EL SISTEMA FUNCIONA
EntrevistasPresence

EL SISTEMA FUNCIONA

Redacción — 10-03-2000
Fotografía — Archivo

Siempre los ha habido impuntuales, pero no por ello más aburridos, o peores amigos. PRESENCE se ha pasado los noventa ejerciendo de ingeniero freelance (para Blur, por ejemplo) y de generador de sonidos para la pista de baile bajo media docena de alias distintos; mientras que otros se dejaban llevar por el trip hop, o el downtempo en sus bandas estables.

Y sin embargo ahora, cuando estas etiquetas están más vacías que nunca, Charles Webster se decide a grabar un disco lleno de la maravilla esquizofrénica que hubiese podido ser el siguiente paso del downtempo, si el género aún respirase. Por eso te toca decidir si «All Systems Gone» (Pagan/Ark-21Universal/So Dens, 99) es la gran propuesta que parece ser, o es un parto fallido más, a la sombra cada vez más oscura de Massive Attack. Charles Webster tiene algo que añadir al respecto. «Me han comparado mucho con Massive Attack, y no me parece mal, porque son realmente buenos, y eso va a hacer que mucha gente me preste atención, aunque no nos parezcamos tanto. Sobre todo si tenemos en cuenta que su raíz es el hip hop en la misma medida que la mía es el house». Sin embargo, hay otro punto de coincidencia innegable, que es la participación de Shara Nelson y de Sara Jay (y el añadido de Steve Edwards, ex-colaborador de Finley Quaye). «¿Cómo no iba a pensar en ellas? ¡Con la voz que tienen! Lo que pasa es que, al final, me enamoré mucho más de la voz de Sara Jay, y la trabajé mucho porque no quería añadirle mucha reverberación, como se suele hacer. Quería que fuese una voz directa, más mundana y terrenal de lo que es en realidad». De ese modo, el proyecto personal de Webster, ha terminado transformándose en una banda estable. «Y con Sara Jay como cantante fija. Aunque, si volvemos a sacar un single con su voz, pondremos siempre «Featuring Sara Jay». Y la creación de esa banda que se ha ido formando en el estudio alrededor de la grabación de «All Systems Gone», ha dado un resultado inquietante, como un latido constante de house en la distancia que se deshace en fibras de eso que todos hemos llamado trip-hop alguna vez, y que ahora vuelve a su punto de partida. Donde el soul es soul y el blues es blues. «Esas definiciones son mucho mejores, porque no le pondría ese nombre a casi ninguna de las cosas que se han llamado trip hop. Es una descripción horrible. Yo nunca me he planteado hacer un disco de trip hop o un disco de house, sino de música. Pura y simplemente música». Vale, pero en tanto que Webster ya había publicado sus trabajos más sedosos (cuatro maxis) bajo el nombre de Pressence, sus devaneos por el house, se han publicado como Furry Phreaks, o Lo:Rise. «Antes tendía a diferenciar más los estilos, pero al aceptar la innegable influencia que tenemos todos de la cultura pop, y en mi caso de cantautoras como Rickie Lee Jones o Natalie Merchant, cada vez tengo menos claro que tenga que haber diferencias entre los estilos. Más bien se trata de relajarse y de disfrutar. Nada más».

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