-¿Qué fue lo primero que te atrajo de Karmele cuando Asier Altuna te propuso participar?
Todo, el director, la historia real, Eresoinka, el casting, el equipazo técnico ….. tenía muchas ganas de hacer esta película la verdad. Desde la primera reunión me hablaron de la importancia de la música en la película, sabíamos que la exigencia iba a ser alta y así lo fue. Estoy muy agradecido a todo el equipo, ha sido un viaje maravilloso.
-Has trabajado en series internacionales para Netflix y HBO. ¿Qué diferencia encontraste al enfrentarte a una película tan íntima y arraigada en la historia vasca del siglo XX?
Creo que el punto de partida siempre es parecido. En mi caso todo comienza muy temprano, sobre guión o incluso antes manteniendo conversaciones con dirección y acercándose a la mente de los creadores de la película o serie. Yo comienzo a grabar piezas antes de rodaje (si ha direccional parece bien) y así consigo tener un camino más largo para aprender hasta llegar a postproducción. Luego es verdad que una serie de 8 capítulos tienes mucho mas metraje que una película, quizás esa sea una de las diferencias mas notables pero en realidad la metodología y la composición las trabajo desde el mismo ángulo.
-¿Cómo ha sido para ti trabajar en una película con una preproducción musical de más de un año?
Muy bonito la verdad. Llegar a rodaje con muchas piezas compuestas, analizadas durante meses y grabadas en estudio ha sido una gozada. El guión lo exigía ya que teníamos mucha música dietética en la que los personajes de la película cantaban, interpretaban trompetas, pianos, orquestas, coros….. teníamos que llegar muy fino a rodaje con todo esto ya que no puede fallar nada en rodaje.
-¿Cómo realizaste la labor de investigación para retratar el viaje sonoro que se vive en la película, desde Euskadi a Venezuela, pasando por París?
La verdad que he aprendido un montón, he tenido que estudiar como era el jazz que sonaba a finales del 30 en Paris, que jazz tocaban en Bilbao en los 40, estudiar el repertorio de. Eresoinka y hacer piezas nuevas a raíz de esa característica música vasca de aquella época…. Hemos regrabado guarachas y boleros que el personaje de Txomin tocó en Caracas …..
La verdad que es un lujo poder trabajar y a la vez estudiar todo esto y que lo lleves contigo de ahora en adelante.
-¿Cómo fue trabajar con más de 150 músicos en distintos estilos —jazz, coro, música tradicional vasca, boleros, entre otros—?
Una gestión de producción bastante grande la verdad. Sin tanta gente acompañándome sería imposible y estoy muy agradecido por las facilidades y el buen hacer que han demostrado.
Hemos tenido que componer piezas de Jazz, composiciónnes corales, orquestales…… todo ello manteniendo un racord histórico que veíamos vital.
-La película se acerca a lo que es un musical, convirtiéndose la música en el tercer protagonista junto a Jone Laspiur y Eneko Sagardoy. ¿Cómo has sobrellevado esa responsabilidad?
No se si protagonista pero si ha tenido mucho peso, pero la confianza de Asier Altuna y la productora ha sido vital para que todo fuese muy fluido.
Hemos estado dos años trabajando juntos, dos años exigentes pero muy enriquecedores y muy bonitos por lo que la responsabilidad se diluía.
Lo que mas me preocupaba era el llegar a rodaje con las piezas originales frescas, es decir, la pieza de piano con la se abre la película y que la interpreta Jone Laspiur en el film, fue una de las primeras que compusimos para que ella lo estudiara y me daba miedo que nos acabara aburriendo a nosotros mismos de tanto escucharla. Por eso hemos ido mutándola y mejorándola , no hemos tenido miedo al trabajo. Aunque tuviéramos piezas ya cerradas desde meses antes por exigencias de guión siempre tratábamos de aprender de la película e ir mejorándolas.
-La otra cara de la música es el silencio, que adquiere una relevancia vital en la segunda parte de la película. Viéndola, es un silencio que casi duele. ¿Cómo decidiste cuándo la música debía hablar y cuándo el silencio debía dominar la escena? ¿Ese silencio es absoluto o tiene algún tipo de tratamiento sonoro?
Asier tenia claro que la vuelta a Bilbao iba a ser mucho mas seca. Buscamos sensación de silencio. A veces hay silencio absoluto, otras veces sensación de silencio con capas de diseño estético sonoro. Es algo que me encanta trabajarlo. Cuando me llama gente a que ha ido a ver la película y me dicen que casi no había musica me hace feliz porque es eso que queríamos conseguir muchas veces, componer música y dar la sensación que no la hay.
-Karmele recorre las geografías del exilio vasco y la música se convierte en un puente entre la memoria y el presente. Como gernikarra, ¿cómo te tocó emocionalmente trabajar con esa memoria? En tu labor musical, ¿has querido transmitir algo a las nuevas generaciones?
Hay una pieza que he compuesto para Coro que se llama “Gernika” que la interpreta el coro de Eresoinka en la película, es uno de mis momentos favoritos. Supongo que será por el lado emocional. Yo creo que es una película que es historia de nuestro país y que no es tan lejana. Es importante que la gente joven vea lo que se vivió con el franquismo. A veces se nos olvida la salvajada.
-¿Te imaginas interpretando o dirigiendo la música de Karmele en directo, acompañando una proyección de la película? ¿Sería para ti un reto o una oportunidad para redescubrirla desde otro lugar?
Sería bonito, dirigir no porque no se pero la verdad que sería algo muy interesante. Pero la producción sería importante …..
-Tanto "Zeru Ahoak" como Karmele han sido presentadas en el Zinemaldia. Después de un año tan intenso, ¿en qué proyectos futuros estás trabajando o te gustaría embarcarte?
Estoy comenzando dos películas una de aquí y la otra internacional que se comienza el rodaje en Londres en Noviembre. Estoy muy ilusionado y ya componiendo y grabando cosas para ambas.También acabo de terminar una serie de Netflix producida por Arcadia en Barcelona que saldrá a finales de este año.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.