James Hanna, guitarrista de la banda neoyorquina y mitad compositiva junto a la vocalista japonesa Yuki Chikudate, nos atiende vía telefónica desde el Reino Unido. En plena vorágine de su gira europea, casi ni recuerda que en apenas una semana ha de tocar en Castellón, formando parte del festival Tanned Tin. “¿Tocamos en España la semana que viene ya? Ni me acordaba. Nunca hemos tocado, tenemos ganas. Me gustan mucho algunas de las bandas que actúan, como The Sea And Cake, Xiu Xiu o Acid Mothers Temple. Hace poco me dijeron que sería en un teatro, lo que me dejó de piedra”.
| "Con este disco tratamos de hacer algo que tuviera más cohesión" |
Su notable segundo álbum, “Citrus”, ha marcado para ellos una evolución palpable con respecto a su debut homónimo, algo más tibio. “Con este disco tratamos de hacer algo que tuviera más cohesión. También tuvimos más tiempo para estar en el estudio, en un estudio como es debido, y más dinero también, algo que no teníamos en absoluto a la hora de hacer el primero. Definitivamente, las canciones son mejores”. Y, como es de esperar, las inevitables comparaciones con el sonido shoegazer sólo le producen cierto hartazgo. “Sí, estoy cansado de eso, pero en realidad lo entiendo porque es parte de nuestro sonido. Lo que pasa es que no es un género que nos defina del todo. Claro que hemos escuchado a esos grupos, pero siempre hemos tratado de tener un sentido más dinámico del que ellos tenían, un impulso más rítmico. Y sin dejar de perder de vista la melodía y el sentido del pop”. La historia de la banda no deja de albergar alguna curiosidad: cuando comenzaron, era James Hanna quien se encargaba de cantar. “Sí, odiaba cantar, pero me tocaba hacerlo a mí porque nadie más podía. Cuando Yuki entró, ella nunca había cantado, pero yo le animé a hacerlo”. Pese a estar ubicados en la Gran Manzana, guardan pocos puntos de conexión, tanto personales como de linaje estilístico, con la efervescente escena neoyorquina. “Hay un montón de diversidad en nuestra ciudad. En el primer momento de explosión de los grupos de Nueva York sí que se parecían bastante todos entre sí. Cuando comenzaron The Strokes todo el mundo sonaba igual, pero ahora la escena es mucho mejor y más variada. Somos muy fans de algunos de los grupos de allí, casi todo el mundo se conoce, pero no tenemos mucha amistad con ninguno de ellos en particular. Ni siquiera con Interpol”.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.