Chusé regresa a Latinoamérica, de nuevo con la violinista Judith Mateo. No sé si alguien se llega a acostumbrar a viajar tan frecuentemente con la música como excusa. “Jamás me lo hubiera imaginado. Es en experiencias así cuando te das cuenta de lo maravilloso que es dedicarte profesionalmente a lo que te gusta y ver cómo se respeta tu trabajo. Ya sea en Japón, Colombia, Chile, Argentina, Uruguay o México, donde volvemos en mayo para presentar mi nuevo trabajo y donde tenemos varios conciertos confirmados en la capital y en ciudades como Puebla, Monterey y Guadalajara”. El violín de Judith y el estilo de Chusé encajan a la perfección. Lo difícil, en un mundo tan grande, es encontrarse; ella es de Cuenca y él de Zaragoza. “Son tres trabajos discográficos juntos. Dos con Warner Music, ‘Rock is my life’ y ‘Radiestesia’, y mi disco homónimo con la canción ‘La promesa’. Ni qué decir de los más de cien conciertos juntos en la banda de Judith. Yo creo que la conexión surgió desde el principio, entendemos la música de la misma manera. El violín de Judith es, desde mi punto de vista, el proyecto de rock más importante de nuestro panorama; encabezado por una mujer, y además instrumentista, casi nada. Deberíamos valorar más la música de nuestras compañeras de profesión y denunciar la marginación que sufren, por ejemplo, en el raquítico número de artistas femeninas en los festivales. Estamos rodeados de una industria machista”.
La presentación de su disco, además de en Madrid, tuvo lugar también en su Zaragoza natal. “Siempre uno se alegra de volver a casa, a los orígenes. Yo le tengo un cariño especial a Zaragoza y Aragón. Jamás podré agradecerle, por ejemplo, a Interpeñas Zaragoza, y en concreto a Braulio Cantera, el apoyo que han dado no solo a mí sino a toda la música aragonesa. Por eso quise hacer mi presentación en el Auditorio de Interpeñas. Todo tiene que tener un sentido más allá de lo profesional. El rock tiene que ser algo más que música y es lo que dejé claro en mi presentación el pasado 9 de febrero”.
“Deberíamos valorar más la música de nuestras compañeras de profesión y denunciar la marginación que sufren”.
Un trabajo que había visto ya la luz hacía unos meses. “Desde que salió el disco no hemos dejado de tocar. Teníamos la gira en Sudamérica con Judith y una serie de compromisos profesionales. Conciertos todas las semanas, ensayar... Cada vez se cierran fechas con menos antelación y quería estar seguro de que mi show estaría al 100% para mi público. Por eso cerramos las dos presentaciones en febrero tanto en Zaragoza como en la Joy Eslava de Madrid”. Hay que remarcar que el sonido concreto de Chusé no es, para nada, habitual en propuestas cantadas en castellano. Probablemente el camino más complicado. “Hacer un disco de rock en nuestro país en pleno siglo XXI es un acto revolucionario. No creo que haya camino difícil cuando crees en lo que haces. Yo no podría defender como cantante un estilo que no fuera el rock porque es el que he vivido y luchado toda mi vida. Obviamente todo ha cambiado con las nuevas tecnologías pero Chusé Joven es un cantante que ha venido a hacer música rock, eso no va a cambiar nunca. Quizá este equivocado pero como decían Héroes del Silencio: ‘la derrota no es un opción’”.
La producción de esta nueva referencia fue cosa de Torsten Weber desde estudios Hack Parade de Berlín. “Nos conocimos hará unos cuatro años. Él tenía una banda tributo a The Doors llamada Doors of Perception. Además es un guitarrista y productor que trabaja con una increíble capacidad para entender cómo ha evolucionado el rock en todas sus épocas. No es un talibán de ningún estilo sino que toma de cada uno lo mejor y sin edulcorar nada. Si una canción tiene que sonar más dura suena más dura. En cambio en otras si queríamos tener elementos del pop de bandas como U2 en seguida encontrábamos el sonido para conseguirlo. Ha sido increíble trabajar con él”. Óscar Herrador se ha encargado de la mezcla en Stateroom de Boadilla del Campo. “Me fijé en su trabajo, en trabajos suyos, y me di cuenta que era el componente que le faltaba a este disco para las mezclas y la masterización. El combo que hemos hecho los tres ha sido genial, estoy encantado de mi disco, es un trabajo honesto y eso es fundamental para defenderlo”. Conocimos a Joven, ya hace años, como parte de la banda Atland. “Uno nunca renuncia a nada pero ha pasado mucho tiempo. De Atland me quedo con el aprendizaje, los momentos vividos. Hicimos cosas muy buenas, como el primer videoclip de la historia del rock en tecnología 3D. Editamos un disco en Japón con el sello Red Rivet Records, que una vez disuelta la banda yo me encargué de presentar allí y de esa manera cerrar esa etapa. Pero es inevitable que cuando uno crece y tus compañeros de viaje toman un camino fuera del mundo de la música debes continuar tu viaje. Les estaré siempre agradecido”.
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