“No estábamos dispuestos a convertirnos en una banda de un solo ritmo”
Entrevistas / Los Brazos

“No estábamos dispuestos a convertirnos en una banda de un solo ritmo”

Sergio Iglesias — 12-04-2022
Fotografía — Javier Gimeno

Los Brazos están de vuelta con “Universal”, un nuevo trabajo en el que, a través de nueve canciones, van recorriendo, prácticamente, todo el espectro del rock: folk, swing, hard rock, blues… un disco imprescindible.

Para comenzar, cuéntanos cómo os planteabais este disco, después de tantos años sin publicar temas nuevos.
Lo que pasó con ‘Universal’ es que iba a salir en 2018, y uno de los objetivos del nuevo disco era que la gente escuchara a la banda de la forma más aproximada a la sensación que tiene en vivo cuando nos escuchan; muchas veces se ha dicho de Los Brazos que sonamos como si fuéramos seis personas tocando en vez de tres, y siempre habíamos tenido eso en la cabeza.
Pero como teníamos un montón de material grabado de la gira de “Gas”, que fueron años muy intensos de conciertos y festivales, decidimos posponer la salida del nuevo trabajo para sacar el ‘Live’. Este disco supuso un currazo enorme, porque hubo que escuchar y seleccionar mucho material, y posteriormente, nos llevó otros dos años de gira. Así que la idea era sacar ‘Universal’ en primavera de 2020, pero llegó la pandemia y se paró todo.

¿Cómo aprovechasteis ese tiempo muerto?
Cada uno tuvimos tiempo para hacer un poco de introspección y ver cuál era nuestro papel en la banda, cómo íbamos con lo nuestro y creo que, a decir verdad, a los tres nos vino muy bien para parar y reflexionar un poco. Así que, a mitad de pandemia, cuando pudimos reunirnos de nuevo, dijimos “¿por qué no refrescamos y volvemos a grabar ‘Universal’?” Así que lo hicimos y, en cuanto vimos que se iba a poder girar, lo publicamos y todo ha ido muy rápido: sacar el single, seguido sacar el disco y empezar a girar… en cuanto han abierto la puerta, hemos cogido carretera porque no sabemos cuándo nos la van a volver a cerrar (risas).

Me dices que son canciones que llevaban hechas unos cuantos años, ¿han cambiado mucho en este tiempo?
Las canciones han ido evolucionando, porque hemos ido tocándolas y puliendo cosas… en este disco, hemos tenido tanto tiempo que parecía que tuviéramos una discográfica grande detrás apoyándonos (risas). Ha habido cambios en las líneas de voz, en las guitarras, e incluso en las estructuras de algunas canciones.
Como músico, con el tiempo vas aprendiendo a dar más intención a las canciones y yo creo que eso ha sido uno de los grandes cambios que tiene ‘Universal’: las canciones quieren llevarte por la historia mientras te la cuentan, hay matices en las letras que han cambiado y en cuanto a los sonidos y la producción, sabíamos que iba a ser diferente, con más guitarras y coros… pero todo eso, como te decía, habría sido imposible sin ese lapso de tiempo que hemos tenido para la creación.
Es un disco mucho más ambicioso, teníamos ganas de que la gente nos abriera sus puertas y nos metiera en sus listas de spotify, junto a sus artistas de cabecera, así que la intención era tener una producción y un sonido parecido a todo eso, en vez de ser tan crudo como en otras ocasiones.

Una de las cosas que más sorprende de este disco es que, en tan sólo nueve canciones, pasáis, prácticamente, por todo el espectro del rock, ya que hay swing, rockabilly, soul, blues, folk…
Sí, el título de ‘Universal’ le viene al pelo, desde luego (risas). Yo creo que a todo el mundo le gusta hacer diferentes estilos pero, a veces, parece que hay alguna norma no escrita que dice que, si una banda es de blues, sólo puede hacer blues, o una banda heavy sólo heavy… ¿por qué?... Si, de hecho, el origen de todo esto está en gente como Elvis que lo mismo te cantaba góspel que hard rock, o en James Brown, que hacía un montón de cosas diferentes…
Hay muchos estilos y matices y creo que es imposible que nadie diga que no es más divertido hacer cosas diferentes. Nosotros empezamos en esto para divertirnos y no estábamos dispuestos a convertirnos en una banda de un solo ritmo, porque nos parecería un peñazo. Yo, cuando he escuchado a un guitarrista repetir licks y dibujos, se me va a pagando el interés y no quiero provocar eso en otras personas… ¿y qué te voy a contar de mis compañeros que son del mismo palo, y que lo mismo escuchan a Nino Bravo que a S.A.?

Una de las claves de que hayáis aguantado más de diez años como banda, personalmente creo que es esa sensación de honestidad que transmitís, y que hace que la gente vea en vosotros un grupo de colegas que se lo pasan bien tocando juntos…¿cómo se llega a ese punto de complicidad?
Hombre, yo creo que la clave es que tenemos un público súper fiel, que viene a vernos siempre y que se alegra sinceramente cuando las cosas nos van bien… es brutal nuestra conexión con la gente que nos sigue y con los que se van sumando.
Sí que es verdad que, cuando nos encontramos y empezamos este proyecto, los tres estábamos ya de vuelta y un poco cansados de ciertas cosas como los egos, las pretensiones… todo lo que te encuentras en el día a día en la música, que es mucho más duro de lo que aparenta; así que esto ya nos pilla mayores, con experiencia y sabiendo muy bien lo que queríamos.
En la música es muy difícil que acabes teniendo un castillo en La Toscana con helicóptero en la puerta, así que no sé por qué hay tanta gente que sueña con eso. Si me dieran el sueldo de un profesor por tocar, yo sería la persona más feliz del mundo, no necesito ser rico y, si estoy en la música, es para pasármelo bien con la mayor cantidad de gente posible… mis compañeros piensan igual, y eso la gente lo ve y atrae porque da una imagen muy amigable.
En ese sentido, este disco es una confesión abierta de decir: “esto es lo que hacemos, lo que nos mueve y lo que nos gusta”, y queremos transmitir ese sentimiento y no estamos en esto para vender nada, así que, quien quiera escuchar nuestra música es bienvenido, pero quien quiera tomarse una caña con nosotros, también (risas). Por eso también, en este disco las letras son mucho más literales, dicen lo que quieren decir sin ocultarlo con poesía, en el libreto están las letras traducidas y creo que todo esto es una parte muy importante del disco y de que la comunicación con la gente vaya a más.

“Esto es lo que hacemos, lo que nos mueve y lo que nos gusta”

Para la producción de este disco, al igual que en los anteriores, habéis contado de nuevo con Saúl Santolaria, que parece que ya os tiene cogida la medida ¿no?
Saúl es un genio con sus virtudes y sus inconvenientes porque, a veces, es muy difícil trabajar con una persona tan buena y que ya tiene claras tantas cosas. Yo lo conozco desde hace unos 20 años y, desde entonces, siempre he trabajado con él, por la sencilla razón de que también tiene la misma inquietud que tenemos nosotros de mejorar siempre. Por otro lado, cuando ves alguien que está trabajando todos los días el gran potencial que tiene, eso es un lujo. Sabe cómo tienen que sonar las cosas mejor que muchas personas a este lado del charco y tiene clarísima la importancia de la energía en una grabación. Está a tope con nosotros, y ya no es sólo un productor que puede hacer cosas a las que nosotros técnicamente no llegamos, sino que es un componente más de la banda.

Hoy en día, tal y como se escucha la música, ¿es casi un acto heroico sacar un disco de 9 ó 10 canciones?
(Risas) Sí, por eso nos preocupamos de dar una forma y una intención al disco, con el orden de las canciones y demás; los discos de Los Brazos te los meriendas enteros y, de hecho, en las estadísticas, se puede ver que más del 80% de nuestras escuchas son enteras… son discos que van directos al grano, muy directos y, si te das cuenta, la última canción te suele invitar a volver a dar al play (risas)… al final, es una cuestión de empatía con la persona que está al otro lado.

¿Cuándo empezasteis a preparar este ‘Universal’, pensasteis en cómo ibais a llevar al directo un disco tan “gordo” y con tantos arreglos?
Una cosa que tenemos muy presente es que los discos son para escuchar y los conciertos son una experiencia diferente, así que, lo primero que buscamos al hacer las canciones es que suenen bien en trío, explotando todos nuestros recursos, luego vamos llenando huecos y cuando tienes eso, puedes grabar la canción como te dé la gana y con todos los arreglos que quieras, porque ya sabes que va a funcionar en directo.

Como me decías antes, ya habéis empezado con la gira de presentación, ¿había ganas de volver a juntaros de manera normal con vuestro público?
Pues sí, la verdad. La experiencia de ver la cara de la gente no tiene precio, y eso es lo que realmente nos da la vida: ver a la gente bailando feliz… La espera se ha hecho larguísima, así que ahora el subidón está siendo tremendo…tanto que casi nos da miedo, a ver quién nos para ahora (risas).

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