Con semejante nombre uno espera enfrentarse a una banda de mujeres amenazantes, mitad Joan Jett, mitad Valérie Solanas. Por el contrario (por suerte para muchos, por desgracia para otras), me encuentro con algo bien distinto. Ellas son Las Perras del Infierno. Y, digo yo, ¿eso que significa? “Significa ser lo que te dé la gana. Básicamente demostrar una actitud sobre el escenario. Para nosotras la palabra perra no tiene nada de despectivo; es más, nos encanta que nos llamen perras... pero bueno, es lo que somos. Seguro que tú también eres una perra (risas)”.
| "Tenemos mucho sentido del humor, pero eso no significa que no nos lo tomemos en serio" |
Barbarella (guitarra), Inés Perraker (bajo), Demonica (batería) y Onne Wan (guitarra también) llevan cuatro años con este proyecto, tiempo que les ha valido, entre otras cosas, para cambiar su residencia de Pamplona a Barcelona, editar un Ep en vinilo (“Somos Las Perras”, en Rise Robots Rise Records), formar parte de otra banda (los cacareados Virüs) y tocar en ciudades de todo el mundo como Berlín, Londres o Brighton, entre otras muchas. Eso sí, no han perdido las ganas de echarse unas risas. “Tenemos mucho sentido del humor, pero eso no significa que no nos lo tomemos en serio. Las letras puede que sean graciosas, pero la música es totalmente seria. Nos hemos trabajado mucho el disco”. El álbum en cuestión se llama “Intuición Canina!” y consta de trece (cortas) canciones donde han pretendido reflejar la, según dicen, fiereza de sus actuaciones. “Las canciones nos salen como churros. El disco está grabado en directo, no en un concierto, sino en una sala de grabación, pero tocado a la vez, sin apenas mezclas”. Lo que sí se mezcla en su debut discográfico es el punk mongoloide, los acordes psycobilly y la inevitable influencia de Las Vulpess (a las que homenajean con una revisión de “Me gusta ser una zorra”, su clásica versión libre del “I Wanna Be Your Dog” de los Stooges). El resultado es un sonido áspero y crudo amenizado por las melodías (tan poppies que no desentonarían en un recopilatorio de Los Fresones Rebeldes), y por las letras... en su mayoría no recomendadas para menores de dieciocho años. “Es que estamos en la edad... reproductiva (risas). Somos muy sexuales. ¿Agresivas? Sí, en el sentido de provocar. Siempre con un toque sensual. Nos parece divertido usar el sexo en las canciones”. Esa explotación voluntaria de su sexualidad, tan cuestionable, debería alejarlas del movimiento riot grrrl (donde parecen que van a parar todos los grupos de chicas y guitarras), al menos en lo que a postulados feministas se refiere. “Más que una escena, somos un escaparate (risas). Somos riot en el sentido de inmediatez y espontaneidad, pero el feminismo agresivo porque sí no lo apoyamos”. Aún así, su canción “Surfin` Las Vegas” ha sido incluida en el recopilatorio “Girls Monsters”, publicado por sello discográfico de Chicks On Speed (“las conocimos estando de gira, y ahora se han convertido en nuestras amigas”), junto a temas de aguerridas feministas como Le Tigre o las pioneras The Raincoats.
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