El sonido de la calle
EntrevistasSway

El sonido de la calle

Lara Sánchez — 20-06-2006
Fotografía — Archivo

“Para saber hacia dónde ir, primero debes aprender a caminar sólo”. Bajo esta contundente premisa dispara toda su artillería musical Sway, el último portavoz del U.K. grime y primero de los artistas del género que, con el precedente de años de triunfo callejero, lanza un primer álbum al mercado internacional, “This Is My Demo” (Dcypha/Pias), sin contar con sello discográfico. Atentos porque esto no es más que el comienzo.

Él se lo guisa, él se lo come. Nada, salvo su lugar y fecha de nacimiento, parece casual en la trayectoria vital y artística de Derek Safo, a.k.a Sway, un antiguo productor de barrio que, tras llevar a cabo un estudiado plan, se convierte en líder de la peculiar rima anglosajona y cosecha sus mejores premios (Mejor artista de Hip-Hop en los MOBO, Artista Revelación en los Urban Music Awards). Mucho antes de ello, en los inicios, con los juegos de composición en el colegio (tenía sólo nueve años), con las producciones para amigos (con once), o antes de que sus mixtapes se vendieran como churros en la manta del hip-hop londinense, salía de la tripa de una mujer de Ghana la criatura que ahora alardea de hacerlo todo por sí solito. Y la verdad es que el pequeño Derek ya nació decidiendo: hace veintitrés años, lo que se suponía iba a ser un parto en Ghana, acabó en accidental alumbramiento en el taxi en el que su madre se dirigía, precisamente, de vuelta a África.

"Es esencial que uno tenga la oportunidad de experimentar sin que le molesten"

Desde entonces el MC se ata una bandera del Reino Unido a la boca para escupir rima del norte de Londres, de la zona donde, al salir del metro, uno se topa con mercadillos de fruta, harinas y bebidas negras y donde más se da la mezcla de civilización urbanita con raíces profundamente sureñas. “Sólo hay una cosa que te hace ser británico: vivir en Gran Bretaña. La gente se piensa que los británicos viven en castillos, no paran de tomar té o de jugar al críquet. Hay que eliminar esas ideas y prejuicios de la era del colonialismo. Por eso, y porque no me gusta enseñar mucho mi cara, me pongo siempre la bandera”. Está claro que, para el Hip-Hop, si existe un requisito imprescindible del MC es el transmitir una cierta seguridad y carisma, que lo que uno cuente en sus letras sea, además, lo que uno mismo es y opina. En el caso de Sway, que aún va a Ghana a pasar las vacaciones, se dan bastante todas las coincidencias necesarias: personalidad propia que arrasa por encima de las circunstancias vitales, fusión de una rica herencia social con un plan autodidacta y, para rematar, mucha capacidad crítica. “Sólo tengo veintitrés y pienso que ya he vivido mucho más de lo que se supone para mi edad”, canta, con un dominio vertiginoso del verso, en varios de sus temas. “Al final uno acaba hablando de lo que le rodea y, a veces, de lo que le molesta y quiere denunciar. En mi caso, mi música se identifica totalmente conmigo y mis vivencias. Algunas han sido buenas, otras malas”. Y es cierto que los temas de “This Is My Demo”, un trabajo de grime, con base soul, descaradamente al estilo de la isla, irrumpen con la fuerza de quien lo tiene muy claro musical y vitalmente: Sway relativiza desde las aceras del barrio donde le ha tocado crecer sobre tópicos como la fama, o el convertirse en artista de capucha de mil dólares; también critica la violencia doméstica, la fiebre consumista y el endeudamiento, alaba las oportunidades de una gran ciudad y canta con sarcasmo sobre el peligro de internet, “descargarse música es maravilloso, hace que el mundo musical sea más pequeño y accesible”, aclara en la entrevista. Al “Little Derek”, título de uno de los mejores temas del disco, le parece absurdo matar o escribir sobre pistolas. Más bien, se preocupa por seguir teniendo el tiempo y dinero necesarios para seguir haciendo música. En su primer trabajo hace palpable su confianza en sí mismo y una ambición feroz por evolucionar, creando sin parar hasta convertirse en el pionero de una escuela. Por eso, tras toda una carrera en estudios y a las letras, graba aquello que le ronda en la cabeza desde hace tiempo. Lo hace en tan sólo dos meses y sin acudir a sellos discográficos, montando él su sello propio, Dcypha Productions. “Es esencial que uno tenga la oportunidad de experimentar sin que le molesten. No soy anti-industria, pero quiero explotar más ideas antes de firmar con alguien gordo”. El hombre hecho a sí mismo, que tan pronto acelera en las sílabas que mencionan “Gap”, “Sainsbury´s” o “Coke”, como te transporta con su acento al mundo de las danzas Dogón, obedece a una estrategia muy personal. Primero aparecen las mixtapes “This Is My Promo”, Volumen 1 y 2, que preceden a “This Is My Demo”, un primer álbum que ya está a la venta, curiosamente, en las mismas cadenas comerciales que él parodia en uno de sus doce temas. Ahora está trabajando en “un mixtape DVD” y, finalmente, seguirá insistiendo con un segundo, un tercer y un cuarto álbum hasta llegar al quinto y último. “Me queda mucho por hacer. Nunca estoy contento”. ¿Y después? El modesto, aunque inteligente Derek, ironiza desde el móvil “si después de eso soy muy famoso, me presento a Primer Ministro”.

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