Bien puestos
EntrevistasSonotones

Bien puestos

Nacho Ballesteros — 19-12-2003
Fotografía — Archivo

A tipos con la voz de Javi Die, cantante y letrista de Sonotones, se les reconoce a miles de kilómetros. Ya puede estar cantando o tomándose unas cañas contigo que la sensación que perdura es la de “éstas son mis razones; si te gustan, vale, si no, aire”. Y las razones de Sonotones son contundentes: su música habla por sí misma. Descúbrelo en "III".

Sonotones parece que están encontrando, con su tercer disco “III”, el reconocimiento que con sus dos anteriores trabajos se les había negado, no ya por el público, sino por la prensa especializada. La cuestión es que la propia música de Sonotones es la mejor carta de presentación, aparte de los años que llevan en la carretera dando el callo. “Se tiene que notar el que la gente nos conozca después de tres discos. Excepto en festivales gordos que no nos llaman porque hay que tener un buena compañía de manager para entrar en ellos, tocamos en todos los lados. ¡En todas las revistas ya salimos incluso sin pagar!”. Y no sólo eso, sino que hay revistas que les llaman para tocar en sus fiestas, como es el caso de quien acoge estas líneas.

“ Excepto en festivales gordos que no nos llaman, tocamos en todos los lados. ¡En todas las revistas ya salimos incluso sin pagar!”

“El concierto de MondoSonoro estuvo muy bien. Ya habíamos tocado en Moby Dick con Attaque 77 hacía dos años. Es el tamaño perfecto. Tiene muy buen equipo. Y cuando tocas en el bolo con una banda como Adult Oriented Punk -teloneros de Sonotones en la Fiesta 100 de MondoSonoro en Madrid- es cuando disfrutas realmente de todo lo que estás haciendo”. Gran parte de la culpa de que Sonotones hayan llegado hasta aquí la tiene Nano Ruiz, miembro de Habeas Corpus y fundador de Lengua Armada. Los inicios de la banda fueron, como con cualquier hijo de vecino, desesperantes. Ensayaban horas y horas en el local y no tenían ganas ni estómago para mandar maquetas a las compañías. “Tuvimos mucha suerte con Nano. Nos vio en un concierto. Le molamos un huevo y nos comentó que quería buscarnos una compañía, aunque nosotros al principio nos mostramos muy escépticos. Se puede decir que Nano está en esto desde el primer disco. Pero en ese momento pegó el pedo Sôber (Ruiz trabajaba por aquel entonces en Zero Records) y nos dijo que seguía con nosotros, pero que no podía dedicarnos mucho tiempo”. Por eso, el primer disco, “Átale” (Desobediencia, 99), tiene los fallos de unos recién llegados a una compañía. “Estábamos verdes, queríamos grabar como fuera. Nos preguntaban si estábamos preparados y nosotros ‘que sí, que sí’. Además sólo grabamos nueve temas. ¡Si no teníamos más! Estás en una compañía por primera vez y todo te parece estupendo. Imagínate que pasan dos meses y nos dicen que se lo han pensado mejor, que se enfría la cosa y prefieren fichar a otro grupo que tiene casi temas para un disco. Que no nos graban… ¡Unos cojones! Había que grabarlo echando hostias”. Pero de eso hace ya mucho tiempo y Sonotones se ríe de aquello. Ahora Nano Ruiz está volcado con el grupo y eso se nota. “Nano nos cogió otra vez a medias del segundo disco, ‘Listos para jugar’. Después de grabarlo, Desobediencia nos dejó tirados. De ahí que entráramos a saco con él, que iba a sacar su compañía”. Ahora, las decisiones se toman con más calma, mejor dicho, con más experiencia y cuando el ritmo de trabajo que llevan se lo permite. Apenas tienen tiempo para pararse a pensar acerca de lo que han conseguido. “Todo es muy rápido. Los discos los vamos haciendo según van saliendo los temas; hasta ahora ha pasado más o menos un año y medio entre los trabajos y luego con la gira ya casi pierdes un año... Total, cuando te das cuenta ya tienes tres discos”. El último artefacto sonoro de Sonotones es quizá del que están más orgullosos. “Han salido unos temazos, quizás algo más lentos porque queríamos en este último disco quitar más arreglos, que el tío que lo escuchase no se cansara de oírlo. Pero en concierto, con la caña, es difícil saber de qué disco es cada tema”. Rápido o lento, lo cierto es que Javi, letrista de la banda es un tipo peculiar. Alguien que se deja la piel en cada actuación. La explicación es fácil: cuando uno canta algo que ha compuesto él mismo se desolla por explicarlo, en este caso cantarlo. “Cantar tus propias letras es lo que más mola. Yo primero hago la melodía en el local; cuando veo una melodía guapa, me la grabo varias veces para ir escogiendo las partes que más me gustan y cuando ya la tengo totalmente clarísima, cambio el chino tibetano ese por letra. La adapto totalmente a esa melodía. Si digo ‘aguachimá’, tengo que decir ‘hasta el final’. Si me dieran otra letra que no fuera mía me la podría cargar. En todos los grupos que he estado nunca he tenido duda de que las letras las hacía yo. En el momento que alguien me hubiera dicho que cantara algo que no es mío le hubiera dicho que no”. Así es Javie Die y así son los Sonotones. Unos tíos que lo tienen claro. Lo suyo es como las lentejas, si quieres las tomas y si no ya sabes.

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