Días de Pop
EntrevistasLast Days Of April

Días de Pop

Mikel Sola — 11-03-2004
Fotografía — Archivo

Con discos como “Angel Youth” (Bad Taste/DiscMedi, 00) o “Ascend To The Stars” (Bad Taste/DiscMedi, 02), LAST DAYS OF APRIL se erigieron en favoritos de esta casa. O, al menos, de quienes crean su línea editorial. Ahora, la publicación de su quinto trabajo, “If You Lose It” (Bad Taste/DiscMedi, 04), debería suscitar elogios unánimes entre crítica y público.

Y es que no se trata de vender motos. Sin rodeos, los principios de Last Days Of April fueron más bien torpes y, cuando les llegó un cierto reconocimiento con “Angel Youth”, nos pellizcábamos: era un trabajo de lo más ampuloso. No obstante, ahora sale “If You Lose It” (pop agradable y de una eficacia indiscutible, así de simple) y hay que cerrar el pico. O mejor dicho, hay que abrirlo de par en par y demandar la compra del álbum. Dialogamos con Karl Larsson, más alma mater de la banda que nunca tras la deserción, en principio temporal y por motivos académicos, del batería Andreas Förnell.

" Yo siempre he sido un auténtico incondicional de Prince, y aunque me encanta, no trato de sonar como él en absoluto "

El cantante y multi-instrumentista comenta que, cuando el combo sueco echó a andar, allá por 1996, también escuchaban a grupos como Dinosaur Jr., Swervedriver y Sebadoh, pero mandaban el hardcore y el emo. “Era más difícil por aquellos entonces escribir canciones pop, y ahora no lo es, porque somos mejores componiéndolas, por eso este disco es tan honesto”. A Larsson, profesional desde hace dos años sin haber cumplido aún el cuarto de siglo, no le importa guisárselo y comérselo él solito, pues dice escribir “la mayoría” de los temas (en realidad, todos los de los últimos tres discos llevan su firma). ¿A los músicos de directo no les importa que se les diga qué tocar? “Espero que no”, ríe. Antaño sus conciertos se resentían por la falta de consistencia. Para próximas giras serán cinco los componentes: dos hachas, teclista (Rhodes, piano y órgano), bajo y batería. “Tampoco es un objetivo tener guitarras muy fuertes, porque no lo son en estudio, es un sonido muy tenue. La verdad es que no nos hemos tomado las actuaciones en directo muy en serio, pero ahora estamos ensayando unas cuatro veces a la semana, así que éste es un paso inmenso para nosotros”. Karl Larsson dice gustar del sonido un poco sucio y áspero. “Es a propósito, no es que seamos malos guitarristas ni nada. Nadie puede tocar las canciones de Last Days Of April mejor que nosotros, porque nosotros las compusimos, somos sus creadores”. Hablemos de sus grabaciones, cuyo coste se ha llegado a disparar por la inclusión de secciones de cuerda. “Para ´Angel Youth´ Pelle Gunnerfeldt -productor de Refused, The Hives, etcétera- nos hizo un precio muy bueno. En ´Ascend To The Stars´ dejamos la sección de cuerda y tuvimos más músicos en el disco, que se portaron y tocaron gratis. Aunque no sale muy caro, porque todos nuestros trabajos se han grabado y mezclado en dos o tres semanas”. El interlocutor apunta una paradoja que le produce risa: “Es un poco extraño grabar durante dos semanas algo sobre lo cual estarás dos años en la carretera, debería ser un año para el álbum y otro para la gira”. Con todo, asegura que no le atraen los holgados presupuestos de las multinacionales. Antes se ha mencionado que el directo era, hasta hace no mucho, la asignatura pendiente de los de Estocolmo. Tal vez entienda Larsson que es mejor ser un buen compositor que un as de las seis cuerdas. “Ése soy yo. No soy muy bueno tocando la guitarra, pero soy un compositor aceptable”, se regocija, satisfecho de que no sea a la inversa. Y de perdidos al río. Le reprochamos abiertamente una mal endémico propio de los grupos emo y similares, que sus trabajos –a excepción de “Rainmaker” (Bad Taste/DiscMedi, 98)– no incluyan los textos. “Nos mandan cientos de correos electrónicos pidiéndonos las letras. Es que me da que si las pones, la gente se va a sentar en el tren de vuelta a casa y va a leerlas. Y no quiero que se lean sin escuchar la música, porque están escritas a la vez y así se deberían oír”. Bien, pues que explique el aspecto vocal de Last Days Of April, faceta en la que siempre han sido, ejem, peculiares. Han recibido comparaciones con Billy Corgan antes incluso de haber oído a Smashing Pumpkins. “No veo similitud alguna en los tres últimos discos, quizá sí en los dos primeros. Yo siempre he sido un auténtico incondicional de Prince, y aunque me encanta, no trato de sonar como él en absoluto”. Se escabulle, ya lo ven, pero eso no le impide reconocer que es mejor guitarrista que cantante.

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