Flavio Rodríguez apenas ha encontrado oposición seria para convertirse en el máximo exponente del R&B nacional, pero eso no significa que se haya conformado con ser uno de los pocos artistas del gremio que pueden compararse con los de fuera sin sonrojos. En “Eléctrico” se enfrenta a sí mismo, redoblando la apuesta de su primer largo y entregándose, acompañado del productor JC Moreno, a una melé de ritmos retrofuturistas. “No me podía conformar con repetir lo que ya habíamos hecho en el primer largo. Quería dar un paso más allá”, comenta Rodríguez. “Fue algo premeditado pero a la vez nos lo fuimos encontrando en el camino. Llevaba una época escuchando mucho a Prince y a artistas como Chromeo y Miami Horror, y cuando escuché ‘808s & Heartbreak’ de Kanye West vi claro que podía hacer otra cosa diferente al soul de los setenta”. En “Eléctrico” se mezclan las influencias del electro-funk actual con referencias clásicas (Zapp, Hashim, Newcleus) y un estilo remite tanto a los fundamentos del género (Stevie Wonder, Marvin Gaye) como a sus reencarnaciones recientes. Todo ello en un álbum sin complejos en un país con una extraña relación con el R&B. “Desde el principio ha habido mucha confusión con el R&B. Los hay que se han pasado la vida diciendo que Marvin Gaye era marica y ahora van de funkeros. En el anterior disco me criticaron que todas las letras hablaran de amor y yo les retaba a que me dijeran tres canciones de Musiq Soulchild que no hablaran del tema. Es un tipo de lenguaje que se presta a ello. Y no pasa nada”. Rodríguez tiene pocas manías, y eso se traduce en una forma de enfrentarse a las canciones sin peajes pendientes. “En mi iPod llevo a Black Kids, MGMT, The XX... A mí me gusta la música, pero cuando la hago yo me expreso de esta forma, por mi manera de cantar y de componer. No me preocupa que haya gente a la que no le guste lo que hago”.
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