Entre Pinto y Valdemoro
EntrevistasSnowpony

Entre Pinto y Valdemoro

Redacción — 18-10-1999
Fotografía — Archivo

Todas las entrevistas sobre Snowpony que se han publicado en la prensa inglesa empiezan igual. Atrayendo la atención del que lee diciendo que Snowpony es un grupo formado a partir de la reunión de una ex-Stereolab y ex-Moonshake (Katharine Gifford), una ex-My Bloody Valentine (Debbie Googe), de la colaboración de Max Corradi (Quickspace) y Debbie Smith (ex-Echobelly) y la producción de John McEntire (Tortoise). Pero ésta no va a empezar así. Ni siquiera diciendo que en «The Slow Motion World Of Snowpony» (Radioactive-Satélite K) no hay casi guitarras y que, casi todas las que suenan, están recortadas de samplers de Sonic Youth, de Nick Cave, o de los Sonics. No. Es una forma demasiado esquemática y engañosa de empezar, ni siquiera sus chistes alrededor de «la piscina de los Chemical Brothers» en Benicàssim funcionarían. Sería mejor repasar la sensación que transmite su disco, como de que aún hay grandes sorpresas escondidas en el armario del rock indie y como de que es posible encontrar un camino en la música experimental (no lo llames post-rock, haz el favor) que acaba en la energía, la intensidad, las canciones rotundas y las letras inteligentes. Y eso que el disco no es el mejor del año, pero sí es el mejor de los sueños húmedos de cualquier indie que se precie. Incluso Katharine tiene toneladas de actitud aunque, para ésta y otras entrevistas, podría ser un poco menos lacónica y concreta, por mucho que esté harta de ser el objetivo de demasiadas preguntas sobre el pasado de los miembros de Snowpony y de los residuos que hay en la banda de sus anteriores proyectos. (Katharine) «Yo no escribía canciones en Stereolab ni en Moonshake, así que su música no es indicativa de lo que hacemos. Aunque, si esperas que vas a encontrar algo, seguramente lo encontrarás, pero no hay ninguna influencia». ¿Y My Bloody Valentine? (Se evade, recurre a Kevin Shields) «Él escribía la mayoría de las canciones. «Loveless» era casi todo suyo, aunque las cosas no empezaron así. Por eso, que ahora firme como MBV, me parece estupendo». Captado. Aunque, sin buscarlo, el disco parezca a veces una traducción actual de cómo sonarían Moonshake y MBV juntos. Entonces, vamos a centrarnos en su historia. «Sacamos nuestros primeros singles en nuestro propio sello, y luego firmamos un contrato con Radioactive. Cuando haces eso, dejas de controlar las cosas que pasan. Por eso, a pesar de grabar el disco en tres semanas, tardó casi un año en publicarse. Es cierto que querían que fuésemos otros Garbage, pero ya hay unos. Entonces, ¿para qué puede querer alguien otros? Nosotros vamos más allá. Siempre nos estamos planteando dónde podemos llegar con la banda, cómo hacer las cosas mejor y más interesantes. No queremos pensar que no damos más de sí, porque siempre queremos hacerlo mejor». Y nosotros estaremos esperando. Aunque yo seguiré buscando un principio para esta entrevista, que omita también su declarado lesbianismo y la risa que les producen las riot-grrrls. Porque mira que es difícil decir de una manera simple que Snowpony son estupendas.

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