio de drill a reggaeton y que mi reggaeton es una mierda... Mis colegas y mi madre, que están conmigo día a día, me han dicho que en el reggaeton soy un bestia. Si ellos me lo dicen, tiro palante. Si no se hace realidad, pues vuelvo a mi drill”. Y es que el drill siempre va a estar ahí para Nickzzy.“Nunca voy a dejar de hacer drill. Es esa joyita que no puedes soltar y que me ha dado lo que tengo hoy en día”. Al preguntarle qué estilo no se esperaría su público de él, parece pensar, pero responde con convicción y una sonrisa. “Un brasileiro fuerte”.
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En un momento en el que muchos artistas optan casi exclusivamente por la estrategia de sacar singles, Nickzzy se ha decantado por la vía tradicional. “Hay que saber pararse y hacer las cosas poco a poco, porque cuando vas muy rápido en el camino, subes muy rápido y caes al mismo tiempo. Hacer un álbum son meses de trabajo que podrías haberle dedicado a sacar música suelta y seguir petándolo, pero lo mejor es disfrutarlo. Ir recto, tener un proceso más lento y que puedas disfrutar con ello”.
Con una actitud paciente y calmada, parece que el artista no tiene prisas en escalar en las listas y confía plenamente en todo lo que le depara el futuro. “Aunque no salgan las cosas, todo llega si tiene que llegar”. Evita realizar colaboraciones superficiales o buscar el camino rápido. “Soy una persona que casi no hago feats, porque me interesa conocer bien a la gente con la que estoy compartiendo, ya sea por ejemplo ahora mismo contigo. Si me dieras mala vibra, obviamente no estaría aquí sentado”. Se ríe y le agradezco que no se haya ido. Nickzzy es consciente de que hay maneras en las que podría viralizarse: “yo ahora le hago una tiradera al Quevedo y me hago un hit, pero ya ves tú… prefiero tener mi proceso lento”. Y es que toda tendencia es temporal, lo que sube acaba bajando y Nickzzy está construyendo su trayectoria a medida que va avanzando. “Prefiero ser artista de una época que de un tema. Ahora estoy en la base de que puedo vivir de la música y estoy creado un proceso lento que a la gente le está gustando”. Se define como “un cantante que lo ha conseguido, pero que lo sigue intentando”. Rehúye de las tendencias y propone un ejemplo claro: “Mira el respeto que tiene un Dellafuente, aunque no esté sonando en tendencia”.
"Nunca está de más que la gente esté pendiente de mí”
Con “Ahora no lloro”, Nickzzy parece haberse hecho un hueco solemne dentro de la escena urbana española. “Hay gente que se está interesando en nuestro proyecto y está mirando a ver cuál es nuestro próximo movimiento. Nunca está de más que la gente esté pendiente de mí”. Se ríe, pero rápidamente lo agradece: “con diecinueve años muy poca gente está en esta situación. Mi padre con diecinueve años ya te digo yo que estaba haciendo otra cosa”. Y es que, a su edad, el cantante dominicano cuenta con un tema, “No toy en Gente”, que supera los veinticinco millones de escuchas en Spotify. “Lo de la música fue una simple tontería que empecé probando y me terminó gustando del todo. Mi sueño no era ser cantante, pero me está saliendo bien. Aunque todos sabemos que el día de mañana hay que tener un plan B”. Él no lo tiene, pero tampoco le tiene miedo a lo que pueda pasar en el futuro. “No tengo estudios. No tengo otra escapatoria, pero prefiero vivir del hoy y mañana ya pasará lo que tenga que pasar. Si esto se acaba, habrá que empezar de nuevo otro camino. Igual encuentro un deporte que me encanta o un trabajo que me encanta y soy buenísimo”.
Al observar la portada de su nuevo álbum, el niño que aparece en frente de una casa de madera resulta familiar. “Como el álbum va de superación, busqué de lo más antiguo que tenía y encontré esta foto en la que se observa el lugar en el que me crié”. Nickzzy vivió en República Dominicana hasta los diez años, edad con la que cruzó el charco para establecerse en Bilbao. “Yo vengo de una casa de madera que se estaba cayendo, que entraban las serpientes y tenías que matarlas. Pasar de eso a venir aquí y tener una buena vida, ir al colegio público...”, comenta, y aprovecha para agradecerle el esfuerzo a sus padres, quienes le han brindado una gran oportunidad. “Hoy me veo siendo cantante y pienso que allí no hubiera tocado un micrófono en mi vida”.
El nombre de Nickzzy suena cada vez más, con lo que habrá que ver dónde estará en un tiempo. Ni él lo sabe, pero sí tiene un objetivo que le gustaría cumplir: llenar un WiZink. “Lo ves así y dices ‘ostia, un WiZink petado yendo a ver a un dominicano’, pero todo puede pasar”.
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