La ciencia del rock
EntrevistasRocket Science

La ciencia del rock

Redacción — 17-03-2004
Fotografía — Archivo

Puede que sea el revival garajero, el maldito mal llamado retorno del rock o el éxito cosechado por otras bandas de su país lo que les ha ayudado a dar el salto desde las antípodas y recibir excelentes críticas, sobre todo en el Reino Unido. Rocket Science, sin embargo, no son clónicos de The Vines, ni de Jet, ni mucho menos de The Strokes.

Ciertamente, su punto de partida puede ser próximo al de esas bandas, pero ellos han elegido un camino propio que les impide sonar retro y, en cambio, les permite tanto incorporar elementos techno en sus discos, como imprimir una energía brutal a sus temas cuando éstos son interpretados en directo. Aprovechando que la presentación de su segundo largo -"Contact High"- les trajo a nuestros escenarios formando un sorprendente doble cartel junto a The Darkness, charlamos con Roman Tucker (voz, teclados) y Dave Gray (bajo), minutos antes de su actuación barcelonesa. La experiencia de su encuentro con los hermanos Hawkins la noche anterior en Madrid estaba fresca en su memoria.

"Somos eclécticos, tenemos muchas influencias distintas y no intentamos simplemente recrear el sonido de nuestros viejos vinilos"

"Pareció que a su público le gustamos. The Darkness están más cerca del metal, mientras nosotros somos más punk-high-energy-rock-and-roll, pero creo que el público apreció la energía de nuestra música. Fue increíble, nos hacían el saludo heavy metal. Es algo que no había visto en mucho tiempo (risas)". Evidentemente, no siempre le exponen a uno en el escaparate más favorable cuando está dándose a conocer, pero ese es un inconveniente que Rocket Science asumen y superan sin problemas. "Hemos estado tocando en Australia mucho tiempo y ahora se acaba de reeditar también nuestro primer disco ("Welcome Aboard The 3C10") en el Reino Unido, así que para nosotros es excitante, es como empezar de nuevo. Ese disco ya tiene dos años, pero está recibiendo muy buenas críticas. No suena pasado de fecha para nada y demuestra al oyente europeo que no venimos siguiendo los pasos de The Vines o The Strokes ni nada parecido, porque se trata de un disco anterior a su éxito". Las diferencias, además, las marcan en todo momento con su sonido. Éste es el que hace que, aunque su estilo sea un viejo conocido, no se les pueda confundir con una banda clásica de alguna década anterior. "Somos eclécticos, tenemos muchas influencias distintas y no intentamos simplemente recrear el sonido de nuestros viejos vinilos. Eso sería aburrido. Expresamos en conjunto la personalidad de cada uno de los miembros del grupo". En cualquier caso, a nadie se le escapa que Roman es quien lidera la formación. "Antes yo escribía la mayoría del material, pero a medida que pasa el tiempo lo basamos más en la colaboración". Esto demuestra que están evolucionando y nos hace interesarnos por las diferencias entre sus dos álbumes. "El primero suena muy lo-fi. Lo grabamos cuando sólo llevábamos cuatro meses juntos, para tener un documento de lo que estábamos haciendo. ´Contact High´ está mucho más producido y trabajado". Por último, sepamos su opinión acerca del aparente buen estado de salud de la escena australiana. "No es que haya una escena en el sentido de que salgamos juntos por ahí. Lo que sucede es que unas cuantas bandas han provocado cierto impacto en Europa y Estados Unidos, cuando en realidad hay muchas otras que tienen la oportunidad de tocar y subsistir allí sin contar con el apoyo de una multinacional. Supongo que sí podemos llamarlo una escena, teniendo en cuenta que existen bandas que se conocen y se respetan unas a otras".

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