Los cantos del recardelino, pájaro cantor que da título a su debut, no suenan en las inmediaciones del colegio mayor al que dedica “Mis Tías” ni entre los aplausos y gentes en los declara temer perderse en “Últimamente”. En un Madrid en el que los recardelinos han sido sustituidos por pitidos y motores, al aragonés no le ha quedado otra que trinar en su nombre. El jotero tenía claro que quería ocupar un espacio en la industria musical, y para conseguirlo tuvo que hacerlo a su manera. “Yo llegaba al estudio y no sabía de qué hablar. Hablar de amor me costaba un montón porque nunca me había enamorado hasta ahora. Entonces decidí hablar de lo que más me importa, el Moncayo”. Es por ello que, en su álbum, se encuentra una canción con el título del pico además de otras como “Virgen de Magallón” y “Magallonera”. Esta última “es uno de los pilares de la jota y una de las primeras que aprendí. Habla de mi pueblo y además de ser su himno es un poco el de mi vida. Allí cuando anuncian el pescado y la carne siempre suena”.
"Hay una parte de humor en mí que tampoco quiero perder”
Para adentrarse en la profundidad de su raíz y traspasar la barrera del cliché, Juanjo se ha rodeado de los mejores para hacer la jota suya y que siga siendo jota. “Si voy a poner un botijo en un videoclip o sacar algo del traje regional, lo quiero hacer con sentido. Quiero saber cuál es el botijo que se utiliza, con qué colores se pinta la cerámica allí o como partir el traje regional sin hacer un destrozo. Tenía que hacerlo bien y por eso investigué con Juan Isauca, catedrático de la Universidad de Zaragoza, que es quien mejor conoce la historia del pueblo”. Aun así, el cantante no limita el género a lo que entendemos en el imaginario colectivo. “Aunque no haya nada de folclore, el tono con el que yo hablo, una bandurria o mi abuela los considero folclore porque para mí es un aura”.
Ahora que ha conseguido respetar la tradición, su mayor reto se encuentra en renovarla. “Un trabajo que voy a tener que hacer a partir de ahora es aprender a usar el folclore para tratar temas de actualidad o de mi día a día y creo que es lo que va a definir mi música en un futuro. En el presente hay que romper con muchas cosas, y en la jota hay letras que están obsoletas, muy verdes y que dicen cosas muy fuertes”.
“Todo lo que soy y fui” se ha convertido en el mantra de la gira de quien es “tan mayor y tan niño”. En el escenario, además de jotas, se atreve con versiones como “Amante Bandido” de Miguel Bosé. “En mi directo hay mucho folclore pero también partes mucho más cañeras y muy pop que también son yo. Hay gente que me dice que ha venido obligada acompañando a su hija o amigas que se va super contenta y se ríe también. Hay una parte de humor en mí que tampoco quiero perder”.

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