“He tenido el acierto de plantearme esto como un oficio y no como una carrera”

Iván Ferreiro ha anunciado, de cara a la próxima primavera, una gira denominada “Hoy x Ayer” con la que celebrará sin tapujos sus treinta y cinco años de carrera artística. El gallego se enfrentará de cara con un pasado al que no siempre es sencillo regresar.

(Puedes consultar las fechas de su gira al final de esta entrevista).

La cita tiene lugar en torno a las cuatro de la tarde en ese imponente edificio bautizado como ‘The Music Station’ que el sello Warner ostenta en la zona de Príncipe Pío de Madrid. Una vez acomodados en el sillón que nos acoge, la primera pregunta es tan obvia como obligada, apuntando hacia el momento exacto y los motivos por los que Iván Ferreiro decidió diseñar esta gira denominada ‘Hoy x Ayer’. “Hace unos meses alguien tuiteó que se cumplían veinte años de ‘Canciones para el tiempo y la distancia’. Me impactó la hostia y hablando con mi manager de eso me dijo que el hacía mucho tiempo que quería que hiciera una gira con todo mi material. Contando los años me di cuenta de que, a lo tonto, eran treinta y cinco años de carrera. Yo no suelo mirar mucho para atrás. Ha habido recopilatorios y eso, pero son cosas de ‘estos’ (N. del A.: se refiere al sello, en cuya sede nos encontramos). Yo siempre trato de tirar para adelante, pero pensé que igual era el momento de mirar hacia atrás. En otras ocasiones que pensé en ello todavía no me veía capacitado para enfrentarme a esas canciones”.

“Me sigo viendo como el mismo idiota que era en el instituto”

El caso es que el gallego va celebrar, en perspectiva y sin tapujos, treinta cinco años de carrera. Un generoso trazado que abarca desde la época de Los Piratas al que hasta la fecha es su último disco en solitario, “Trinchera Pop” (Warner, 23). Una perspectiva que, de algún modo, podría provocar vértigo o incluso respeto, al enfrentarse el músico de frente con su pasado artístico. “Aunque de pronto me vi con fuerzas y ahora estoy con muchas ganas, lo cierto es que a veces no quieres verte en el espejo del pasado. Me acuerdo de mí mismo cuando era un gilipollas en otra época y no me gusta. Después de decidirlo he pasado alguna crisis, pero tiene más que ver conmigo y lo personal que con las canciones: a veces no apetece enfrentarse a uno mismo. Ahora que ya me he acercado a algunas canciones estoy otra vez con la confianza a pleno rendimiento, pero por el camino tuve dudas. Aunque siempre tengo dudas con todo y creo que el día que no dude es el día que voy a tener problemas de verdad”.

Lo cierto es que, en estos días, la nostalgia vende. Un sentimiento que puede verse como algo negativo, pero que también puede motivar un tipo de felicidad muy específica. “Yo no soy muy fan de la nostalgia. Tengo la sensación que la nostalgia nos merma y, en general, no he querido nunca mirar mucho hacia atrás. Me parece que es más una trampa que un lugar seguro: si viajas al pasado corres el peligro de quedarte ahí. Y, si te quedas mucho tiempo en el pasado, te va a sentar mal. Aunque a veces es inevitable que la nostalgia nos atrape, me aterroriza pensar que mi vida fue mejor en el pasado de lo será en el futuro”. Inmersos en esta retrospectiva, quizá haya algún tropiezo en forma de disco o de movimiento en la carrera de Iván Ferreiro del que el de Nigrán se arrepienta. “En realidad no, aunque hay cosas que me gustan más y cosas que me gustan menos. Me doy cuenta de algunos tropiezos con los que a veces se lo hice pasar mal a los productores, porque estaba empeñado en ciertas cosas. Pero fueron procesos de aprendizaje. Lo bueno de las canciones es que puedes cometer errores con ellas. No son errores garrafales donde muere gente ni se rompen cosas caras. No sufro y me gustan mis errores”.

En efecto, otro de los motivadores de esta gira venidera es el vigésimo aniversario de “Canciones para el tiempo y la distancia” (Warner, 05), el que fuera primer disco en solitario de Ferreiro tras finiquitar Los Piratas, en lo que fue un momento clave de transición que llevaba implícito un riesgo. “La verdad es que venía de un ambiente tan malo en Los Piratas que estaba muy ilusionado. Tenía algo de optimista suicida. Estaba liberado y tranquilo, empezando a trabajar con mi hermano y haciendo unas canciones que a mí me encantan. Tenían todo lo que yo quería decir, las grabé como quise y las toqué como quise. Así que no pasé miedo, sino todo lo contrario. Lo anterior suponía un peso tan grande que me sentía muy ligero, libre y esperanzado. Pensé que era el momento de hacer una carrera sólida y conseguir que fuera todavía más grande que lo anterior”.

“Cuando comencé mi carrera en solitario tenía algo de optimista suicida”

Los noventa fueron una época fascinante en la escena musical patria, con el indie tomando el relevo de ‘La Movida’ y conformando un nicho de la propia escena con mucho peso propio. Un espacio en el que Los Piratas ocuparon un lugar destacado. “Lo que más recuerdo es hacer canciones y trabajar mucho. Y, sobre todo, fue una época de mucho descubrimiento musical y de aprendizaje, también en la producción y la grabación. Todos en el grupo íbamos aprendiendo y tirábamos mucho unos de otros. Además, es la época de Nirvana, de los Red Hot Chili Peppers, de Los Rodríguez, de Kiko Veneno, de Radiohead. Había cosas increíbles y lo recuerdo como una época donde en todo el mundo quería hacer una canción diferente”. Un bagaje que señalaría a Iván Ferreiro como figura inexcusable del indie-pop patrio. “No, yo no me veo a mí mismo así. Trato de no verme (Risas). Me da un poco de pudor cuando me lo dicen. Yo me sigo viendo como el mismo idiota que era en el instituto. Soy capaz de ver el trabajo que he hecho, pero yo no puedo dejar de verme a mí mismo como este tío inseguro que hace canciones; que tiene miedo; que a veces está contento y a veces triste. Entre el mito y la realidad, yo prefiero la realidad, porque si mitificas restas importancia de todo el trabajo y sufrimiento que hay detrás. Creo más en el trabajo que en el talento y yo soy más trabajador que talentoso. Y creo que a ciertas cosas llegué primero porque coincidió así, no porque sea más listo que nadie. Si no hubiera sido yo, otro hubiera llegado a lo mismo inmediatamente".

Hablamos con el entrevistado acerca de tres décadas y media de trayectoria musical y abogamos por la sinceridad cuando le preguntamos si es complicado mantener intacta la ilusión (o incluso la intensidad) por la música, después de tanto tiempo en el negocio. “Sí: es complicado. El secreto es no forzar. Hay momentos que hay menos ilusión y hay que dejar que haya menos ilusión y las cosas fluyan. Lo más importante es plantearse esto como un oficio y no como una cerrera: es el gran acierto que yo he tenido. La gente piensa mucho en el éxito como el aplauso, pero el aplauso dura una hora y media a la semana. El resto del tiempo es furgoneta, avión, hotel... y vivir. Para mantener la ilusión no hay que forzar la máquina, porque si no tendrás mucho desgaste y eso te va a matar. Es importantísimo que entiendas que este oficio no consiste sólo en estar haciendo canciones todo el rato. Hay que vivir la vida para hacer canciones, estando de bajón unas veces y eufórico otras”.

Tras echar la vista atrás durante toda la entrevista procede un giro con el que poner el punto y final a la charla, preguntando acerca de aquello que otea Iván Ferreiro en el horizonte si mira hacia el futuro. “Miro al futuro con bastante poca distancia, y ahora mismo estoy pensando en los conciertos que me quedan de esta gira. Estoy anunciando una nueva gira y aún no he terminado la anterior (Risas). Y luego toca preparar todos los preparativos de esa gira, que ahora me hace mucha ilusión. Ensayos, luces, la colocación de los temas, ver con cuáles disfruto y con cuáles no... No voy a poder hacer una canción que no me haga disfrutar”.

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