Dos amigos

James Joyce describió en “Dublineses” a “Dos Galanes”: Corley (Adam Stephens, guitarra y voz) y Lenehan (Tyson Vogel, batería); los nuestros son dos apuestos jóvenes nacidos en San Francisco en coordenadas espacio-temporales muy lejanas a las del Dublín de Joyce y, sin embargo, parejos al espíritu de los protagonistas de su relato. Acaban de publicar “What The Toll Tells” (Saddle Creek/Everlasting, 05).

Se conocieron en del jardín de infancia y desde entonces han construido juntos múltiples proyectos musicales hasta llegar a Two Gallants. Su ya segundo disco, “What The Toll Tells”, es un trabajo en el que aúnan de forma tremendamente natural punk-rock, blues y folk, alternando (o combinando) electricidad y sosiego, visceralidad y calma. El concierto que ofrecieron ante un atento público en la madrileña sala Ladinamo fue una excepción, un pequeño respiro en su gira. “Solemos tocar en eléctrico, pero nos adaptamos a las condiciones de la sala o el público. Este concierto acústico ha supuesto una vuelta a nuestros inicios, ya que así fue como comenzamos a tocar en el garaje de Tyson. Después el sonido fue haciéndose más eléctrico poco a poco”. 

Eléctrica o acústica en mano, baquetas o escobillas, el sonido en directo de Two Gallants se plasma en el disco lo más fielmente posible, natural y sincero. “Es una manera de ser honestos con nosotros mismos. No queremos que la gente crea que sonamos de una manera, llegue al concierto y se sientan decepcionados. Quizá algún día nos apetezca hacer un álbum más elaborado y producido, pero por el momento lo que queremos es mantener un estilo simple y directo”. Demuestran su pasión por el blues sureño de los años treinta, no sólo en sus temas (repletos de imperecederas historias de la América profunda, cantadas, a pesar de su tierna edad, con la emoción del más experimentado storyteller), sino también en sus respuestas cuando se les pide que formulen un deseo: si pudieran viajar en el tiempo y elegir un lugar y una banda con la que tocar, Adam elegiría retroceder setenta años y compartir escenario con Furry Lewis. Tyson se toma su tiempo y, tras indicar su conformidad con el deseo de Adam, finalmente se decide a precisar su particular sueño: “estaría bien ubicarme en Nueva York y tocar formando parte de la banda de John Coltrane”. Lo cierto es que, a falta de una máquina del tiempo, sus mejores momentos en directo, que no dudarían en repetir, los han compartido con sus amigos de Seattle: Holy Ghost Revival. Asusta pensar en tanto talento potencial, atendiendo a la juventud de Two Gallants, cuando demuestran su eficacia sobre el escenario (aquí), y la calidad de sus discos (ahora).