Los Activos nacen hace doce años como un taller de percusión flamenca en el barrio del Torrejón en Huelva. Lo que empezó como un proyecto educativo es hoy una realidad musical inapelable con un empuje y un ímpetu que ha cautivado a públicos muy dispares por todo el mundo. Quien todavía hoy dirige la experiencia es el educador Quini Martín y quienes la protagonizan son los chicos y chicas del barrio y su innato sentido del compás. En un inicio el objetivo era ocupar las horas que los chavales pasan en las calles y hoy el resultado son giras internacionales con parada en los más prestigiosos festivales. En estas fechas se publica su segundo trabajo «Tiempo Al Tiempo» (Edel, 99) y esa es la razón de nuestro encuentro con David Galán y Lucas Vega en un hotel de Barcelona. Ellos dos están en Activos desde el comienzo. «Desde el primer día, empezamos en un trozo de calle y luego nos trasladamos a un aula. Fue «tio Quini» quien vió en nosotros un futuro. Él fue el que nos caló directamente y dijo que había que hacer algo con ello. Todo se lo debemos a él. Empezamos tocando con lo que encontrábamos en la calle, con las papeleras, y a partir de ahí fuímos conociendo el cajón, los bastones,... fabricábamos nuestros instrumentos, el «paellófono» con sartenes, las macetas, tablas de lavar... Además cuando íbamos a tocar a una feria en vez de darnos dinero pedíamos que nos pagaran con un bongo o una conga». Se atropellan el uno al otro para explicarme los comienzos del grupo y siguen: «Quini ha sido como un padre para el grupo, porque es educador y también nos ha ayudado mucho a llevar la vida pa’lante. Y ahora también sigue haciendo su trabajo. Él nos ha guiado hasta aquí y sigue con las letras y la producción artística». Los dos se toman con mucha seriedad el trabajo de presentar, por primera vez, su disco a la prensa, incluso traen más anotaciones que el propio entrevistador. Son muy jóvenes, los dos tienen veintipocos años, pero están muy seguros de la música que hacen. «El disco está hecho con mucho amor propio, muy estudiado. La percusión siempre ha ido acompañada, suele ser la base, nosotros queremos ponerla arriba. El ritmo nos sale de adentro». De tan adentro les sale el compás que cualquier ritmo que pasa por sus manos se convierte en patrimonio flamenco. «Intentamos hacer otras músicas pero aflamencadas, el flamenco nunca lo perdemos nosotros. Podemos hacer un tema de percusión cubano o africano, pero la raíz flamenca no se ha perdido, esa es nuestra seña». En «Calentito» inventan el tango-rumba-samba y en «Con Fuego En Los Ojos» recrean ritmos moriscos. Pero en «Tiempo Al Tiempo» también hay flamenco puro, tocan por fandangos y bulerías, por soleares y tangos y en «Errante» se recrean en palos más serios y añejos como la toná, la liviana y la siguiriya en la voz de Lucas. La raíz flamenca y el derroche percusivo dan a este colectivo de jóvenes, que se renueva constantemente, un futuro enorme, lo atestigua el propio público. «Cómo íbamos nunca a imaginar siquiera que íbamos a estar en estos lugares, la gente nos aprecia mucho allí donde vamos y ahora sí que nos consideramos artistas».
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