La cantante donostiarra, de la mano del productor Ke Lepo, ha logrado crear en apenas cuatro canciones un mundo de una profundidad que permanece. Charlamos con ella para que nos cuente cómo se crea una pieza tan personal y para explorar el lugar que ocupa en su trayectoria artística.
Tengo la sensación de que con attä has conseguido crear un universo único y diferente. ¿Qué te ha inspirado y cómo se construye algo así artísticamente?
Eliminando capas. Es la resolución de un deshacer. Después de mi último trabajo, ‘Nara’, vino la reflexión y también el entendimiento de que solo quería lo que sí resonaba conmigo, en la vida, y también en mi música. Creo que, a partir de ahí, solo ha sido volcar lo que tenía dentro. Y rodearme de la magia de Ke Lepo, la persona capaz de llevarlo al plano onírico que este trabajo requería.
Se percibe una fuerte conexión con la naturaleza en el EP, pero se cuelan reminiscencias sonoras de lo tecnológico. ¿Has tenido la pretensión de combinarlos o son dos mundos ya indivisibles?
La naturaleza es la necesidad primaria, una constante que está presente aunque nos sintamos deconectadxs. El mundo en el que vivimos nos lleva al ruido, nos lleva al desgaste. La tecnología también puede ser una cárcel. Asumir que somos todo eso a la vez es una manera de llevarlo.
Resuenan muchísimo los versos de ‘Blu’: “Iritsiko da astelehena, ahaztuko du maitasun denak direla ahaztezinak. ¿Cómo surge la colaboración con Castillo Suarez?
Estaba leyendo su libro de poemas, ‘Alaska’, y sentí una gran conexión con la manera de sentir de ella. Le escribí un mail y me respondió. Tan orgánico que cuesta creer que, a veces, las cosas son así de sencillas cuando tienen que ser.
¿Cómo vistes una canción a partir de esos versos?
Yo lo llevo todo mucho a la nostalgia y es ese paisaje el que tengo que encontrar primero. La armonía que me permita sentir el vértigo. Cuando está eso, dibujo las líneas invisibles que se me hacen evidentes. Y, a partir de ahí, confío en la persona con la que estoy trabajando (Ke Lepo en este caso), que suele suavizar mi tendencia a lo oscuro y llevarlo a un plano más interesante.
En una entrevista para tu otro proyecto musical dices que, para interpretar una canción, tienes que encontrar “un personaje” o una voz que le corresponda. ¿Qué personajes o formas has tomado para las canciones de attä?
Ahí está la diferencia de interpretar algo ajeno o interpretarte a ti misma. Y, para esto último, toparte con una autoimagen distorsionada muchas veces, para ir a la construcción de algo realmente auténtico. Me resigno a simplemente estar en ese camino de ir cambiando sin parar.
Has relatado que attä representa una especie de umbral y transformación. ¿De qué manera te ha transformado?
El retorno de Saturno. Un momento de muerte para entender que muchas partes de mi vida han pasado y que puedo elegir todo de nuevo. Y, en esas elecciones, volver a ver quiénes somos ahora. attä es el reflejo de ese cambio interno, nunca es al revés.
Ya has empezado a presentar el EP en directo. ¿Qué acogida has percibido y qué sensaciones has tenido sobre el escenario?
Estoy contenta. El directo es el sentido de hacer música para mí. Y la búsqueda siempre es que, en ese directo, puedan suceder cosas entre lo que suena y lo que el oyente siente. Creo que está llegando a quien tiene que llegar y, aunque a veces me cueste disfrutar de los bolos (demasiadas cosas que pueden fallar), estoy aprendiendo.
¿Crees que es un momento de gran diversidad en la música de Euskal Herria? Me parece que, en un panorama bastante rico, aportas algo diferente desde un proyecto muy personal y propio.
Gracias 🙂 Creo que conviven varios planos dentro del ecosistema musical en Euskal Herria. Lo importante es que existe este entorno que permite compartir miradas de artistas increíbles como Amaia Miranda, Verde Prato o Mahl Kobat, con pilares como Gorka, Anari o Miren Narbaiza.
Aparte del proyecto de Sara Zozaya, estás en otro en el mundo de la música que parece que no para de crecer. ¿Cómo vives la convivencia entre los dos?
Lo llevo bien porque no tienen nada que ver. Y ahí sí tiene sentido la convivencia. Aprendo en uno y lo vuelco en el otro, y en una estoy ‘sola’ y luego en grupo, y todo se regula. Y cuando me canso de mi misma, tomo aire, y cuando me necesito, vuelvo.
Por último, ¿hay alguna artista, pieza artística, o, acaso, alguna situación de la vida que te haya inspirado o llegado de manera especial últimamente?
Todo lo que se está cociendo dentro de Aloud Music. Tan contenta de haber sacado este trabajo con ellxs 🙂 Hace poco fui a Canal Sur con los palmeras negras y fue magia pura.
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