Recordé haber visto su nombre en aquella compilación navideña del sello Jeepster llamada “It´s A Cool Cool Christmas”, acompañando a ilustres nombres de la escena independiente como Belle And Sebastian, Teenage Fanclub, Grandaddy... Poco después supe que grababan por Bella Union (toda una garantía), y que con su segunda entrega, “Jetlag Dreams”, se sumaban al proyecto de dicho sello discográfico (conformando la cuarta entrega de un total de siete) llamado “Series 7”. De esta forma fui acercándome a lo lejano hasta llegar a su último disco hasta la fecha, “Too Late To Die Young”, con el que establecí un bello vinculo emocional. Por eso citarme con uno de sus creadores, Tim Keegan, fue como una necesidad a la que respondió afablemente. Empecé por un tópico, pero el juego de palabras de ´too late to die young´ y sus múltiples interpretaciones debían obtener una respuesta. “Lógicamente ya no tenemos dieciséis años, pero con la edad que tenemos nos gustaría llegar a dónde llegó gente como Jeff Buckley o Nick Drake, aunque la manera de conseguirlo sea distinta”. Más que una banda deberíamos hablar de una orquesta.
| “Kid Loco sabe en cada momento lo que está haciendo. Si cree en el proyecto se involucra hasta el final, además es exigente y pasional” |
Formada por cuatro músicos (con mayúsculas) que dominan gran cantidad de instrumentos, en ocasiones tan distantes como un oboe y una guitarra eléctrica, resolviendo de forma virtuosa su compleja unión. “Es cierto que tenemos la capacidad de tocar diferentes instrumentos, pero cuando trabajamos las composiciones cada miembro dispone de un instrumento principal. Es a partir de esta base cuando se decoran las canciones con texturas y sonidos hasta llegar a crear ambientes tridimensionales. En los directos la cosa se complica, por eso buscamos un entorno más íntimo y acústico”. Su música se mueve entre sonidos perfectamente estudiados y otros fortuitos, entre el factor humano y la libre interpretación de la música instrumental, todo acoplado suena en palabras de Keegan “como una película a la que le añades una banda sonora, es como darle forma y poder” (de hecho, una canción suya forma parte de la banda sonora de “Aceras de Nueva York” de Edward Burns). En este disco han contado con el apoyo del prestigioso y reputado productor (y músico) Kid Loco. “Sabe en cada momento lo que está haciendo. Si cree en el proyecto se involucra hasta el final, además es exigente y pasional. Conoce perfectamente la historia y se inquieta por los nuevos sonidos. Fue una experiencia que repetiremos”. A lo largo de su carrera han tenido una curiosa fijación por los aeropuertos y el mar, además de invitar a gente de otros grupos -Cocteau Twins, Sing-Sing o al mismísimo Kid Loco- a participar en sus canciones. “Lo de los aeropuertos es por el constante uso que hacemos de ellos debido a que dos de los miembros viven en Nashville, uno en Debon y el otro en Brighton, de ahí aparece esta obsesión por el mar. Por lo que se refiere a las colaboraciones, es la consecuencia lógica de tener amigos músicos”. De esta manera agrandan su mini-orquesta regeneradora, aquella que entiende de tradición y modernidad, aquella que viaja de América al Reino Unido y del Reino Unido a América, aquella que, sin dudarlo, deberías situar en lugares preferentes.
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