La letra de “Judy And The Dream Of Horses”, la canción de Belle And Sebastian, sirve como crisol del que brota "Soñó con la chica que robaba un caballo", el título de la segunda novela de la periodista Sabina Urraca, cuyo argumento parte de aquellos extraños días que sucedieron al brutal atentado de las estaciones de Atocha y El Pozo del Tío Raimundo, entre aquel jueves 11 de marzo de 2004 y las elecciones generales del domingo siguiente. Tres jornadas de vértigo y con el país en vilo, que coincidieron con la visita de Stuart Murdoch y compañía, dentro de una gira cuya manga española estuvo a punto de suspenderse en señal de duelo.
La protagonista experimenta el siempre difícil tránsito de la post adolescencia a la vida adulta, en un trayecto repleto de flecos y jirones, de asignaturas vitales pendientes, y por el camino se nos muestra, con sensibilidad, delicadeza y un intimismo muy bien resuelto, el trasfondo de una generación marcada por la precariedad laboral y cierto desencanto hacia la res pública en general y la política en particular. Podría decirse que "Soñó con la chica que robaba un caballo" es más una historia de crecimiento y descubrimiento personal, en la que tan importante es aquello que se dice y se hace como lo que se finge, que una crónica generacional de la España de las últimas dos décadas. Aunque la peripecia personal y el entorno sociopolítico están tan bien enhebrados –por algo la autora tiene treinta y siete años– que el libro se perfila como una estupenda puerta de entrada a una colección que, con el nombre de episodios nacionales (sí, como los de Galdós) tiene el noble, ambicioso y muy suculento propósito de reflejar nuestra realidad en este primer tramo de siglo. Ya hay ganas y curiosidad por leer la siguiente entrega.
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