"Hay veces que la espontaneidad consigue transmitir algo que no se puede ensayar"
EntrevistasGhørxa

"Hay veces que la espontaneidad consigue transmitir algo que no se puede ensayar"

Noel Turbulencias — 25-06-2025
Fotografía — Archivo

El monstruo que habita en Ghørxa se alimenta de distorsión, melancolía y una energía que parece brotar desde las entrañas del underground gallego. Este cuarteto de Ferrol ha sabido construir, en “Mostro” (Ferror, 25), un lenguaje que parte de intuición, ruido y crudeza.

La historia de Ghørxa es también la de cuatro músicos que llegaron tarde a la música, pero supieron encontrar su espacio. "Antonio Santiago, el batería, y yo empezamos a tocar ya mayores, con 21 o 22 años", explica Pablo Estévez. "Al principio era solo tocar la guitarra con los colegas en la playa, pero luego apareció Iñaki, un chaval que había estado en muchos grupos y que nos enseñó mucho sobre componer y organizar las canciones". Aunque aquel primer proyecto (Pot Eaters) se disolvió, fue la semilla de lo que después se convertiría en Ghørxa. A partir de ahí, la banda fue creciendo con la incorporación de Carlos Brión, bajista y amigo de la escena local, y finalmente Nico Fernández, cliente habitual del bar que uno de los miembros del grupo regentaba en una zona rural. "Nos dimos cuenta de que nos flipaban los mismos grupos y empezamos a quedar para tocar", recuerda Pablo.

"En nuestra nota de prensa se mencionan nombres como My Bloody Valentine, Melvins o Fugazi"

Su sonido es un cruce entre el stoner más pesado, grunge noventero y un poso oscuro que se aleja de las comparaciones más evidentes. "En la nota de prensa se mencionan nombres como My Bloody Valentine, Melvins o Fugazi, pero creo que nuestro sonido es un poco más extremo y melancólico. Damos caña, pero también hay bastante tristeza en nuestras canciones". Ese equilibrio entre contundencia y melancolía se traduce también en un proceso de composición peculiar. "Somos bastante democráticos en el local de ensayo. A veces tenemos una canción que parece cerrada y, de repente, alguien propone una parte nueva. A veces la añadimos, otras decimos: 'Esto ya es para otro tema'. Pero siempre dejamos espacio para que las ideas respiren". En cuanto a las letras, la banda alterna, en “Mostro”, castellano, gallego e inglés. "Damos mucha importancia a la línea melódica de la voz, más que al mensaje en sí. El gallego, por ejemplo y como el inglés, es muy monosilábico y eso nos permite encajar mejor las palabras en ciertas melodías. En cambio, el castellano es más complicado y es como si se nos rompiera el ritmo".

La grabación de su disco fue tan espontánea como sus composiciones. En apenas dos días registraron, en directo, nueve temas que inicialmente iban a ser solo una maqueta. "Fue algo económico, claro, pero también queríamos que sonara crudo y honesto". La producción, sin embargo, acabó siendo un proceso más cuidado. "Un amigo nuestro muy metido en la producción nos propuso trabajar el disco con más detalle. Al final le dedicamos un montón de tiempo, puliendo cosas poco a poco, y aunque no sea el sonido más profesional del mundo, estamos muy contentos con el resultado". Esa honestidad se ha convertido en la mayor fortaleza de Ghørxa. "Hay veces que la naturalidad y la espontaneidad consiguen transmitir algo que no se puede ensayar". Quizás sea esa sinceridad lo que convierte a Ghørxa en una criatura fascinante que, lejos de asustar, invita a dejarse llevar por su rugosa y vibrante oscuridad.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.