“La figura del artista atormentado está innecesariamente romantizada”
EntrevistasGhouljaboy

“La figura del artista atormentado está innecesariamente romantizada”

Fran González — 25-06-2025
Fotografía — Francisco Montero

Nueve días seguidos sin dormir, sin ver el sol y caminando hacia el estudio, viendo solo un camino de extrarradio lleno de locales abandonados. Así de desaturado y melancólico es el paisaje que acompañó a Jordi Arroyo, Ghouljaboy, durante las noches de ida y vuelta en las que desarrolló su nuevo disco, “Dante Technicolor” (Mushroom Pillow, 25).

Ghouljaboy estará presentando "Dante Technicolor" mañana viernes 27 de junio en Razzmatazz (Barcelona).

“Dante Technicolor” es una continuación natural de su fascinante lore, a caballo entre la tragedia renacentista y el retrofuturismo punk, escenario en el que el artista confiesa haberse puesto a sí mismo creativamente contra las cuerdas. “Las ideas estaban ahí desde hacía tiempo, pero no fue hasta meterme en el estudio que mi estado de ánimo comenzó a marcar el resultado final de estas”, nos cuenta el jerezano sobre el clima emocional que determinó su álbum. “Tengo horarios de sueño muy locos. Puedo estar noches enteras sin dormir para luego pasar días sin salir de la cama, especialmente cuando me obsesiono con algún proyecto. Con la elaboración de ‘Dante Technicolor’ llegué a no distinguir entre realidad y sueño. No es muy sano someterse a uno mismo a algo así, pero me apetecía llevarme a este extremo y ver qué podía sacar de la experiencia”.

“Somos una generación capaz de escuchar a The Doors y de gozarlo también con un tema de dembow”

Estando anímicamente en su punto más bajo pero creativamente en el más alto, le preguntamos si en esto del arte es verdad que cuanto peor, mejor. “Para nada”, responde. “A mí me encanta hacer música cuando estoy feliz, pero si se da la circunstancia de que no estoy en mi mejor momento y me siento inspirado, habrá que aprovechar la situación y sacar precisamente algo bueno del conflicto. Pero por mí, ojalá vivir siempre chill. Los marrones te quitan memoria RAM, como dice mi colega Toni. La figura del artista atormentado está innecesariamente romantizada”.

“Me resultaba atractiva la idea de visitar un infierno moderno que se saliera de los estándares”, continúa cuando le preguntamos por el título del disco, compuesto a priori por dos conceptos cronológicamente antagónicos. “La narrativa del disco presenta una idea dispar con respecto a la obra original, conservando solo el deseo de búsqueda constante y fustigación personal del protagonista. Y ‘technicolor’ es una palabra que, simplemente, me encanta. Se sabe que es un proceso de filmación e impresión para cine que usaba solo unos canales de color muy concretos, habitualmente tres, lo cual vinculo veladamente con las tres personalidades de Dante, que por mi parte ya han sido exploradas en mi música con anterioridad. Pero claro, esto ya es café para muy cafeteros [risas]”.

Jordi nunca da puntada sin hilo y son sus guiños a la cultura pop y audiovisual lo que hace precisamente que su imaginario se diferencie de forma tan marcada con respecto al trabajo de sus coetáneos. “Soy un tío del 96 que creció cuando Internet estaba en pleno apogeo. El acceso masivo a la cultura ha marcado a mi generación y me encanta que eso se note en lo que ahora hago. He dejado que este disco se empape de mi pasión por diferentes tipos de disciplinas, desde la pintura hasta el diseño y la animación 3D, y por supuesto, el cine. Cada película que veo tiene un gran impacto en mí y eso termina colándose en mi música”, dice, al tiempo que recuerda algunas de las referencias más evidentes de su disco, como el tema “Tony Soprano”, la buñuelesca “Ángel Exterminador” o “Envuelto en plástico”, que muchos fans de Lynch amarán de inmediato. “Me gusta que las canciones funcionen individualmente, pero siempre que puedo trato de desarrollar cierta conexión entre todo lo que hago. Creo que a día de hoy soy el único artista español que concibe su discografía como si fuesen las temporadas de una serie”.

Los paralelismos con sus pretéritas entregas continúan a medida que desgranamos el disco, con ejemplos como “Luna (Balada a Nancy)” como referencia directa a un tema de “El Rascal” (20) o la recuperación de Superbisho para este disco (también presente en aquel trabajo). Sin embargo, y en contraste con ese superpoblado álbum, esta es la única voz colaboradora en la que decide apoyarse esta vez, precisamente por haberse vinculado con el álbum desde su gestación: “Además de formar parte de nuestros directos y de ser colega, Superbisho ha participado en el diseño gráfico y la edición del vinilo. La cosa cambia mucho cuando un artista con el que colaboras conoce bien tu movida y se involucra en ella. Y si además tiene talento, es un win win”.

“Dante Technicolor” es también su primer disco con Mushroom Pillow, pero la marca de la casa, definida por su habilidad natural para combinar ideas imposibles, permanece intacta. “Somos una generación capaz de escuchar a The Doors y de gozarlo también con un tema de dembow”, sentencia Jordi sobre la diversidad estilística que caracteriza la música del presente. “Cada canción tiene su momento para ser disfrutada, y a mí, como artista, me sería imposible a día de hoy hacer un disco de un solo género. Me gusta obsesionarme cada día con algo distinto y hacerlo mío. ¿No es acaso así cómo se aprende en esto de la música?”.

 

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