Ahonda aquí Marcos Montoto, el líder de este nuevo combo, en su pasión por el rock de corte americano clásico, con apuntes psicodélicos, aunque dejando espacio también para que intuyamos cuáles son otras de sus filias. Le preguntamos a Montoto, antes de nada, hasta qué punto estamos frente a un proyecto en solitario o algo más bien coral. “En gran medida es un proyecto en solitario o más bien personal, pero planteado como una banda más que como un solista acompañado. Busco a conciencia puntos en común y retroalimentación con el resto de músicos, como fuente de intercambio de ideas y aportaciones, porque creo que esa interacción produce una energía y un ‘feeling’ que considero importante y enriquecedor. Me inspira y me indica un poco por dónde tirar para sacar lo mejor de los ingredientes con los que cuento”.
“Aunque trato de no caer en el ejercicio de estilo, al cantar en inglés siempre va a ser inevitable en cierta medida"
Efectivamente, a lo largo de este disco tan guitarrero, se aprecia la solidez y fiabilidad de la base rítmica, que con Diego “Manfred” Martínez al bajo y Wilon De Calle a la batería, ataca temas que difieren bastante entre sí. “He prestado, como siempre, especial atención a los sonidos y a tratar de acercarme, a través de ellos, a mi visión. La verdad es que estoy contento con el resultado y puedo reconocerme en todas las canciones aunque sean, como dices, bastante diferentes entre sí. Supongo que mi estilo a la guitarra es en gran medida el hilo conductor, ya que he intentado tocar las diferentes sensibilidades o registros que manejo y que remiten inevitablemente a mis influencias, algunas muy evidentes”. Entre estas influencias, mayormente anglosajonas, se observan guiños a su tierra asturiana. “Aunque trato de no caer en el ejercicio de estilo, al cantar en inglés siempre va a ser inevitable en cierta medida. Es difícil despegarse de una cultura que a uno le fascina y lleva absorbiendo desde siempre, pero también creo que lo que lees, escuchas y aprendes, pasa a formar parte de lo que eres. Dicho esto, con este disco, aunque sea de forma simbólica o referencial, he tratado de reflejar el paisaje y entorno geográfico en el que la música fue creada y que es una fuerte inspiración para mí, tanto a través de alusiones más o menos directas en las canciones, como en el diseño del álbum”.
Llama la atención, entre el material propio, una enérgica versión de “Cold Rain And Snow”, tema tradicional que también versionaban Grateful Dead. “Fue una decisión sobre la marcha y un poco a regañadientes por mi parte, ya que no quería incluir versiones. Pero Manfred, nuestro bajista, insistió en grabarla, ya que funcionaba muy bien en directo. Teníamos catorce temas, de los que tres eran en castellano, uno instrumental y diez en inglés. Para mantener la coherencia, decidimos meter el instrumental y los temas en inglés. Sumaban once, así que para redondear y tener seis por cara, grabamos esa y creo que fue un acierto”.
Por cierto, el solo de guitarra de esta versión corre a cargo de Hendrik Röver, aprovechando que él ha sido también el productor y mezclador del disco en sus estudios de Muriendas (Cantabria). “Hendrik interfiere o sugiere lo justo y necesario, pero en general te deja a tu bola y facilita que la banda toque muy cómoda y relajadamente. Grabamos en directo las bases y fue como estar en el local de ensayo o en directo. No sé si es el hecho de que la sala suena bien, que él saca un sonido muy bueno y muy natural, que la forma de trabajar preserva la energía innata del grupo tocando a la vez, o todos estos factores juntos, pero el caso es que el resultado ha sido mejor de lo que imaginábamos”. Este potente sonido logrado en el estudio augura emociones fuertes cuando sea reproducido en directo en próximas fechas, algunas ya anunciadas y otras en camino. No las dejen escapar.
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