Aunque “L’Enfer Tiède” (Lithium/Green Ufos, 02) es el disco más importante de los últimos años, son pocos los que se han interesado por una obra que, en apenas treinta minutos, elabora la reflexión ética, moral y cultural más honda e inapelable de la música contemporánea. Su impacto podrá pasar desapercibido para la gran mayoría; el resto ya no nos lo podremos quitar de la cabeza en la vida. Suya es la más apabullante, devastadora y conmovedora yuxtaposición de palabra y música que ha sabido legarnos el rock europeo reciente, sobre todo porque su apariencia y cuerpo tienen más que ver con Public Enemy, Disposable Heroes Of Hiphopcrisy o Joy Division que con cualquier otro referente actual.
| "Cuando componíamos teníamos una razón para cada canción, pero ya no me acuerdo de ninguna " |
Arnaud Michniak y Damien Bétous acuden al extremo para avivar la llama de la verdad. (Bétous) “Somos los primeros oyentes de nuestra música, desde el inicio buscamos aquello en ella que nos conmueva. La oscuridad no es un objetivo, pero sí uno de los resultados de esta búsqueda”. (Michniak) “El objetivo de Programme es hacer discos diferentes que interpelen al oyente violentamente”. De ahí la complejidad de su discurso. “L’Enfer Tiède” será el mejor disco del año para los que nunca levantaron la mano en clase, los que tienen miedo al salir de casa, los que aceptan su incapacidad para la acción, los que se saben débiles, los que han perdido la fe y la esperanza en la humanidad y los que participan del ocaso existencial al que se dirige nuestro presente. Hacía mucho tiempo que no disfrutábamos de un retrato tan vivo y contundente de nuestro momento. (Bétous) “Ése debería ser el principio… Aún no está todo hecho o dicho, si continuamos con nuestro proyecto, debería ir en el mismo sentido”. (Michniak) “Los textos, como la música, reflejan lo que sentimos de manera cotidiana, así que reflejan también ciertos miedos colectivos, porque vivimos en el mismo mundo que los demás ; sólo hay un a priori, intentamos escarbar en sus ‘almas’ como en las nuestras. Nuestra relación con la sociedad es omnipresente en nuestros discos, nos parecería falso no hablar de ello. Escribo para atar cabos entre yo y yo mismo, entre yo y el mundo. Eso implica forzosamente la autocrítica y también es el medio de mostrar o de probarme que puedo continuar teniendo una visión verídica sobre las cosas. También es un poco autodefensa contra lo que es la música en general, contra las mentiras de nuestra época, el genocidio mental pseudo cultural, la rentabilidad a cualquier precio, la falsa ingenuidad de nuestra Europa indefendible. Intento vengarme por la verdad, aunque suene tan ingenuo como puede parecer”. Pero es una visión de la realidad que, en su absoluta franqueza y dimensión expresiva, abraza cada uno de los estamentos que nos envuelven. Y la música no puede ser una excepción. “L’Enfer Tiède” es un artefacto sin domesticar donde la libertad y el riesgo asumido reflejan su odio hacia los sonidos de ahora. (Michniak) “La música de hoy en día es cada vez más ligera e instrumental, la nuestra contiene muchas palabras y no busca distraer. La hacemos en reacción a la música de nuestros días, pero sobre todo porque es lo que sabemos y queremos hacer desde siempre”. (Bétous) “Encontramos que la mayoría de las músicas actuales están en desacuerdo con la realidad de nuestra época. Pero sabemos que todo artista tiene la opción de preocuparse por lo que le rodea, o no. Los músicos del infierno tibio intentan encajar lo mejor que pueden en el ambiente nauseabundo, ridículo y lamentable en el que estamos obligados a vivir”. A partir de ahí, que cada uno asuma su irresponsabilidad, vendría a decirnos este magistral álbum que, en un mismo planteamiento, conjunta la obra de Ciorán, Public Enemy, Michaux, Cantet o Ian Curtis. En su mezcla de nihilismo atroz, pensamiento filosófico y violencia política se hallan los momentos clave de 2002. No lo olviden. (Michniak) “Sí. Lo verdaderamente pesimista es el cinismo. Es hacer películas, discos, únicamente por razones egocéntricas y por alimentar a la industria del ocio. Es tomar al público por débil mental, o por simples consumidores”. (Bétous) “Hablar de cosas duras no es ser pesimista: es hablar de cosas duras”.
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