Tras la enorme tragedia que ha supuesto para todos los seguidores de Slipknot y del metal en general, la muerte repentina del carismático Paul Grey, qué mejor que intentar seguir adelante con proyectos estimulantes. Y Murderdolls es uno de ellos, con Joey Jordison como cabeza pensante, y Wednesday 13 como fiable mano derecha. Un conglomerado en el que punk, glam y metal tienen cabida, con efluvios de ese sleazy que llevaba la batuta del negocio musical a finales de los ochenta, aunque esta vez la música que ha facturado el grupo suene más a rock clásico. “Nuestro primer disco, del que hace ya ocho años, era diferente a éste. Éramos más jóvenes, las melodías eran más pop, había también más descontrol. Ahora hemos madurado, y eso se tiene que notar en el sonido. No es tan heavy, es mucho más emocional, y las letras son básicamente personales”. Como productor han elegido a Zeuss, responsable de trabajos para Hatebreed o Shadows Fall, bandas que van en otra onda a la suya. “Eso era lo que buscábamos, alguien a ajeno a nuestro universo, al de Murderdolls y al de Slipknot, y él era la opción ideal. Nosotros veníamos de la experiencia con 3 Inches Of Blood, y nos apetecía probar con un cambio de rumbo”. Amén de la gira junto a Rob Zombie, cabe destacar la presencia en el disco de Mick Mars de Mötley Crüe, que toca la guitarra en dos piezas del disco. “Nuestro manager buscaba un invitado conocido, y a nosotros siempre nos gustó el sonido de Mick. Fue fácil convencerle, y allí estuvo con nosotros tres días en el estudio. Siempre fue el miembro menos mediático, el más infravalorado del grupo, pero sin él no se podría entender a Mötley Crüe”.
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