El título del disco nos lleva a uno de los barrios más conflictivos de Bagdad, pero, en la opinión de su autor, quiere ser más “una reflexión fragmentaria sobre una parte de mi país: el poder estatal aparece siempre en el disco como algo abstracto, desconocido y turbulento. Escribí estas canciones como respuesta a una situación psicótica”.
| "Escribí estas canciones como respuesta a una situación psicótica" |
A Vanderslice le preocupa la importancia que la guerra de Irak tiene en su país actualmente. “Hoy en día es el único problema que importa en Estados Unidos. La guerra ha paralizado el país hasta tal punto que asuntos de tanta importancia como el cambio climático son prácticamente ignorados”. Desde el poder –pequeño– que le otorga su condición de cantautor, Vanderslice ha escrito un ciclo de nueve canciones que empieza hablando de la creación y la destrucción (“Kookaburra”), continúa con una fábula preindustrial “que se pregunta por los motivos de la conquista del Oeste y por los supuestos beneficios que reportó a nuestro país” (“Time To Go”) y llega a su punto crítico con la persecución policial de “The Parade” y la historia brutal del asesinato de una niña, “White Dove”: “Esta es una canción sobre los límites de la compasión y es una de las más duras que he escrito jamás”, cuenta Vanderslice. A continuación, el viaje en barquito hasta Irak en tres temas impresionantes (“Tablespoon Of Codeine”, “The Tower” y “The Minaret”) desemboca en una canción “sobre la soledad y la locura” (“Numbered Litograph”) y en la final “Central Booking”, que añade un toque íntimo al septiembre trágico del año 2001. John Vanderslice estará actuando este mes en Madrid (día 3), Valencia (día 4), Castellón (día 5), Puerto de Santa María (día 6) y Barcelona (día 7).
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