Lo primero que cabe pedirle a una novela, incluso aunque sea un debut en el género (o precisamente por serlo), es que detente un estilo propio. Que tenga una voz personal. "Suya era la noche" (2025) la muestra. Y creo que ese es su primer acierto. María Ovelar (Alicante, 1982) lleva años trabajando como periodista para medios como El País, Traveler, Glamour o S Moda y publicando algunos poemarios, pero este es su bautismo en lid novelística: una historia cuya singularidad radica más en la forma que en el fondo, en el enfoque (atinadamente intimista, repleto de matices en su exploración de la psique femenina y prendado de un estilo que te sumerge en ella) que en la materia en sí, ya que esta tiene algo que me recuerda (y que me perdone la autora, que ya sé que la comparación es basta a "La entusiasta Vida de una grupi del indie español" (2022), de Gala Meira, aunque su protagonista no sea precisamente una groupie sino la integrante de un grupo de escaso éxito comercial, además de influencer y poeta. Pero las citas a Malasaña y otros barrios del rockerío y poperío capitalino (aquí centrado en los noventa y primeros dos mil), así como el detalle de su crecimiento personal, están ahí, si bien hablamos de un tiempo en el que el tránsito del indie real al fake corre en paralelo al personaje central y sus cuitas sentimentales y vitales, llegando hasta el momento presente.
Las citas musicales, por cierto, tienen algo de esa resistencia, de la permanencia de un sustrato realmente independiente que es inmune al desgaste de las modas de temporada: The Smiths, Patrick Cowley o The Dandy Warhols, por ejemplo. El deseo sexual, la dependencia emocional, las relaciones tóxicas (no solo de pareja), la autoestima personal, la soledad incluso cuando uno (una, en este caso) está rodeado de otras personas y las adicciones como placebo son los ejes principales sobre los que gravita la historia de Victoria, una mujer cuya peripecia bien puede ser universal, pero se siente en estas páginas como única gracias a un pulso narrativo nervudo, punzante, mordaz y generador de un peculiar desasosiego.

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