| “Se puede decir que no hemos surgido de otras bandas sino que paradójicamente hemos sido cantera de muchas formaciones” |
Es el caso de Alfonso (guitarra) y Ramiro (batería) de Hechos contra el Decoro. Julián estuvo en Malarians. Hay gente que aterrizó en P.V.P.”. Si bien en sus inicios el repertorio se centraba en standards de jazz puro y duro, el giro a sonidos más accesibles se hizo de rogar. Finalmente el veto del público pudo más que el afán virtuosístico inicial. “Los tres o cuatro primeros años éramos más jazzeros, pero un día nos dimos cuenta de que aburríamos al personal. Fue cuando nuestros amigos nos dijeron que teníamos que ser más divertidos. Así que dejamos a un lado el virtuosismo e intentamos hacer un jazz más moderno y bailable con influencias de la psicodelia”. En una línea parecida a la de la Fundación Tony Manero, los gallegos The Groupfathers, Watch Out o Mama Funko, los madrileños achacan su tardío bautismo en el estudio a la falta de riesgo de las discográficas ante la música instrumental. “Música para un Guateque Sideral es el único sello que se arriesga un poco con Mastretta, Carlo Coupé y nosotros. En esta ocasión hemos contado con más tiempo y dinero. El primer disco era una recopilación de los mejores temas que habíamos sacado en los dieciséis años anteriores. Este trabajo es más concreto. Lo grabamos en tres meses y medio en Sub Sonic, un pequeño estudio de nuestro amigo Gerardo Calvo. La producción, al igual que en ´Persecución Implacable´, la hizo Ramiroquai (batería) que conoce perfectamente lo que queremos”. A diferencia de su antecesor la novedad llega con dos canciones en las que las voces hacen acto de presencia, en este caso de la mano de Dwomo en “No More Funk” y Lichis (La Cabra Mecánica) en “Misterio de los antivirus en el bar La Parada”. “Son amigos de Ramiroquai. Con ellos hemos grabado más material que saldrá en un próximo disco cantado dentro de cinco o seis meses”. Su intrusión en el séptimo arte llega con su participación en la banda sonora de un remake de la clásica “Atraco a las tres”, en este caso a las tres y media. “Aunque el score de la película lo hacía Paco Ortega a Raúl Marchand, el director, le encantó nuestra música”. ¿Y a quién no?
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