“Nos hicimos una foto con un grafiti que ponía Michael Jackson y nos pareció que daba para portada de grupo emo. Luego ya vimos que ese nombre no era muy viable, pero lo de Cielos Grises encajaba perfecto: aquí el sol se ve poco”, explican entre risas. Más allá de la anécdota, el nombre define mucho de su propuesta: canciones con regusto midwest emo y espíritu DIY, escritas desde la honestidad de quien hace música sin expectativas, pero con muchas ganas de decir algo. Ambos crecieron en Ponferrada y compartieron instituto. Ya habían tocado juntos en un proyecto anterior –Los Reels– cuando decidieron cambiar papeles y empezar de nuevo. “Nos apetecía que Javi tocara la guitarra y yo el bajo. Un día improvisamos en casa y salió algo mejor de lo esperado. Así arrancó todo”, cuenta Esteban.
"Un día improvisamos en casa y salió mejor de lo esperado"
Más que una escena musical concreta, Ponferrada aporta un estado de ánimo. “Su entorno es bonito y con mucha naturaleza, pero su interior carece de estímulos. Hay tiendas cerradas por todas partes. Esa energía agridulce se cuela sin querer en las letras. Tiene algo nostálgico que conecta con lo que hacemos”. A nivel sonoro, “Cielos Grises” se mueve entre el emo y la experimentación, con referencias que van desde American Football o Cap’n Jazz hasta Cloud Nothings, pasando por escenas más cercanas como la asturiana y bandas como Autoescuela. “Siempre nos ha gustado mucho esa filosofía del hazlo tú mismo. Nos marcó la escena americana, pero también hay cosas muy inspiradoras aquí al lado”. El EP se grabó íntegramente en casa, ensamblando maquetas con Reaper y utilizando baterías virtuales de Logic. “Nuestro batería se llama Kyle, venía ya con nombre, así que se lo dejamos”, bromean.
Las pistas pasaron después por manos de Pablo Rego, productor y amigo de la banda, que les dio el acabado final. “Esto ha sido casi un milagro que haya visto la luz”, reconocen. De hecho, no planeaban ni subirlo a plataformas. “Lo mandamos sin antelación, sin foto ni nada. Al final nos hizo ilusión que lo pudiese escuchar más gente, aunque fueran cuatro personas”. En “Cielos Grises” conviven canciones de rabia cansada y otras que flotan en la nostalgia. “Cada una tiene su propio estado de ánimo. Según cómo estés, una te puede representar más que otra. 'Desde el fondo' es la más de bajón, 'Adultos raros' habla de esa soledad que surge cuando la gente que quieres ya no está cerca. Es una especie de crónica emocional del quedarse”.
"Nos hace ilusión que lo pueda escuchar más gente"
¿Y ahora qué? “No hay grandes expectativas. Ojalá presentarlo en directo. Quizás aquí en Ponferrada. Si encontramos batería real, perfecto; si no, Kyle siempre está disponible”, rematan con humor. Lo importante, en su caso, no es el alcance, sino la honestidad. “Todo lo que venga será bienvenido. De momento, nos basta con hacer canciones que nos hagan sentir algo”. Porque a veces basta con eso: un par de amigos que se juntan en casa a tocar, un cielo gris sobre la cabeza, una grabadora encendida, y las ganas de convertir la melancolía cotidiana en canciones sinceras.

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