Dilated Peoples nacieron y se reprodujeron, como aquel que dice, como parte intrínseca de esa revolución a la contra que a finales de los noventa se resistió a ceder al chantaje de la industria y sus peones de obra, esto es, productores con el caché inflado, nuevos rappers con el ego por las nubes y el flow en el culo, emisoras de radio convertidas en Judas de primera fila y, por supuesto, críticos dispuestos a abrazarse a la farola que más iluminaba. Hace dos o tres años, la defensa de un orden, un criterio y una lógica en el hip hop, amparada en la ausencia absoluta de alma, esencia, verdad y bagaje en los discos a los que podía tener acceso un mayor número de público suponía un acto suicida, una heroicidad que, a ojos del pensamiento único fascistilla de la crítica elitista española, respondía a ideales extremistas y fundamentalistas. Forma parte del signo de los tiempos –y hay que aceptarlo con resignación– que periodistas alejados de este universo se crean en posesión de una verdad que les resulta ajena. Y también parece inevitable que los medios ultraespecializados parezcan un desfile de pseudónimos en los que es imposible confiar. El hip hop está en boca de todos, pero quizás por eso mismo sería un buen momento para dejar hablar a los grandes maestros. En esa coyuntura, faltaría más, Dilated Peoples merecen un púlpito para ellos mismos. Ahora que ya han caído aquellos estandartes de una anunciada revolución –ya saben, Missy Elliott, The Neptunes, Timbaland, Swizz Beats…– que, finalmente, se ha quedado en revuelta bananera, y cuando resurge con emocionante intensidad el concepto de boom bap, es momento de rendir cuentas.
| " Nosotros demostramos en voz lata nuestro respeto absoluto por el pasado, por la vieja escuela, y tratamos de mantener ese espíritu " |
De eso habla “Neighborhood Watch”, tercer disco del trío californiano Dilated Peoples y manifiesto impoluto de clarividente lucidez creativa, que cambia la rabia de “The Platform” y la radicalidad concienzuda de “Expansion Team” por un discurso aperturista que obra el milagro: a partir de una propuesta convencidamente clasicista la banda se inventa un nuevo sonido, que retoma la senda del hip hop de la Bay Area y lo remodela con aspectos inéditos hasta el momento en su aventura sonora. El respaldo de The Alchemist (abandona, temporalmente, las cajas de ritmos electrónicos de sus aliados en Queensbridge para volver al sampler puro y duro), Joey Chavez, Kanye West o el propio Evidence en las tareas de producción es excelso, pues posibilita un hipotético choque entre la marca de fábrica Dilated y el sonido post-“The Blueprint”, símbolo inequívoco de esa recuperación a conciencia del ser y estar del boom bap. No es más comercial ni más accesible, sino que es más contemporáneo y atrevido en el mejor sentido de la palabra. Este será un disco referencia para los headz. “Queríamos que sonara diferente desde el primer momento. Entre ´The Platform´ y ´Expansion Team´ había muchas conexiones musicales, se parecen en muchos aspectos. Esta vez queríamos romper esos paralelismos tan claros, establecer una clara separación entre todo lo que habíamos hecho antes y todo lo nuevo. Elegimos las bases a conciencia, teniendo muy claro qué era lo que no queríamos repetir y qué era lo que podía aportarnos cosas nuevas e interesantes al grupo. Es cierto que antes nosotros mismos no nos atrevíamos a probar según que beats porque sólo teníamos en mente el sonido que se esperaba que tuvieran que tener Dilated Peoples. Esta vez hemos sabido dejar atrás ese miedo”. Rakaa Iriscience, compañero de fatigas de Evidence en los micros, se explica con una lucidez meridiana. Su discurso es equilibrado, reflexivo y elaborado: equiparable al de los grandes rappers inquietos e intelectuales con los que el abajo firmante ha podido entablar diálogo en alguna ocasión, llámense éstos Posdonous, Common, Guru o Chuck D. Aunque en un principio se había concertado una entrevista con Evidence, lo cierto es que a la postre incluso se agradece el cambio de última hora.
| "El boom bap es el sonido que más respeta y cuida la esencia del hip hop" |
Con “Neighborhood Watch” el trío ha conseguido una hazaña. Cuando algunos empezaban a descalificar su retroalimentación clasicista, la banda se desmarca de cualquier estancamiento con una obra aturdidora, que centrifuga lo mejor del underground de la última década en un marco de pelea y pugna innovadora. Su disco vale por toda la discografía completa del colectivo Anticon. “Nunca nos hemos recreado en el pasado, que es algo que sí pueden hacer algunos grupos revivalistas. Nosotros demostramos en voz alta nuestro respeto absoluto por el pasado, por la vieja escuela, y tratamos de mantener ese espíritu y esas sensaciones en nuestra música. Pero siempre hemos tenido la idea muy clara de que eso no era una justificación para recrear ese sonido. Tenemos nuestra propia deuda con el presente, nos gusta refrescar esas ideas y crear nuestro propio sonido a partir de unas coordenadas que para nosotros son absolutamente imprescindibles”. La memoria de la vieja escuela, el mecenazgo y liderazgo espiritual de los puntos de resistencia (DJ Premier, Pete Rock, D.I.T.C., Da Beatminerz, Prince Paul, Kutmaster Kurt…) y el aprendizaje de las nuevas generaciones, empezando por Dilated Peoples y acabando con el nuevo ídolo 9th Wonder, se han encargado de estipular la senda que tenía que recorrer el género si no quería verse rendido ante la invasión mainstream. Al tiempo que Rockwilder, Swizz Beats, Eminem, Timbaland y The Neptunes quemaban a ritmo vertiginoso sus cartuchos de credibilidad, el underground construía desde la pasión, el altruismo simbólico y el respeto a más de veinte años de historia una segunda revuelta que hoy por hoy ya ha cobrado forma. La segunda época dorada del hip hop clásico es una puñetera realidad. “El sonido boom bap nunca se fue, todos lo sabemos. No creo que se trate tanto de una revolución como del hecho que la gente que siempre había escuchado hip hop ha mantenida viva esa escena al tiempo que algunos de esos oyentes que se interesaron por lo que llamamos sonido bounce o sonido jiggy se han cansado muy rápidamente de ese tipo de producciones. Es un buen momento para el sonido boom bap, porque mucha gente se ha dado cuenta que es el sonido que más respeta y cuida la esencia del hip hop. No digo que lo otro sea una mierda, sino que simplemente no suena como a los fans del hip hop de siempre le gusta que suene”. Hoy por hoy, “Neighborhood Watch” surge como la obra que remata la faena propulsada por “The Ownerz” el pasado año, curiosamente el único disco de Gang Starr que hemos podido ver, de forma unánime, en todas las listas de lo mejor del año de las revistas más leídas del país. Es su reverso: si el último pepino de Premier y Guru suponía la culminación, la cuadratura del círculo de su discurso, este pelotazo de Dilated Peoples ya se reivindica como el inicio de un nuevo frente discursivo en la banda. En términos baloncestísticos: todo un revulsivo. “Es nuestro disco más personal, sin ningún género de dudas. Por primera vez hemos dado el paso importante de hablar de cosas y aspectos que hace un tiempo nunca nos hubiéramos planteado. Aunque son canciones que se puede aplicar uno mismo, parten de ideas y planteamientos muy personales nuestros. En realidad, de ahí nace el concepto del disco: una mirada a nuestro barrio, a las cosas que nos pasan a los tres y que, por una cuestión lógica, se puede hacer extensible a la de todo aquel que escuche el disco. En ese sentido, es innegable que para nosotros este disco supone un nuevo inicio para el grupo, desde todos los puntos de vista”. Más u
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.