GLAM ROCK: CA-CA-CAMBIOS
EntrevistasTodd Haynes

GLAM ROCK: CA-CA-CAMBIOS

Redacción — 06-04-1999
Fotografía — Archivo

ENTRE TAPAS Y CHATOS CON… TODD HAYNES

Todd Haynes es director pero en el fondo amaría ser una estrella del rock. Nos lo deja intuir con su tercer filme, «Velvet Goldmine», con su interés por el mundo de la música y con sus modales (educado, pero con tics de puro entertainer). Por ello y a propósito de la película, no se nos ocurre nadie más indicado para hablar sobre el rock de los setenta, sobre el glam rock. Si tuviera la obligación de guardar algún recuerdo de la película «Velvet Goldmine» -lo cierto es que me gustaría olvidarla cuanto antes mejor-, me quedaría con la banda sonora; lo único que no pertenece al exiguo legado que ha dejado uno de los filmes más decepcionantes de la temporada. La revalorización de las acciones del glam y el encarecimiento de un producto que hasta ahora había sobrevivido en las cubetas de precios de saldo fueron razones suficientes para que este escriba corriese al encuentro de Todd Haynes, director del desafortunado largometraje, para dar con las motivaciones que han llevado a este neoyorquino a seleccionar una de las mejores bandas sonoras que ha asaltado el mercado este año -una pena que tenga cinco lustros de antigüedad y que David Bowie no cediera ni una sola nota de su cancionero-. «No hablé con Iggy hasta que el filme estuvo hecho y no he hablado con David Bowie... nunca (risas). No, en serio, a Iggy el gustó bastante. También hablé con Brian Ferry y lo cierto es que le encantó la película y la música, lo que a mí me enorgullece. Brian llegó a decirme que si hubiera grabado «Baby Is On Fire» tal y como está en la película habría sido un hitazo (risas)». Las reacciones son importantes para Haynes y, al parecer, se siente tan padre de la película como de la música, no en balde suya es la excelente selección de canciones. El espaldarazo de Ferry ha sido muy importante para él y todavía espera la felicitación definitiva de su admirado amigo Iggy Pop. «No me gustaría que Iggy se sintiera ofendido por la película, la verdad. Le admiro mucho y le conozco bastante. De todos modos creo que en el fondo le gusta mucho la interpretación de Ewan McGregor. Mira, me han contado que en un desfile de Versace Iggy tocaba. Ewan estaba en el público, subió al escenario y ambos actuaron juntos. Acabaron sacándose las pollas en público. No estuve allí para juzgar, pero para mí este gesto ya es suficiente (risas)». Divinos cotilleos, y ¿qué hay de Brian Molko y compañía? «Muchos grupos de pop británicos actuales tienen un claro componente glam. Placebo es uno de ellos y Brian me iba muy bien por su aspecto andrógino. Cuando escuche su versión de «20th Century Boy» me quedé anonadado. Es buenísima. Además Brian es bisexual, Steven es homosexual y Estephan es heterosexual. Son el grupo perfecto, ¿no?». Haynes no esconde su homosexualidad, es más la vive con cierto desenfado. Aborrece los músculos, las camisetas ceñidas y los clubs de house. Le gusta el rock y le encanta teorizar sobre el glam y su posible revival. «Es posible que se esté gestando un retorno del glam. Y lo cierto es que no me importa en absoluto que mi película contribuya a que se genere esta moda. De todos modos creo que si el glam vuelve será en círculos bastante cerrados, no se convertirá en un movimiento mayoritario». Entonces, ¿glam es lagrimilla? «Para mí esa época fue muy importante, me interesaba reflejar el movimiento musical del modo más fidedigno y eso me preocupaba bastante. No hay libros sobre la música glam, apenas han hecho reportajes, casi no hay documentación sobre ello. Quería dar a conocer el que para mí ha sido uno de los períodos más fértiles y originales de la música rock».

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