Lukiek presenta su nuevo disco el 10 de mayo en Jimmy Jazz (Vitoria-Gasteiz) y el 16 de mayo en Santana 27 (Bilbao).
- El disco salió el 15 de abril, pero habéis tenido la oportunidad de rodar las canciones antes en algunos directos, ¿no? ¿Qué sensaciones tenéis de la prueba del algodón de los conciertos?
Nos ha venido muy bien dar varios conciertos antes de la salida del disco. La clave ha sido hacerlo fuera de Euskal Herria. Sin tantas caras conocidas y menos expectación que en casa, ha sido perfecto para estirarse después del letargo de año y pico. Ahora nos toca defender el disco por aquí, pero ya hemos quitado el nervio y nos vemos en forma.
- El número 3 anima a pensar en una trilogía, pero no sé si lo veis así, como el final de un viaje.
Es una forma de cerrar un ciclo. No tiene por qué ser el final absoluto, pero sí que da pie a empezar de cero la próxima vez. Aunque seamos las mismas personas, lo siguiente que hagamos será algo diferente. O no, yo qué sé.
- Se percibe en este tercer disco, y también en los anteriores, una ambición de diversidad. Proponéis una aventura de tintes surrealistas en las que parece que pasa de todo. La portada parece una premonición del viaje de fantasía que le espera al oyente, con la luz y la oscuridad de las mejores historias.
Somos unos románticos y nos gusta hacer discos. Lo vemos como un viaje, con sus transiciones y conceptos. Las portadas de Ximon Agirre (en este caso en compañía de Paula Uharte), siempre han captado la esencia y sobre todo el tono de las letras y música. Todo es como un sueño, a veces como una pesadilla, confuso pero atractivo.
- Pero en esta historia decís que no hay moraleja, que es “engullida por las nubes del ocaso”.
En nuestras fábulas no hay moralejas. O al menos son ambiguas. Es importante abstenerse de definir algunas cosas. Ponerle nombre a algo es quitarle muchos otros nombres que podría tener y eso se cargaría el desarrollo de un imaginario fértil.
- No solo hay diversidad como disco, también en cada pieza, en cada canción. Hay mucho cambio de paisaje desde el principio con “Sagatzak Negar” o en “Beilegi Hori”, por ejemplo.
Creo que cada vez nos gusta más componer de esta forma. Con cambios y sorpresas dentro de una misma canción. Hace que las primeras escuchas sean divertidas y a veces aporta identidad a una canción que parecía que se iba a quedar en algo muy genérico y plano.
- “Subaru Bat Doble Filan” recuerda a Rage Against The Machine y “Ardi Baltzenak” tiene toques arabescos, ¿todo es bienvenido en Lukiek?
Entra casi de todo en Lukiek. No sabemos muy bien dónde están los límites, pero intuimos cuando una canción tiene los ingredientes para formar parte de un rollito. Creo que en cada disco añadimos más ingredientes y cada vez hay menos miedo a meter cosas diferentes.
- ¿Cómo surge un tema largo como “Ardi Baltzenak? (dura 7:44, el más largo de vuestra trayectoria)
Es el más largo que tenemos, sí. Es fruto de un collage de ideas. Las diferentes progresiones de acordes que maneja el tema son muy hipnóticas y lo cierto es que podríamos estar otros siete minutos metidos en el bucle.
“Ponerle nombre a algo es quitarle muchos otros nombres que podría tener”
- Habéis vuelto a grabar en los estudios de El Tigre, ¿qué clima encontráis ahí?
Nos sentimos como en casa. Xabi Egia también es nuestro técnico de directo y ya hay mucha confianza. Estar a gusto en el estudio es clave. Se pasan muchos nervios en esas situaciones y en realidad debería ser una experiencia bonita para recordar siempre. El Tigre se siente muy cálido.
- Habéis definido alguna vez el grupo como “pop metido dentro de la rabia”, ¿creéis que desde esa perspectiva conectáis con el sonido de los 90?
La música de los 90 siempre va a estar ahí. Fue el punto en común que tuvimos los tres integrantes. Poco a poco hemos ido dándole forma a nuestro sonido, pero siempre hay pinceladas que recuerdan a cosas muy diversas de la década, desde el chándal metal al shoegaze.
- Vuestro proyecto se caracteriza por un gran eclecticismo, transmite mucha sensación de libertad y de personalidad. Bajo vuestro punto de vista, ¿es la única manera de hacer música que conecte con la gente?
Para conectar con el público, primero hay que conectar con uno mismo. Entonces supongo que tienes que ser lo más sincero posible contigo y hacer algo en lo que crees de verdad. Pero tampoco es del todo así, porque también veo a mucha gente conectar con cada chapuza que echa para atrás. Así que claves parece que hay más de una.
- Llama la atención la proliferación de grupos de calidad que se da en una zona pequeña como Mungia: Lukiek, TOC, Belako, Wicked Wizards… ¿A qué creéis que se debe?
Siempre ha habido grupos en Mungia, pero ahora somos muchos los que estamos en activo y parece que pasa algo especial. No tengo ni idea. Nos relacionamos entre nosotros y supongo que nos retroalimentamos y nos motivamos mutuamente. El gaztetxe también ha hecho mucho. Llevamos 10 años con un espacio así en un pueblo que nunca había gozado de tener nada igual y se nota mucho la vida y las ganas de hacer cosas que tiene la gente.
- Vuestro euskera mungitarra es una seña de identidad, ¿qué creéis que os aporta?
Tampoco nos sentimos especiales por cantar en nuestro dialecto, pero sí que nos parece importante hacerlo así. Nos gusta rescatar palabras que ni siquiera usamos ya, pero que sí que lo hacían amama ta aitite. De alguna manera plasmamos e inmortalizamos nuestra idiosincrasia en nuestros discos. Hace años casi todos los grupos de Bizkaia cantaban en batua, ahora ha cambiado y llevamos nuestro dialecto con orgullo.
- Energía, pegada, pasión… Son algunos de los adjetivos que ha recibido vuestra propuesta. ¿Qué le diríais a los grupos que están empezando (vosotros que lleváis 10 años)? ¿Con la pasión es suficiente para perseverar en esto? En un contexto en el que es tan difícil ganarse la vida con la música.
La pasión es lo primero, claro está. Y como hemos comentado antes, hay muchas formas de conectar y llegar a la gente, pero yo optaría siempre por la sinceridad musical y la autenticidad. Creer en tu proyecto es lo que hace que no te de vértigo subirte a un escenario y puedas compartir algo que no sé puede hacer de ninguna otra manera.
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