“Era el momento de volver musicalmente a casa”
Entrevistas / Bonzos

“Era el momento de volver musicalmente a casa”

Kepa Arbizu — 21-06-2021

Más rápidos, más contundentes y más directos. Así se presenta la banda vizcaína Bonzos en su nuevo álbum, “Songs About Cars, Girls & Broken Hearts”, que si bien sigue siendo fiel a su doctrina característica de ánimo punk -(power) pop, son varias las diferencias que presenta respecto a sus directos antecesores. La puesta en escena en formato trío, recobrar la interpretación en inglés y por supuesto, siempre con el espíritu “ramoniano” en la mente, pero con un sonido que recoge propuestas de melódica crudeza de bandas como The Vibrators, The Real Kids o The Boys, son detalles que nos indican que Juan Carlos Parlange, ahora custodiado por Jorge y Ricky, ha puesto la vista en tiempos pasados para agitar el presente.

“Songs About Cars, Girls & Broken Hearts” es el tercer disco de Bonzos desde vuestro regreso, pero el hecho de cambiar el idioma, el formato e incluso llevar el sonido a un terreno más “sucio” y directo parece buscar más la conexión con aquel primer disco de hace más de veinte años que con los dos predecesores más actuales, ¿ha sido premeditado ese cambio de registro?
Relativamente premeditado. Jorge Hernández, batería fundador de la banda, hace poco acuñó la frase “Bonzos es Juancar y sus circunstancias”. Y es así. Mi vida personal, y sobre todo profesional, han marcado sin duda la trayectoria de la banda, pero también lo han hecho los diferentes miembros que han pasado por ella. El propio Jorge, Álvaro Segovia y Eneko (con quien también toco en Help Me Devil y First Girl On The Moon ), además de grandes amigos, son músicos increíbles. Pero durante la etapa en castellano no acababa de estar contento con cómo sonábamos con dos guitarras, me parecía que todo se embarullaba y complicaba. Esto, y que no sentí que en Bonzos había encontrado mi voz en castellano, me hizo disolver esa formación, y así reflexionar y centrarme en los discos de mis otros proyectos.

Eres alguien que se caracteriza por no mirar atrás y estar siempre maquinando nuevos planes, ¿qué ha influido para que este disco regrese a ciertos orígenes? ¿Un ataque de nostalgia? ¿Ofrecer al público esos Bonzos clásicos que añoraban?
Es cierto que según íbamos actuando iba descubriendo lo importantes que eran para muchos las canciones del primer disco y la decepción que suponía que no las tocásemos. La nostalgia es una poderosa herramienta, especialmente en la música, y aunque entendía, y agradecía, el cariño hacia esas canciones yo me resistía a no mirar hacia adelante. Pero en el verano pasado, no sé muy bien cómo, y ellos lo recordarán mejor, Ricky (batería también en Help Me Devil) y su amigo Jorge (inmenso bajista y a quien yo no conocía) empezaron a mandarme videos de ellos tocando, los dos solos en el local, el “341 Broome St.” completo. Y además de los videos incluían mensajes de que las canciones eran la bomba y que teníamos que quedar los tres para tocarlas. Yo flipaba con cómo se habían aprendido el disco de arriba a abajo y con las ganas que tenían de tocar esas canciones. Así que empezamos a ensayarlas de nuevo en formato trío y me encantó cómo sonábamos, recuperé sensaciones casi olvidadas y disfruté muchísimo cantando canciones que también para mí son importantes y muy queridas.

¿Qué aporta para un disco como éste recuperar el formato trío?
A mí el formato trío me encanta. Solo lo supera en mi opinión el mismo formato más un frontman. A nosotros nos permite que todo se escuche mejor y que la banda casi parezca una sola persona tocando. Algo evidentemente muy Ramones. Y es que en este caso Jorge y Ricky, además de excelentes músicos, son amigos desde niños y eso se nota muchísimo en su complicidad.
Tengo que destacar que Ricky grabó las 18 canciones en un solo día y Jorge de cada canción había preparado tres o cuatro lineas de bajo a elegir. Unos máquinas que sin duda me han inspirado a ponerme las pilas y componer el disco que ellos merecían.

El disco contiene 18 canciones donde casi ninguna llega a los dos minutos y todas tienen una base común entorno a ese ritmo acelerado y directo, siendo su dibujo melódico lo que las diferencia y hace que el disco gane en colorido, ¿ha sido una de los aspectos clave buscar esa riqueza de melodías entre la rudeza instrumental?
Más que rudeza quizás sea potencia. La mezcla de una base potente y melodía es obviamente una de nuestra señas de identidad, y en este disco queríamos que eso estuviese especialmente presente. No era el momento de inventar nada, era el momento de volver musicalmente a casa. Por eso también Álvaro Heras, bajista en los tres primeros discos, ha participado prácticamente en todas las canciones haciendo esos coros marca de la casa y que tanto aportan al resultado final.

Hablamos de canciones cortas, pegadizas, directas y sobre todo efectivas, ¿a veces lo que parece a priori por su estructura más sencillo suele ser lo más difícil de lograr?
Con el paso del tiempo los veteranos de cualquier arte vamos aprendiendo a hacer todo más sencillo. Lo cual es complicadísimo, y solo la experiencia te da ese don. Hay que escribir y tachar mucho para conseguir que sea lea fácil. Lo mismo pasa con las canciones. Mucho de mi trabajo ha sido quedarme con la esencia y quitar todo lo innecesario. Esto ha sido una de mis obsesiones durante todo el proceso de composición e incluso cronometraba continuamente cada canción para ir puliéndolas y convirtiéndolas en píldoras.
Por ejemplo “Too Many Kisses” es una de las canciones del disco que más gente comenta como su favorita. Prácticamente la letra y las notas se repiten continuamente, es súper simple pero tuve claro que la canción no necesitaba nada más y resistí la humana tentación de complicar las cosas.

"Mucho de mi trabajo ha sido quedarme con la esencia y quitar todo lo innecesario"

Entiendo que muchas de las canciones del álbum han sido ideadas en plena época de pandemia, ¿te ha sido especialmente difícil concentrarte en componer durante ese tiempo o el hecho de estar más aislado en tu caso te ha ayudado?
Durante la etapa del confinamiento no toqué una sola vez la guitarra. Ni quise hacer ningún video casero ni tampoco sentí la necesidad de componer. Luego, con la llegada del verano, empecé a ensayar, y pronto me vi componiendo sin parar.

Te he leído comentar que las canciones han nacido coincidiendo que estabas en la casa de tus padres de Getxo, donde empezaste a dar tus primeros pasos componiendo y tocando, ¿crees que ha influido ese entorno para que tu inspiración haya sido mayor?
Sin duda. Esa vuelta a casa musical realmente también lo es vital. Después de casi veinte años en Madrid ahora Getxo vuelve a ser parte fundamental de mi vida. En la casa de mis padres ensayamos Los Clavos y luego Bonzos, y ahora ha sido el lugar en el que prácticamente he compuesto todas las canciones del disco. Es imposible no pensar que esa vuelta a los orígenes se ha visto también inspirada por regresar a mi tierra.

Uno de los elementos que has mantenido es la producción de Martín Cápsula, aunque también participas esta vez tú en ella, ¿era una cuestión de querer controlar algo más el resultado final respecto a lo que tenías e mente?
Si, Martín y yo hemos compartido la producción. Y ha sido exactamente por las razones que dices. Mi comunicación con Martín y el conocimiento que tenemos el uno de otro son brutales. En los dos últimos años y medio hemos grabado cinco discos juntos y evidentemente eso es porque hemos llegado a un nivel de complicidad y admiración mutua inmenso. Pero este disco llegó tan trabajado al estudio que ese obsesivo cuidado de cada detalle lo quise también mantener durante la producción involucrándome al cien por cien. Pese a todo quise compartir la producción con Martín porque sabía que sus aportaciones iban seguro a mejorar muchas de mis ideas, y así ha sido.

Otro aspecto que no habéis variado son las portadas de Mario Riviere, con ese punto pop, naif y de estética de viñeta, ¿lo consideráis yo como parte de la imagen que quiere transmitir Bonzos?
Con Mario me entiendo perfectamente. En este caso le expliqué lo que debía salir en la portada (basándome en una vieja foto que encontré) y su interpretación me encantó. El mundo de los cómics es innegable que está muy cerca de nuestro universo y creo que las portadas ya adelantan mucho del contenido. Respecto a mantener la continuidad junto a él (ya llevamos 5 discos seguidos - tres Lp’s y dos singles -) hoy por hoy no veo razón para no seguir trabajando juntos. Me gusta la idea de que se identifique pronto que es un disco nuestro.

"Las dos palabras claves, y las que más veces se repiten, son “You” y “Baby”. Así que hacia donde van las flechas queda claro…."

El título del disco no deja lugar a dudas sobre las temáticas que abordas en él, ¿son tipos de historias en las que te sientes identificado y que te permiten expresarte o simplemente el complemento que un tipo de música de este estilo pide?
Yo creo que en todas las canciones hay frases que al cantarlas me emocionan porque son parte de mis experiencias. Otra cosa es el decorado, en este caso un mundo juvenil de amores que van y vienen y en el que tener un coche sigue simbolizando la libertad. De una manera premeditada quise que la portada reflejase con simpleza los tres estados sentimentales habituales: estar solo, besándote con tu chica o discutiendo con ella. Y que apareciesen un coche y las Torres Gemelas como homenaje al Nueva York que los Bonzos conocimos cuando grabamos allí nuestro primer disco.

Entre historias de amor y espíritu juvenil, en "I Don't Know"planteáis el arriesgado reto hoy en día de negaros a opinar sobre todo..
Si no llega a ser por la letra me hubiera gustado haber empezado el disco con esa canción, pero precisamente su temática, una critica a que hoy en día todo el mundo sabe de todo y su opinión vale lo mismo que la cualquier experto, me hizo colocarla más adelante y que no interfiriese en exceso con la lírica general del disco.

Y el hecho de recuperar el inglés, y cambiar de idioma, ¿influye a la hora de escribir sobre un tipo de historias u otras?
No tanto el idioma como el género musical. Con Help Me Devil he creado un universo complejo de novela negra y gotas de Bukowski con el que me siento muy cómodo. En Bonzos sin embargo las dos palabras claves, y las que más veces se repiten, son “You” y “Baby”. Así que hacia donde van las flechas queda claro….

Este disco ha salido primero en digital y lo hará en físico según se vaya pudiendo presentar en directo, ¿Por qué tomaste esa decisión, nunca pensaste en sacarlo en todos los formatos a la vez?
Me desespera el tiempo que pasa desde acabar un disco en el estudio y tener la portada a tenerlo en formato físico. De hecho hasta que no se publica no soy capaz de ponerme a trabajar en el siguiente proyecto y pierdo meses innecesariamente. Al sacarlo en digital puedo pasar página y ponerme ya a componer lo que venga.
Además de lo anterior en este caso vamos a hacer algo muy especial que es sacar en vinilo a la vez éste y la reedición del primero (del que se cumplen 25 años de su grabación en noviembre de este año). Para ello el que los quiera conseguir tendrá que reservarlos previamente porque la edición de ambos va a ser tan lujosa como exclusiva y limitada.

¿Hay planes de plasmar eso sobre los escenarios?
Cuando se pueda tocar con la gente de pie y sin mascarilla empezaremos a presentar un repertorio basado prácticamente en el “341 Broome St.” y en el recién publicado. Será en formato trío y con más ganas que nunca de cantar y tocar un montón de canciones que en directo crecerán todavía más.

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