Rebeldes del rock

Lejos de la imagen arquetípica del rockero que tira televisores desde la ventana de una habitación de hotel de lujo y se dedica a la vida contemplativa mientras se pone hasta las cejas de cualquier tipo de sustancia que le haga evadirse, el modelo de artista que “Rebeldes del rock” nos muestra es muy diferente. Aquí, con “rebelde” se hace referencia al espíritu disidente y el pensamiento crítico, la conciencia de clase y el posicionamiento político de izquierdas que debería ser inherente al rock (obviamente, con sus excepciones).

Manuel López Poy (Lugo, 1952), periodista musical y autor de algunos de los mejores libros sobre blues escritos en nuestro país, apuesta por una imagen que refleja artistas tomados en serio, no caricaturas. Acomete así la titánica empresa de resumir en algo menos de trescientas páginas el espíritu de rebeldía inherente al rock and roll desde sus orígenes. Partiendo del legado de artistas folk y blues como Woody Guthrie o Leadbelly, el autor configura una obra en la que se dan cita desde los primeros rockeros de la conservadora sociedad estadounidense de la década de los cincuenta del siglo pasado (quienes rompieron las barreras raciales entre blancos y negros) hasta la resistencia de los músicos de rock contra la tiranía de las dictaduras iberoamericanas de Argentina o Chile. En medio, todo un festín de ideología y música que incluye movimientos juveniles primerizos como los greasers, artistas soviéticos como Aleksandr Gradski, fenómenos rupturistas como el punk, narradores natos como Bruce Springsteen, movimientos feministas como las riot grrrls, poetas del gueto como Public Enemy o representantes del pop en la España de la dictadura como Los Brincos, por citar solo unos cuantos. Es un alarde de conocimiento y documentación que, sin embargo, no empacha con nombres y datos de usar y tirar.

El relato principal está acompañado de pequeñas historias y numeroso material fotográfico que van complementando el texto y ayudan a contextualizar cada pasaje histórico. También se incluyen la letras (en su idioma original y debidamente traducidas al castellano) de algunas de las canciones que mejor representan cada capítulo. En resumen, es un trabajo muy interesante, completo y bien construido que se lee de manera muy amena y que ayuda a conformar una imagen más formada de la historia del rock, incidiendo en su capacidad para transmitir ideas y hacer política. Un loable intento de devolver al género parte de su integridad y relevancia popular.