“Bueno, Domino es una compañía inglesa: empezaron aquí hace quince años, aunque poca gente lo sabe porque apenas fichan artistas británicos. Pero es un gran sello, y son muy buena gente, así que es un placer haber firmado con ellos”. Y más aún teniendo diecinueve años, la edad de Sam Mehran, nuestro interlocutor. Y todavía más si se tiene en cuenta que “For Screening Purposes Only” no pega ni con cola en el catálogo de su compañía. Claro que una banda que comienza llamándose “Balls” (“eso ni siquiera fue un grupo: era sólo una tontería muy divertida. Queríamos tener un nombre gracioso, como una posse de hip hop”) está claro que no pretende asombrarnos con su sutileza. “Empezamos siendo colegas, y siempre íbamos juntos a los mismos clubes de mierda en Londres. Todos nuestros amigos comunes estaban montando grupos por aquella época, así que también nos pusimos a ello”.
"La primera época de Rapture también nos gusta mucho a todos. Pero los grupos nuevos en esa onda no me interesan"
Como ven, lo normal. Lo normal, al menos, para un grupo cuya edad media es de veinte añitos. La tradición también sanciona la costumbre de formar y reformar la banda mil veces antes del bolo inaugural.“De repente nuestra primera formación se fue al garete, así que nos cambiamos de nombre y nos pusimos a componer y ensayar el repertorio nuevo: tuvimos sólo dos semanas para hacerlo antes de nuestro primer concierto. El miembro del grupo que se fue nos sugirió el nuevo nombre, para dar una sensación de continuidad entre las dos bandas. En realidad es una broma, es como decir ´¿a quién le importa?´”. ¿Hace cuánto fue eso, Sam? “Hace trece meses”. Sí, han leído bien: Test Icicles sólo llevaban un año en esto cuando el ojeador de turno les ofreció la posibilidad de grabar su primer Lp. La pregunta es ¿se lo merecían? Bueno... Dado lo que puede oírse en el disco, la respuesta sería afirmativa pero con reparos. La banda se las apaña para combinar estribillos sabrosos con guitarras rezumando distorsión digital (la de los heavies, vamos) y una actitud considerablemente más agresiva que la de unos Franz Ferdinand, pero eso no quita el que un oyente mal intencionado lo tenga muy fácil para decir que suenan a los de Glasgow pero en más sucio y con toques hardcore. Saben mantener sus orejas abiertas, no obstante, y eso da esperanzas: puede que algún día maduren. “Escuchamos un montón de música, cosas muy diferentes entre si: a mi me gusta el punk, el metal clásico, grupos de hardcore... También otras bandas más ruidosas, sobre todo del underground americano, como los Ex Models. Y también pop, pop clásico. Supongo que el disco ha salido de la mezcla de todas esas cosas”. Y, por lo pronto, esa combinación les ha servido para aparecer en dos publicaciones británicas tan incompatibles como Kerrang! y NME... “Bueno, me gustan los grupos de los que habla el Kerrang!, pero es que luego está el ´nu- metal´ y todas esas bandas que salen ahora como setas, y supongo que a nosotros nos metieron en ese saco... Creo que les gustamos, no obstante, pero no hacemos metal, eso seguro”.
Pero dejemos las melenas a un lado (ningún Test Icicle lleva el pelo largo, la verdad) y hablemos de otra etiqueta igual de odiosa: el “dance punk”. Sí, a estos chicos también se les ha intentado encajar allí. “Pues no se qué decir... Me gustan Gang Of Four, la no wave, y también Joy Division y Bauhaus. La primera época de Rapture también nos gusta mucho a todos. Pero los grupos nuevos en esa onda no me interesan: es un género que de repente se ha vuelto popular tras llevar dos décadas siendo lo peor, y hay mucha gente que lo practica sólo para poder decir que hace dance punk”.
Sin embargo, hay algo que les emparienta con el fenómeno: el uso de bases programadas. “En realidad usar programaciones nos resulta muy incómodo: yo prefiero con mucho tocar como un grupo ‘de verdad’, con un batería, pero cuando quisimos meter percusión real en el disco la tuve que grabar yo. Pero no creo que fichemos a un batería de directo: sería demasiado trabajo extra en los ensayos”. Una última pregunta: recientemente una página web preguntó a su bajista, Devoté, por una razón para comprar el disco y el respondió “ninguna”: ¿se le ocurre a Sam algún motivo más sólido? “No, la verdad. No me compraría el disco ni loco: me lo bajaría del Soulseek”.
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