DRAGONES Y MAZMORRAS

Y es que mientras sus primeros pasos (“Fodt Til A Herske”, “Crypt Of The Wizard”...) en CMI sonaban a dark-folk-ambient-industrial o “The Stargate” acudía a mundos de fantasía medieval, su nuevo trabajo rinde tributo a la dark wave, a la música electrónica oscura, a Depeche Mode, a Das Itch, al pop de los ochenta. Porque así es el nuevo sonido de este británico con una imagen más cercana a Smeagol o a la bruja Pirula que a una estrella de la música actual. Aunque, bien visto, de estrella bien poco. Lo suyo es el underground y que le dure, aunque sus nuevas canciones le hagan accesible para un público infinitamente mayor al acostumbrado en sus anteriores pasos. “Estoy muy contento con lo que he conseguido. Ha sido muy duro y solamente me arrepiento de que me haya llevado siete años fijar mi camino definitivo, dar con la línea que más me llena”. 

Y, como apuntaba unas líneas más arriba, esa nueva orientación le acerca a la electrónica oscura y algo primitiva de los ochenta, lo cual supone de paso un abandono de las formas del ambient de antaño. “No creo que me apetezca volver a la música más ambiental que he hecho en el pasado. Supongo que no todos mis fans aceptarán el cambio de estilo, pero tampoco voy a culparles si deciden darme la espalda. De todas formas, sí tengo claro que necesito trabajar en la línea que más me apetezca sin plantearme todas esas cosas”. En todo caso, muchos seguiremos apreciando también sus primeros pasos, aquellos que le acercaban más a la oscuridad industrial, gótico y a la épica salvaje de las bandas sonoras de “Cónan El Bárbaro”. “Siempre me ha gustado la idea de poder trabajar en una banda sonora, pero creo que no es lo que prefiero en estos momentos. Sigo un camino distinto y no creo que pudiera centrarme en eso como para obtener unos resultados lo bastante buenos y poder sentirme satisfecho con ellos. Probablemente tendré que esperar un par de años para poder mejorar como músico y para ser capaz de trasmitir todas las cosas que tengo en la cabeza. Si consigo eso, creo que podré trabajar en una banda sonora con garantías”. Para concluir, y como era de esperar en una revista musical sensacionalista como la nuestra –Enrique Bunbury dixit-, me veo obligado a que Mortiis valore la importancia global de su imagen en el conjunto de su relativa popularidad. Estas son sus palabras al respecto: “Todo el mundo se fija en un primer momento en la pinta que hago y por eso puede suponerse que podría participar en alguna película por cómo visto, pero creo que mi música también esconde imágenes, transmite vivencias y eso es de lo que trata una banda sonora, así que podría ocurrir algún día. Mi imagen ha sido importante durante muchísimo tiempo, pero ha llegado un momento en el que casi todo el mundo se ha acostumbrado y puede acercarse a mi música sin tener siempre que pensar en cómo visto o en cómo me comporto. De todos modos, Mortiis es la suma de mi música y de mi imagen, así que no puedo entender mi carrera, por lo menos en la actualidad, sin que ambas cosas sigan relacionadas”.