Villeneuve: La mirada salvaje
Libros / Pau Gómez

Villeneuve: La mirada salvaje

6 / 10
Daniel Grandes — 02-05-2022
Empresa — Dolmen

Pau Gómez empieza el libro señalando a la violencia como la cuestión villeneuviana por excelencia. De la misma forma, le acaba dando la palabra al propio Villeneuve quien se decanta por escoger a la búsqueda de la “libertad real” como el eje central de una constelación filmográfica que ni siquiera él quiere entender como un sistema cerrado y sobreanalizado. Entre estos dos puntos, “Villeneuve: La mirada salvaje” propone un recorrido detallado y sentido por la filmografía de unos de los cineastas más relevantes del cine norteamericano contemporáneo, en un pulso constante entre el hecho y la opinión, la obra propia y el ojo ajeno. Nos adentramos en un libro que abraza la neutralidad y la distancia, siempre en un equilibrio prudente entre lo analíticamente centrífugo y lo enciclopedicamente centrípeto. Al fin y al cabo es la simbiosis de esas fuerzas lo que permite, como decíamos, convertir en constelación un conjunto de obras que, a primera vista, pueden resultar kubrickianamente independientes y autoconclusivas.

“Villeneuve: La mirada salvaje” funciona a la perfección como álbum de recortes, como objeto indispensable en la estantería de todo enamorado de la obra del cineasta canadiense. Es imposible no sentir el impulso de hojear, en una especie de gesto hipnótico, un maquetado –bañado en un elegante tono monocromático– que intercambia con elegancia los comentarios de Gómez con fragmentos de guiones, recopilatorios de fotografías e incluso críticas cinematográficas. También es de agradecer el compromiso del libro con la actualidad, pues aún habiendo pasado poco más de medio año tras el estreno de “Dune” la cinta tiene un papel nada secundario en el repaso de la filmografía del director. Quizás un servidor haya echado en falta algo más de mirada autoral en el estudio de una mirada autoral, estando durante toda la lectura a la espera del choque de ambas, de la violencia villeneuviana que el choque de la pluma y la cámara podría haber activado. En el pulso entre la violencia y la libertad real, ganó la segunda. Puede que por respeto y prudencia. ¿Debe aquel que analiza (o recopila) tenerla?

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