¿Cuándo surge Loiros y cuál era vuestro concepto o idea de grupo?
En 2016 cristaliza por fin una idea que llevaba un par de años gestándose. Tenía unos cuantos temas más o menos completos y en un encuentro con Virxilio le propuse darles forma y empezar un nuevo proyecto. Su implicación desde el principio fue máxima. La idea primitiva era la de hacer un disco de jazz a quinteto (trompeta, guitarra, saxo contrabajo y batería), pero como estábamos componiendo con dos acústicas y dos voces haciendo las melodías, pensamos que el formato dúo acústico podría funcionar. No sé por qué desechamos esta idea económica y logísticamente más solvente y sostenible y nos complicamos muchísimo la vida invitando a unirse al proyecto a dos amigos con los que ya habíamos tocado anteriormente, el guitarrista Wilfried Wilde y el bajista y cantante Felix Barth. A partir de ahí se definió más la estética y estilo actuales de Loiros.
Aunque parece obvio por vuestro color de pelo... ¿Por qué escogéis el nombre de Loiros?
El primer bolo lo dimos bajo el nombre de Héctor Agullla - Virxilio da Silva Cuarteto, pero decidimos alejarnos de las etiquetas jazz. Teníamos la idea de que al ser una banda formada por personas de tres nacionalidades distintas íbamos a tocar más fuera que aquí, por lo que nos pareció oportuno poner un nombre en gallego con una sonoridad llamativa. Es guay preguntar a la gente de fuera a que les suena el nombre. Nos han dicho de todo: té, algo místico, un nombre de futbolista de Europa del este...
Empezáis fusionando la psicodelia, el post rock y la música alternativa... ¿Qué influencias directas o indirectas marcan vuestro sonido?
Más que bandas concretas, hay situaciones musicales que crean un impacto tan grande que acaban apareciendo de algún modo en tu música. Puede ser un disco que escuchaste por última vez hace 15 años, un pasaje de una canción, un repertorio que tengas que preparar con la música de otra persona… Está claro que hay influencias claras de bandas a las que somos afines estética y formalmente como Jeff Buckley, Radiohead, Oceansize… y otras más sutiles porque vienen de otros estilos ajenos al rock. Como digo siempre, el hecho de que nos expresemos utilizando códigos, lenguaje y estética propias del rock no significa que nuestras influencias vengan solamente de ahí. Son tan importantes los grupos que citaba antes como lo son Satie, Monk, Adrianne Lenker o Brad Mehldau, por citar algunos.
"Tengo mucha curiosidad por saber cómo va a ser nuestro siguiente disco"
¿Cómo ha evolucionado la banda desde ese debut homónimo de 2019?
Es difícil verlo con perspectiva si estás dentro de la banda. No sé si se verá evolución de un disco a otro, pero en “Back from the Edge” los temas están mucho más arreglados que en “loiros”. También creo que es un disco más homogéneo. Creo que en el primero definimos un estilo y en este último hemos ampliado los horizontes. La mayor de las diferencias es que en “Back from the Edge” participamos los cuatro en la composición.
¿Cómo fue el proceso de elaboración y composición de "Back from the Edge" (2023)?
En 2020 estábamos a tope con la gira de presentación de “loiros”, con grandes citas por delante. Cuando comenzó la pandemia, estos planes se fueron al garete y todos empezamos a componer y a enviarnos material para trabaja conjuntamente en él. Fue un proceso muy lento y laborioso, les dimos muchísimas vueltas a las canciones hasta que sentimos que estaban listas para entrar a grabar.
Se trata de un disco maduro con el que conseguís unificar y dar solidez a todas esas influencias que marcan vuestro sonido: jazz, grunge, post rock, psicodelia... ¿Cuánto hay de improvisación y cuánto de planificación en vuestra música?
Gracias. La improvisación sigue siendo un elemento muy presente en nuestra forma de enfocar la música. Quizás en otros proyectos más que en Loiros. Cada vez arreglamos más las canciones y dejamos menos momentos para improvisar conjunta o individualmente. En la primera época antes de grabar “loiros”, cuando hacíamos música instrumental, la improvisación era un elemento imprescindible. Aun así, aunque ahora hacemos canciones más “al uso”, todavía hay no partes concretas para improvisar, sino un enfoque orgánico en el que en cualquier momento nuestra música es susceptible de ser interpretada de una manera diferente a la que fue concebida. Puede surgir un groove distinto de manera espontánea, una segunda voz en una estrofa, alargar una parte…
Habladnos un poco de los mensajes que nos encontramos y que queréis mandar con el disco y las canciones…
A nivel lírico me gusta crear imágenes no muy claras. Para mí cada canción tiene un significado muy concreto, pero soy consciente de que no lo manifiesto de la manera más evidente. Es mi forma de escribir, no es algo que busque deliberadamente, pero me encuentro cómodo con ello. Entonces, y aunque suene a cliché total, me encanta la idea de que la persona que lea la letra la interprete a su manera, le resuene y le haga sentir algo diferente a lo que yo exprese.
¿Por dónde va el futuro de la banda?
Estos primeros meses del año estamos centrados en perfilar los conciertos de verano y otoño y tratando de editar el disco en otros países. Por lo demás, atareados con familia y otros proyectos musicales. A largo plazo, tengo mucha curiosidad por cómo va a ser el tercer disco. Me gustaría que fuera algo más extremo, aunque me temo que aún va a tardar bastante en llegar.

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