Retrato underground

Libros del K.O. vuelve a publicar en nuestro país la obra de Lucy Sante, tras hacer lo propio con “Mata a tus ídolos” (11), “Bajos fondos” (16) y “El populacho de París” (18). Ahora ve la luz “Retrato Underground” (22), que aúna en un único volumen no pocos artículos publicados por la escritora entre 1993 y 2020. Una colección de textos que unifica (de manera aleatoria o guiada por esa imaginaria línea argumental que el propio lector trazará en su mente) varios relatos, excusándose en ubicaciones como la ciudad de Nueva York y también en protagonistas anónimos o artistas de diferentes pelajes como David Wojnarowicz, la fotógrafa Vivian Maier o Patti Smith.

Pero, ante todo, Sante parte del trascurrir vital y de aquel pulso latente en las calles, la noche o la misma urbe, además de adentrarse en las consecuencias de diferentes manifestaciones creativas. El trazo de Sante no es sencillo e invita (casi obliga) a degustar y asimilar su propuesta con cuidado y empeño. Pero, es entonces, justo después de prestar merecida atención a las palabras, cuando surge la magia, esa extraña e inevitable, que envuelve al lector. Porque la belga emigrada a Estados Unidos a temprana edad es poseedora de esa mirada punzante, hábil y cargada de instinto que la confirma como valiosa narradora. Al mismo tiempo, Sante posee en propiedad la habilidad nada frecuente de plasmar ese enfoque en forma de renglones emocionantes, sentidos y alejados diametralmente de cualquier tipo de indiferencia. “Retrato underground” (22) apunta en tantas direcciones que es difícil saber cuál de ellas prevalece sobre el resto, rematando virtudes con un halo de misterio natural, nada forzado, que revaloriza la inmersión en la propuesta.

Lucy Sante ejerce, a lo largo y ancho de las casi cuatrocientas páginas de la presente referencia, como observadora de lo cotidiano y lo extraordinario, en lo que no es sino las dos caras de una misma moneda. Una contradicción tan asombrosa y fascinante como resulta ser su propia manera de escribir, frágil o tensa dependiendo del momento. Incluso ambas al unísono. Ya sea contemplado como collage, como la suma de sus partes, o como un todo magnético de apariencia anárquica, “Retrato Underground” se sucede como una colección de textos brillantes, de esos que merece la pena diseccionar con tanto cuidado como inevitable emoción.