Tu sonrisa sin temblar

El amor y el paso del tiempo, dos grandes temáticas que han sido tratadas por multitud de autores y artistas en sus respectivas obras a lo largo del tiempo. Víctor Colden es de los últimos en añadirse a este grupo, aunque su enfoque en “Tu sonrisa sin temblar” presenta dos aristas con las que engancha totalmente al lector. Por un lado, las páginas de este libro van cargadas de referencias musicales: The Jam, los Secretos, The Clash, la Broma de SSatán, Spandau Ballet, Depeche Mode, Alaska y los Pegamoides, Mecano, Roxy Music, Décima Víctima, los Pistones, Derribos Arias, Radio Futura o Gabinete Caligari son algunas de las bandas que aparecen aquí. En la lista anterior no he puesto a Nacha Pop a propósito, para que su nombre quedara reflejado por separado en una línea exclusiva, ya que una estrofa suya sirvió de inspiración para el título de esta novela.

Por otro lado, los que crecimos en los 80 nos sentimos totalmente identificados con las vivencias de Michi y sus colegas: los colegios religiosos, los profesores déspotas, el tan temido C.O.U., el descubrimiento de la música gracias a una cinta de cassette que nos pasa un amigo, la habitación del adolescente como refugio, los colegas del barrio que piensas que serán para siempre, las primeras borracheras a base de beber litronas, los intentos de ligar con las chicas de clase, la euforia de los primeros conciertos… “El verdadero reto de la adolescencia no era tanto el de llegar a la madurez con los mínimos daños posibles, sino el de cómo hacerlo sin sacrificar en el camino lo mejor del niño que acababa uno de dejar atrás, preservándolo para el futuro.”

“Tu sonrisa sin temblar” cuenta la historia de muchos de nosotros aunque esté ambientada en Madrid durante la década de 1980: Escridiscos, el Rock-Ola, la movida, Malasaña, Chueca, el ambiente tenso por las acciones de ETA y de los franquistas, Madrid Rock, etc. “Tener trece, catorce o quince años y callejear a solas por barrios distintos con cien pesetas en el bolsillo era la definición perfecta de libertad". Amén.

Teniendo en cuenta que Víctor Colden nació en la capital en el año 1967 me pregunto cuántos elementos autobiográficos podrían haber en estas más de 400 páginas. Parecen muchas hojas, pero la lectura resulta amena por todo lo explicado anteriormente, porque el lenguaje empleado es sencillo y porque el libro está estructurado en 69 capítulos de pocas páginas cada uno.

También son numerosas las referencias literarias: Kafka, Oscar Wilde, los poetas malditos, Nietzsche, Ortega y Gasset, Mújica Láinez, el empeño de los protagonistas en publicar una revista en su colegio con artículos propios o el teatro amateur. En fin, una auténtica delicia de libro, como pasear con tus colegas por las calles del barrio cuando todavía no tenías la mayoría de edad y te preguntabas si sería para siempre.