MONSIEUR BOHEME
EntrevistasBertrand Burgalat

MONSIEUR BOHEME

Lluís S. Ceprián — 09-01-2001
Fotografía — Archivo

Digamos que estamos ante uno de los personajes más inquietos de todo el panorama musical francés. Bertrand Burgalat, se ha convertido casi en un icono venerado, al que algunos incluso osan en comparar con el mismísimo Phil Spector. Hasta ahora había compaginado disciplinas tan dispares como la composición, la producción y la realización.

Pero su innata inquietud le ha llevado a firmar desde sesiones en soporte digital con lo mejor de su sello, hasta a dar forma al reciente "The SSSound Of MMMusic" (Tricadel/Virgin, 00), una obra arsénica, que baraja momentos de auténtico delirio psicodélico con el clasicismo pop de los sesenta. Burgalat es algo así como un bohemio, muy conectado con algunos círculos de la intelectualidad francesa. Sin ir más lejos, este año produjo y se encargó de la parte musical del disco del escritor Michel Houellebecq, además de haber producido con anterioridad "Chante" de la actriz Valèrie Lemercier y "Ma Langue Au Chat" de Katerine, uno de los más destacados responsables de la nouvelle chanson. Todo, en la creación de este polifacético hombre, cuenta con un trasfondo de índole simbólica; para ser más concretos, apuntemos que no es nada gratuito que el título del disco contenga la "s" y la "m" triplicadas. "La idea fue de un escritor francés amigo mío, que me sugirió la idea de alargar las eses y las emes, ya que al pronunciarlo le recordaba al sonido de un cohete que vuela por los cielos. La verdad es que la idea me encantó".

"Aunque se empeñaron en meterme dentro del saco del french touch, la verdad es que no tengo nada que ver con esa etiqueta"

Hay que echarle mucha imaginación al asunto, pero ya se sabe que el mundo de los artistas es, a veces, tan complejo… "The SSSound Of MMMusic" no fue grabado de un tirón, sino que se trata de un compendio de canciones compuestas desde 1995 hasta ahora, lo cual resulta evidente con la atenta escucha de un disco que no peca precisamente de lineal. "He tenido muchos problemas para grabar este disco. Empecé hace cinco años, pero siempre me han ido surgiendo otros proyectos que me impedían concentrarme en el mío. Cuando comencé, se empeñaron en meterme dentro del saco del french touch, y la verdad es que mi música no tiene nada que ver con esa etiqueta". Pero, aunque todo nos haga pensar que la única música que le motiva se haya en los anales de la música popular francesa, me sorprende cuando se confiesa adicto al clubbing francés actual. ¿Cuánto habrá que esperar para que le veamos escribir canciones que prescindan de ese halo de preteridad? "Aunque existan artistas que lo hagan, en mi caso creo que sería demasiado pretencioso, necesito casar el pasado con el futuro, sino mi música carecería de consistencia. Pero creo que no sólo me pasa a mi, el punk se basó en el salvajismo del rock de los cincuenta. La música psicodélica de los sesenta buscó en la experimentación musical de los años veinte. Siempre hay un antes que sirve de referente". Intento imaginarme a Burgalat, relajado en un café de París, pensativo, escribiendo en una servilleta de papel, pero no puedo. La idea que he preconcebido sobre él, es la de un hombre hiperactivo para el que dormir es sinónimo de lujo. Una de las muchas actividades de las que participa, es la de dirigir su propio sello discográfico, Tricadel. "Empecé en el 95 y la verdad es que fueron unos días bastante duros, pero por suerte tenía la fuerza del que empieza cargado de esperanzas. Tardamos en grabar nuestro primer disco más de lo que esperábamos, pero al final fue todo satisfactorio. Cuando empezamos seguimos la inercia de los otros sellos, continuando con los artistas de hace diez años. Pero ahora hemos cambiado y trabajamos con los artistas que realmente nos gustan. A veces, intentamos hacer cosas que aún no se han hecho".

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