The Rise Of David Bowie 1972-1973

1972. Prácticamente medio siglo ha pasado, casi una vida, y sin embargo la distancia que hoy por hoy nos separa de estas imágenes parece todavía mayor. David Bowie, protagonista de este libro se convirtió en polvo de estrellas en 2016, poniendo con su muerte punto y final a una forma de entender el pop y el rock que se ha convertido en objeto de estudio y también de revisión museística e iconográfica. Esa es la razón de ser de este volumen, puro Taschen por las dimensiones y calidad editorial: 300 páginas envueltas en tapa dura, con unas dimensiones 22,6 x 31,6 cm y 2 kg de peso, recuperando en una versión económica (30€) una edición ya existente del mismo libro que duplicaba su precio con la excusa de una portada lenticular.

Esos son los números de The Rise Of David Bowie 1972-1973, en realidad una forma un tanto pobre de describir un volumen que es alma por encima de todo. Esta colección de fotografías de Mick Rock representa el ascenso definitivo de David Bowie -en ese momento reconvertido en Ziggy Stardust- a lo más alto de podio del rock clásico. Lo explica el propio Mick Rock en la entrevista con la que se introduce esta selección de fotografías: partiendo de otros iconos musicales como Syd Barrett o T. Rex, Bowie jugó a reinventar no sólo un estilo -el glam- sino la propia cultura del rock’n’roll a partir de nuevos referentes estéticos y culturales. El resultado fueron dos discos históricos, The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars y Aladdin Sane, con los que Bowie pasó de sensación del pop británico a superestrella internacional.

Rock, periodista británico de medios igualmente históricos como Oz y Rolling Stone estaba ahí para plasmarlo con su cámara. Su conexión con Bowie, que llegó a confesarle que le adoraba como fotógrafo porque era capaz de mostrarle tal y como él se veía a sí mismo, le llevó no sólo a convertirse en su fotógrafo personal durante aquellos años, sino también a dirigir los clips de canciones como Life On Mars, Space Oddity, The Jean Genie y John I’m Only Dancing. A lo largo del libro, debidamente anotado, se muestra esa evolución desde la estrella en ciernes hasta los conciertos masivos en estado de febril excitación o los guiños promocionales junto a Lou Reed e Iggy Pop. Un gustazo para los amantes aficionados a la mitología del rock en general y la figura de David Bowie en particular.